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El debate económico que importa

Manuel Escudero

Hace algunos días escuché en boca del candidato del Partido Popular a la presidencia del gobierno, la afirmación: “La economía española está a la cola del crecimiento económico de toda la Unión Europea. Somos el segundo país con menor crecimiento económico”. Debo confesar que, viviendo entre datos económicos en la OCDE, me asombró que se dijera algo así. Y también me sorprendió e intrigó la precisión de que somos el segundo país con menor crecimiento.

En esta breve reflexión quiero mostrar con datos que la segunda afirmación es equívoca, y la primera, sencillamente, equivocada. 

Comenzaré por la segunda. En poco tiempo caí en cuenta de que a lo único que se podía referir era a que España ha sido el penúltimo país en la Unión Europea en recuperar el nivel de PIB previo a la pandemia, el de 2019. 

Aclaremos, sin embargo, que ese resultado se debe a circunstancias que, una vez enunciadas, resultan obvias pero que han sido “estratégicamente” pasadas por alto por el enunciante: la economía española debido al confinamiento experimentó en el segundo trimestre de 2020 una de las caídas mayores del crecimiento de toda la OCDE, un crecimiento negativo ¡del 17,8%! Obviamente, este hecho no estuvo relacionado con ninguna política del Gobierno, sino con  la estructura económica del país, muy dependiente del sector del turismo, sector que desapareció de la noche a la mañana con el cierre de fronteras y las prohibiciones de movilidad, y que redujo en 2020 su actividad en un 65%. Es necesario recordar que el turismo no comenzó a 'medio' recuperarse hasta el verano de 2021, y ya definitivamente en el verano de 2022. Eso lo sé muy bien, puesto que fue entonces cuando, bajo presidencia española, celebramos en la OCDE una conferencia internacional en la que, por fin, se pudo hablar de la apertura internacional de fronteras a la movilidad turística sin restricciones.

Decir que somos el segundo país con menor crecimiento económico de toda la Unión resulta equívoco y muy malintencionado

Con esta aclaración, decir que somos el segundo país con menor crecimiento económico de toda la Unión resulta equívoco y muy malintencionado: si hemos sido el penúltimo país en llegar al nivel de pre-pandemia se debe a que comenzamos la recuperación de la economía española a partir de una caída del PIB mucho mayor que la de la mayoría, y a que la recuperación ocurrió más tarde que en la mayoría de países debido a nuestra estructura económica. 

Pongamos un ejemplo: si se trata de conquistar una cumbre y unos montañeros comienzan la ascensión en la base 1 a 10 kilómetros de la cima y lo hacen por la mañana  y otros desde la base 2 más alejada, a 15 kilómetros de la cima y a mediodía, decir que estos últimos, porque llegan los segundos, son peores escaladores no tiene ningún sentido, es una tergiversación de la realidad, una manipulación.  

Pero además, ese argumento traído por los pelos se usa para construir una afirmación más absoluta: estamos a la cola del crecimiento económico de toda Europa. Y así se rebasa el límite de lo equívoco para pasar a lo seriamente equivocado. Dada la trascendencia de alegatos como éste, conviene apelar al buen sentido ciudadano para que el debate público sea, al menos, un debate informado. Para aportar claridad desde el lugar en el que me encuentro, he buceado en la base de datos de la OCDE para extraer datos al nivel más explicativo y desagregado posible, a escala trimestral. Son los que reproduzco a continuación:

He analizado la serie de siete trimestres desde que comenzó la recuperación española en el tercer trimestre de 2021, hasta los últimos datos disponibles del primer trimestre de 2023.

De la serie analizada, si exceptuamos un trimestre, el primero de 2022 en el que hubo resultados negativos, en el resto de la serie queda claro que, trimestre a trimestre, desde que comenzamos a recuperarnos hasta la fecha:

  • España se ha situado en todo momento entre los tres países con mayor crecimiento dentro de las grandes economías europeas (Francia, Alemania, Italia, España, Polonia y Países Bajos).
  • España se ha encontrado siempre entre los cinco primeros países con mayor crecimiento dentro de las once grandes economías de la OCDE (Francia, Alemania, Italia, España, Polonia, Países Bajos, Canadá, Japón, Corea, Reino Unido y Estados Unidos).
  • España ha crecido, trimestre a trimestre, más que la media de:
  • La Eurozona (19 países europeos)
  • La Unión Europea (27 países europeos)
  • La OCDE (38 países más avanzados)
  • El G-7.

Se puede afirmar, por tanto, con los datos de la OCDE en la mano, que España ha tenido un crecimiento económico espectacular una vez desaparecidos los efectos de la pandemia, incluso cuando se ha tenido que enfrentar a las consecuencia de la guerra en Ucrania, en la forma de crisis de inflación, de energía y de escasez de grano.

Ese crecimiento no parece ser efímero cuando, además, ha venido acompañado de un crecimiento histórico de los afiliados a la Seguridad Social y del empleo, con la creación de 1,4 millones de nuevos puestos de trabajo, una gran fortaleza del sector exterior, un cambio estructural en el mercado de trabajo con la reducción casi a la mitad de la población ocupada con contratación temporal, y una inflación que ya se ha situado por debajo del 2% al que aspira la Unión Europea para el conjunto de países miembros. 

A la luz de los datos, España no solamente no está a la cola del crecimiento económico europeo, sino que está a la cabeza, y avanza a velocidad de crucero. 

Más que intentos de enredar la realidad para terminar negándola, lo que realmente merecería la pena ahora es saber qué propone cada fuerza política para asegurar la continuidad de un crecimiento económico tan robusto como el que los datos actuales indican. Ese es, realmente, el único debate económico que importa.

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Manuel Escudero es embajador de España ante la OCDE.

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