Plaza Pública

'El lechero' siempre llama dos veces

Xabier Fortes

Tiene costumbre Alfonso Rojo de referirse a mí de forma despectiva llamándome El Lechero El Lechero. Todo proviene de una concentración de ganaderos del sector lácteo en Galicia, en riesgo de ruina muchas explotaciones y familias por la caída del precio de la leche. Una coordinadora de organizaciones agrarias ligadas al PP, al PSOE y al BNG, es decir, transversal y sin distingos ideológicos, me invitó a leer un comunicado en la plaza compostelana de A Quintana en defensa de un sector estratégico en Galicia, vital para fijar población en zonas rurales y en declive. Acepté encantado. Meses después, un sector de esos ganaderos, y ya sin consenso, realizó una tractorada. Era una convocatoria distinta, en épocas distintas, y con fines distintos. En la tele me pidieron hacer un directo para el Canal 24 horas y fue lo que hice. El periódico de Alfonso Rojo, en una manipulación de libro, fotos incluidas, dijo que la manifestación era la misma y que tras haber realizado la arenga a los ganaderos bajé del estrado para informar en un directo de ello. Pedí el apoyo de la asesoría jurídica de TVE para que me diera amparo ante semejante infamia. Me fue denegado. Desde entonces para él soy El Lechero.

Es habitual el recurso tosco y poco elaborado de Alfonso Rojo para realizar la crítica, lo que le ha ido alejando de los programas de opinión de mayor prestigio y llevado a una espiral autodestructiva, en la que está triturando todo el prestigio profesional del que un día gozó como corresponsal de guerra. La puntilla le ha llegado de los tribunales, de las reiteradas sentencias judiciales que han condenado sus malas prácticas. Su medio digital se ha convertido en un libelo que se acabará enseñando en las escuelas y facultades de periodismo como ejemplo deindignidad profesional.

En ese medio, hace unos días se publicó una lista con los integrantes del Consejo de Informativos de TVE, informadores elegidos por sus compañeros para velar por la independencia de RTVE. El destrozo personal y profesional que trató de hacer con cada uno de nosotros, en algunos casos sugiriendo la comisión de irregularidades económicas, no ha tenido por fortuna efecto debido al escaso crédito de ese diario digital. Es de suponer que esa lista se inspiró en una anterior, una lista negra realizada por una directiva de TVE en la que nos atribuía sospechosas conspiraciones políticas o judeo-informativas. No deja de resultar cómica la forma en la que nos enteramos. Su propia instigadora se confundió con la dirección electrónica, y en vez de enviarla al otro alto directivo que la esperaba, nos la remitió a nosotros mismos. Dimitió en apenas una hora. Desde entonces, cuando alguien se equivoca enviando un correo o un Whatsapp, en TVE decimos que ha cometido un Ceciliazo, en honor a la autora del mismo.

Además de tratar de insultarme con el mote de Lechero, una de las acusaciones que desliza el periódico de Alfonso Rojo es que le debo a José Bono (en su día presidente del Congreso) el hecho de haber llegado a presentar La Noche en 24 HorasLa Noche en 24 Horas. Aduce para ello la relación con mi padre, tras haberle defendido en un pleito judicial, infiriendo por tanto la comisión de un delito. Evidentemente lo del padrinazgo televisivo ni siquiera llega a la categoría de chiste y desde luego casa mal con los otros calificativos que me dedica: podemita, soviet, bolivariano... Lo del delito, sin embargo, sí es cierto. Un delito del que su familia y amistades estamos muy orgullosos. En el Código Penal del franquismo estaba tipificado como sedición para la rebelión.

Por entonces no era muy común ejercer de demócrata prematuro, más aún si se vestía de uniforme. Con el empleo de capitán de infantería, en 1974 fundó junto a otros oficiales una organización a la que él puso precisamente nombre en una reunión clandestina, la Unión Militar Democrática (UMD), cuyo fin era evitar que el Ejército fuese un obstáculo en el tránsito a la democracia. Recuerdo muy vagamente y casi en duermevela, siendo niño, el ruido y los pasos de madrugada cuando vino a detenerlo un grupo de la Policía Militar al mando de un comandante. Ahí acabaron mis ilusiones de ser oficial, sin duda para fortuna de la milicia y desgracia del periodismo.

Fueron años duros y aún me emociona recordarlos. Mi padre fue condenado a cuatro años de prisión –saldría antes gracias a la amnistía posterior a la muerte de Franco– y mi madre se ausentaba habitualmente de nuestra casa en Pontevedra para ir de penal en penal a visitarlo: El Hacho en Ceuta, Hoyo de Manzanares en Madrid, El Castillo de la Palma en Ferrol... En ese tiempo, mis cuatro hermanos y yo vivíamos de la exigua pensión de mi abuela, que nos crió como pudo, del apoyo de familiares y amigos y de los envíos de una red de ayuda a los presos políticos españoles organizada en varios países europeos. Cada cierto tiempo llegaba un paquete de Alemania, Holanda o Suecia con ropa y bolsas de comida. Me quedó grabado también un nombre, Olof Palme, y una foto del primer ministro sueco con una hucha pidiendo ayuda para los presos del franquismo.

Una de las ayudas desinteresadas que recibimos fue la de José Bono, entonces jovencísimo abogado que empezaba el oficio en el despacho de Raúl Morodo, y que se ofreció a defender a mi padre sin remuneración económica. El tribunal militar se lo impidió. Nunca le agradeceremos bastante el gesto gallardo que tuvo con nosotros. Ser demócrata en aquellos tiempos no era cómodo, y Bono puede presumir de haberlo sido cuando muchos aún se ponían de perfil. Una vez lo invité a mi programa sin saber él que mi padre era el Capitán Fortes. Se lo dije antes de entrar en el plató, le cambió el gesto y me dio un abrazo.

Insinuar que a él le debo mi puesto en TVE supera el umbral del deshonor y la indignidad, y por eso he escrito estas líneas, casi a modo de desahogo personal. Con esas cuestiones no negocio. Me lo enseñaron mis padres desde niño. Por lo demás, Alfonso, si te pone, llámame con el apodo que te plazca. A fin de cuentas, y como decían los amigos de mi padre en tiempos clandestinos: "Si de madrugada llaman a tu puerta, mejor que sea el lechero". __________________________

* Xabier Fortes es vicepresidente del Consejo de Informativos de TVE.Xabier Fortes

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