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Errores contables y platillos volantes

Miguel Blesa de la Parra, compañero de academia al que José María Aznar decidió situar al mando de Caja Madrid a los pocos meses de llegar al Gobierno, ha demostrado tener un rostro de un cemento más sólido que el de la burbuja inmobiliaria sobre la que sustentó un crecimiento gaseoso que acabó por arruinarla. Hasta ahora conocíamos algunas operaciones financieras tan dudosas que le llevaron la semana pasada a dormir en la cárcel, de la que salió en menos de 24 horas tras depositar una fianza de 2,5 millones de euros. Ahora sabemos, gracias a la contabilidad oficial del PP que obra en poder del juez Pablo Ruz, que Blesa estuvo cobrando del partido cantidades que suman casi 600.000 euros entre los años 1999 y 2006.

¿Cómo es posible que el presidente de un banco cobre a la vez de un partido político? Pues lo es, porque así se refleja año tras año en la citada contabilidad. La primera explicación desde el Partido Popular consistía el miércoles en que se trataría de pagos justificados por "servicios de asesoramiento". Cabe preguntarse si Blesa asesoraba a Aznar, a Rajoy, a Luis Bárcenas o a los sucesivos equipos económicos que han pasado por la sede de la calle Génova durante todos esos años.

A última hora de la mañana del jueves, el PP ha hecho público un extenso comunicado en el que sostiene que todo se debe a una especie de inocente error contable. Según el PP, se habría efectuado un único pago a Miguel Blesa en el año 1994 "`por un importe cercano a 9.000 euros, muy alejado de la cifra que se ha publicado". A partir de ahí, resulta que se habría mantenido en toda la contabilidad oficial durante doce años el nombre de Miguel Blesa de la Parra y su número de proveedor, "y en dicho apunte se fueron anotando saldos de distintos acreedores de todas las sedes del PP de España". Es decir que a nombre de Miguel Blesa y con su identificación contable el PP habría pagado lo mismo a una ferretería de Logroño que a un restaurante de Marbella o a una agencia publicitaria mallorquina.

Increíble explicación

Se puede creer también en los platillos volantes, en "indemnizaciones en diferido" o "por simulación", pero convendría que todos supiéramos lo antes posible a cuánta gente más piensa adjudicar el PP pagos y contraprestación de servicios, supuestamente falsos y sin consentimiento del acreedor. Dice el PP que "en la información remitida al Tribunal de Cuentas aparecen la totalidad de los proveedores que se incluyen en el apunte de Blesa", aunque no tiene explicación ante el hecho de que la contabilidad a la que ha tenido acceso infoLibre es la que oficialmente supervisó el Tribunal de Cuentas. Hacienda también tendrá que decir algo sobre una práctica tan curiosa.

Lo que sí sabemos es que lo que aparece en la contabilidad no tiene justificación alguna desde un punto de vista ético ni estético. Además es totalmente irregular, porque la Ley de Cajas deja muy claro que la presidencia de la entidad madrileña era incompatible con cualquier otra actividad remunerada. Tanto el señor Blesa como la dirección del PP debían saberlo. Estaban obligados a saberlo. Quizás por eso la explicación no puede ser sencilla.

Conviene no olvidar que sólo en los últimos cuatro años al frente de la Caja (entre 2007 y 2010), Blesa cobró de la misma más de 12 millones de euros, y repartió durante el mismo periodo 71 millones entre sus principales directivos. En un penúltimo "servicio de asesoramiento" consigo mismo se llevó 2,8 millones de euros al abandonar la presidencia para dejar el sillón a Rodrigo Rato.

Seguiremos informando.

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(Este artículo ha sido actualizado a las 14,40 horas del jueves 23 de mayo)

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