¿Debe dimitir Pedro Sánchez?

Ángel Viviente Core

Durante los últimos días, he escrito comentarios a artículos, en este mismo medio y otros, mensajes de whatsapp, charlas con amigos, etc, referentes a lo que en mi opinión debería ser la actitud de Pedro Sánchez y del PSOE en relación con los hechos acaecidos recientemente con las imputaciones de Ábalos y Cerdán.

Al final, la guinda que me hace escribir este texto es el artículo de Jesús Maraña en este medio el pasado día 5/7 Sánchez, Cercas y aterriza como puedas, artículo que de inmediato trajo consigo la aprobación y aplausos de muchos de los lectores de infoLibre, en completa aceptación de sus postulados.

En un porcentaje que yo diría es del 99,9 % de sus artículos y opiniones, siempre he estado totalmente de acuerdo con Jesús. Es una de mis personas de referencia, al que respeto y con el que enteramente me identifico en sus opiniones. Le respeto y admiro por su lucha por un periodismo libre y con unos planteamientos en el ámbito político y social con los que yo sintonizo prácticamente en su totalidad. Siempre ha sido así.

No obstante, en este caso, con este artículo, no puedo evitar mostrar mi desacuerdo. No pasa nada, la visión democrática de los problemas pienso que facilita el intercambio de opiniones y la plasmación de puntos de vista diferentes. Se supone que una visión progresista de las formas de debatir los problemas pasa por aceptar opiniones diferentes. Y eso estoy haciendo yo ahora.

Mira que no tengo absolutamente ninguna coincidencia con las opiniones de Javier Cercas en muchos temas y nada me lleva a defender ahora su punto de vista en esto. Sin embargo, lo que dice Cercas, en este caso, se acerca a mis puntos de vista, así como al de otros “opinadores” que también han dado su opinión al respecto, incluso en este mismo medio, y ninguno de ellos que pudiera ser tachado de “derechista”.

En definitiva, mi desacuerdo se plasma en lo que en ese artículo Jesús afirma, referente a que las posiciones que no defienden a ultranza la permanencia de Pedro Sánchez en sus cargos actuales son inaceptables y facilitan la llegada de la derecha y ultraderecha al poder. En mi opinión, eso es completamente al contrario: Creo que la permanencia de Pedro Sánchez al frente del Gobierno facilitará la llegada de la derecha y ultraderecha al poder, a lo más tardar en las próximas elecciones.

Veamos:

Pedro Sánchez cometió no uno sino dos errores consecutivos de cajón, muy graves. Confió el poder directo y claro del partido y del Gobierno en dos personas que no cumplieron con sus responsabilidades, sino que, antes al contrario, parece que trataron de lucrarse al hilo de sus cargos.

En cualquier país democrático, esta simple duda en cuanto a las responsabilidades de personas cercanas al presidente y nombradas por él debería hacerle dimitir, como responsable directo de estos y de otros nombramientos. Y la gente lo entiende así, y el no hacerse cargo de esa responsabilidad crea una carga a sus espaldas que dudo mucho que sus votantes olviden. Por mucho que las estrategias de victorias futuras nos digan lo contrario, esto debería ser así de forma ejemplarizante en un gobierno que se dice progresista y de izquierdas. No puede ser que la gente llegue a pensar que unos y otros se comportan de la misma manera. Todo vale para conseguir el triunfo, no debe ser un lema para un gobierno de progreso.

Si no lo hiciera así, esta pesada carga la llevará sobre sus espaldas durante el tiempo que dure la legislatura y la oposición no cejará en echárselo en cara durante todo ese periodo y lo explotará después electoralmente.

Sin menospreciar los triunfos legislativos de Pedro Sánchez, no tenemos que olvidar que muchos de ellos lo fueron gracias al apoyo de unos partidos que apoyaban al Gobierno

Recuerdo las palabras de Costa cuando presentó su dimisión en Portugal, por algo de enjundia parecida, o aún menor:

"La dignidad de las tareas de un primer ministro no son compatibles con ninguna sospecha sobre la integridad, el buen comportamiento y menos aún con cualquier tipo de acto delictivo”

Y en eso se refería no solo a él, sino a sus directos colaboradores.

El punto de discusión, tal vez, es el de si, estratégicamente, una dimisión de Pedro Sánchez traería consigo inmediatamente la llegada al gobierno de la derecha y la ultraderecha. Y en eso, tampoco estoy de acuerdo. Yo no estoy hablando, como en el caso de Portugal, de una finalización de la legislatura y convocatoria de elecciones.

De lo que yo hablo es de una simple dimisión del presidente, búsqueda de una persona que sea aceptable para todos los partidos que apoyan al gobierno de progreso, que puede o no ser del PSOE, e incluso no ser diputado, y constitución de un gobierno con esta persona al frente que sea capaz de finalizar la legislatura. Eso es completamente posible y nuestra legislación lo permite. Yo no puedo aceptar que el ¡fuera Sánchez! me implique en un ¡pasen Feijóo y Abascal! Yo no hablo de eso. El que Sánchez dimita no tiene por qué traer consigo lo otro.

Las personas no son imprescindibles. Sin menospreciar y quitar las labores y triunfos legislativos de Pedro Sánchez, no tenemos que olvidar que muchas de ellas lo fueron gracias al apoyo de unos partidos que apoyaban a este gobierno. Algunas de ellas gracias a la insistencia y empujadas por partidos que no eran del PSOE. No podemos pensar que sin Pedro el mundo se acaba. El gobierno fue un gobierno compartido con otros y en él, el presidente, no era “el todo”. Esto no es un gobierno cesarista, ligado a una persona.

En el PSOE y en los partidos que apoyan a este gobierno, y fuera de ellos, hay personas que perfectamente pudieran asumir esa función en forma similar.

Para mí que dos años, con problemas en la chepa, asociados a la corrupción, con hermanos, parejas, colaboradores directos (ahora aparece otro con acusaciones de acoso sexual), inmiscuidos en problemas judiciales, no sería la mejor forma de “aguantar” estos dos años que quedan para las elecciones. Esa situación, para mí, sería más de lo mismo y llevaría claramente a una victoria contundente de PP-VOX.

La única opción que veo es librarse de toda esa carga y afrontar el futuro con nuevas caras, con un Gobierno totalmente lavado y limpio de toda sospecha de corrupción y libre de quienes confiaron en corruptos, y capaz de impulsar leyes, anticorrupción incluidas, que devuelvan a la gente la confianza en este gobierno. Sin ese lavado de cara lo veo muy difícil y si no, véase la poca confianza que se ha trasmitido a militancia y votantes el reciente Comité Federal que, creo, no ha convencido a nadie.

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Ángel Viviente Core es miembro de la Sociedad de Amigos de infoLibre.

Ángel Viviente Core

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