Cuando mayo mayea

La manifestación sindical del primero de mayo ha juntado a doce mil personas en la capital, que es más o menos la gente que sale a ver las procesiones en mi pueblo. Entre la nutrida concurrencia hay que contar tres ministros del Gobierno (Óscar López, Elma Saiz y Yolanda Díaz, que conoce a Amancio) y los consabidos Unai Sordo y Pepe Álvarez, organizadores de semejante exitazo.

Los sindicatos mayoritarios lo están haciendo de dulce: según sus encendidísimas proclamas, bastará con otra legislatura más del pe so e para el advenimiento de la dictadura del proletariado. Siguiendo sus estimaciones, el rumbo es tan progresista que no haría falta ni cambiar a Marlaska. ¿Las políticas de vivienda? Ni un pero, oiga; y si no funcionan será porque las boicotea la ultraderecha. Pocas organizaciones han hecho tanto por incrementar su descrédito como los amiguitos de ce ce o o (Urdaci, siempre en el recuerdo) y la buena gente de la UGT. Yo los entiendo, ¿cómo le vas a zurrar a los mandamases de turno si los has invitado a la fiesta? Educación ante todo. "Contra Mariano vivíamos mejor", coreaban los más cafeteros. En fin, que uno no se explica cómo la clase obrera prefirió irse a la playa antes que sumarse al jaleo contestatario que desvela a la "internacional reaccionaria".

Hubo incluso anuncios [en el discurso de Ayuso este Dos de Mayo]: el Zendal se va a reconvertir en una residencia para enfermos de ELA, como si esa gente no tuviese ya bastante con lo suyo

Al día del orgullo proletario le sucedió la jornada de la reivindicación madrileñista, región milenaria y hojaldre de las Españas fundada en 1983. Este año, había leído, en la Puerta del Sol andaban de uñas, porque Moncloa les había cicateado el desfile militar, con lo que gusta eso al fandom. El evento comenzó con la ofrenda floral y siguió con una versión entre espasmódica y rapera de la Oda al Dos de Mayo ("Oigo, patria, tu aflicción, / y escucho el triste concierto / que forman, tocando a muerto, / la campana y el cañón"). Más allá del pésimo nivel artístico de la propuesta, hay que felicitar al que escogió el poemita, porque el mundo está en el momento óptimo para calzar en un acto oficial unos versos que dicen "¡guerra! gritó al despertar / el pueblo que al mundo aterra; / y cuando en hispana tierra / pasos extraños se oyeron, / hasta las tumbas se abrieron / gritando: ¡Venganza y guerra!". Luego (no comentaré el vídeo pocho protagonizado por personajes en 3D de aspecto cadavérico), la presidenta Ayuso gozó del amplísimo escenario para dar ella, España dentro de España, los galardones del día y para rematar, envuelta en su capa, loas a su estrecha visión del mundo.

Hubo incluso anuncios: el Zendal se va a reconvertir en una residencia para enfermos de ELA, como si esa gente no tuviese ya bastante con lo suyo. Zurra y dale a Sánchez (cuando no invitas a la oposición ni al Gobierno no te protesta nadie) y evocaciones (con musiquilla lánguida de fondo) al ejército, al rey y a la princesa, que por lo visto nos llena a todos de orgullo y satisfacción. Eché de menos que, en vez de Los Secretos, el acto culminase con las palabras de Encarnita, la del baptisterio romano. "Alúmbrame a mí mayormente". Como síntesis, inmejorable.

Más sobre este tema
stats