La montaña rusa electoral de los próximos meses

Pere Aragonès no ha conseguido aprobar sus presupuestos y ha anunciado el fin de la legislatura catalana y la convocatoria de elecciones para el 12 de mayo. La montaña rusa electoral no ha hecho más que empezar. Tras haber salido de unas duras elecciones gallegas para la izquierda, de dos semanas cargadas de Koldo y a las puertas de la aprobación de la ley de amnistía, se suma una fecha más al calendario electoral. En los próximos meses habrá elecciones en el País Vasco el 21 de abril, elecciones en Cataluña el 12 de mayo y elecciones europeas el 9 de junio. Un dominó de procesos electorales que, sin duda, van a marcar el comienzo de la legislatura post-amnistía.

Las elecciones gallegas fueron un fracaso en toda regla para los partidos del gobierno. El PSOE fue relegado una vez más a la tercera posición, por detrás del BNG (igual que le pasa en Madrid detrás de Más Madrid o en el País Vasco detrás de Bildu) y Sumar acabó descalabrado antes de haber nacido como proyecto viable en Galicia. La última semana y las zozobras de Feijóo reconociendo la utilidad de los indultos hicieron temblar la moral de la derecha que, por primera vez, vio con miedo un posible cambio en Galicia. Pero no ocurrió. Por decimosegunda vez en la historia, el PP fue el partido más votado y los conservadores retuvieron el poder, como de costumbre. Sin embargo, la victoria fue celebrada como si supusiese un antes y un después en la política española y definiese una opinión generalizada sobre Pedro Sánchez y la ley de amnistía. Parece que ya no hay elecciones generales, autonómicas ni europeas, solo plebiscitos. Esto aplica para los siguientes tres procesos electorales.

Las elecciones en el País Vasco se presentan menos halagüeñas para un PP que viene eufórico de Galicia pero que en las últimas elecciones en Euskadi sacó un irrisorio 6,77% y 60.000 votos. Por eso tal vez en esta autonomía los populares no prefieran hablar de plebiscito. Sin embargo, el PSE tampoco está para repartir alegrías con su tercer puesto por detrás de Bildu, que, sin lugar a dudas, será el actor central de una campaña basada en demostrar si son una fuerza política ya madura que puede dar el sorpasso al PNV y acceder al gobierno o si todavía le queda tiempo a su proceso de normalización institucional. Sea como sea, la llave la tendrán los de Sánchez mientras el PP los mira desde la distancia después de haber basado el resto de sus campañas nacionales en hablar de Bildu y fomentar eslóganes tan desagradables como “que te vote Txapote”.

Salvador Illa y el PSC tendrán su oportunidad de oro para volver a la Generalitat de la mano de un 'Tripartit' 2.0. Nunca el nombre de Salvador Illa fue tan literal respecto a su papel en los próximos meses para con su propio partido

Cataluña servirá como (único) respiro al Gobierno. Para empezar, Aragonès no quiere batirse con Puigdemont. Todavía no. Y ha utilizado la imposibilidad de sacar sus presupuestos adelante para tener la excusa perfecta para adelantar una cita electoral que en ERC algunos temían que fuese la de la vuelta del líder en torno al que pasó todo. De momento se aplaza esta situación. Es difícil que la amnistía haya superado los largos trámites que le impondrá el PP en el Senado para mayo y por lo tanto es probable que Puigdemont tenga que esperar a las europeas para hacer campaña presencialmente en España. Mientras tanto, Salvador Illa y el PSC tendrán su oportunidad de oro para volver a la Generalitat de la mano de un Tripartit 2.0. Nunca el nombre de Salvador Illa fue tan literal respecto a su papel en los próximos meses para con su propio partido. El músculo sentimental del PSOE depende de un buen resultado del exministro de Sanidad que lama las heridas electorales de los últimos meses del PSOE y que les devuelva el orgullo arrebatado. El mensaje que ansían es muy claro: se hizo la amnistía, en Cataluña ya no se habla de independencia y además ahora gobierna, después de 14 años, de nuevo el PSC.

Y, finalmente, las europeas en junio poniendo la guinda de la montaña rusa electoral. Todavía es pronto para avanzar qué habrá sido de la política española tras la aprobación de la amnistía y tras dos elecciones consecutivas en dos lugares donde el principal partido de la oposición no es precisamente fuerte. Y sobre todo qué es lo que ocurrirá en unas elecciones cuya participación será notoriamente más baja que en las anteriores europeas de 2019 puesto que esta vez no coincide con ninguna otra cita electoral de carácter nacional. Pero sí que hay una certeza: se seguirá hablando de plebiscito. 

Más sobre este tema
stats