Millones de sueños
La primera legislatura de Donald Trump tuvo como icono el pretendido muro a lo largo de la frontera con México. En 2017 se comenzó a construir con fondos federales, completándose 732 kilómetros de hormigón antes de que Joe Biden detuviera su ejecución en 2021, una vez relevado al republicano en la Casa Blanca. Ahora, con la vuelta del magnate de Queens a la presidencia de los Estados Unidos, la idea de una enorme pared que impidiera la entrada de personas en el país ha sido reemplazada por una medida en sentido inverso, la de expulsar a todos aquellos que han ido accediendo y, en muchas ocasiones, incorporándose a la realidad de una nación. Pero como todo lo que rodea a las acciones de Trump, la idea se presenta sin excesivo análisis, bastando una apariencia de ruptura con todo lo anterior en base a un titular contundente. No se ha hecho esperar. En los primeros compases de la 47ª legislatura se comunicó el objetivo de alcanzar los once millones de deportaciones de inmigrantes durante el mandato. Millones de irregulares catalogados como criminales serán expulsados de las fronteras estadounidenses para hacer a América grande, again.
¿Es posible tener cuantificado el número de personas a las que resultaría imposible regularizar su situación? ¿Hablar de millones de residentes tan ligeramente es racional para una administración? ¿Qué convierte a alguien que no esté en prisión en un criminal? ¿Es lo que demanda realmente la sociedad de EEUU? ¿O es este un mero titular para inaugurar el mandato que la realidad se encargará de modificar?
Los estadounidenses de origen verán de cerca las consecuencias de la nueva política del presidente. ¿Les mostraron la letra pequeña del decreto?
Para analizar esta medida no vamos a confrontarla con un modelo antagónico al presidente elegido, pues este es precisamente quien han escogido los votantes. Tampoco vamos a traer a colación su legalidad (si se infringe la Enmienda 14 de la Constitución será cuestión de sus propios tribunales) o su dimensión moral en el respeto a los derechos humanos. Ni siquiera recordar el manido sueño americano que guio la formación de una nación por medio de gentes que llegaban desde los cuatro puntos cardinales buscando progresar por medio de su trabajo y la igualdad de oportunidades. Mejor será intentar analizar la medida hablando el mismo idioma que quien la propone. Si existen once millones de delincuentes sueltos en el país, el problema es más profundo. ¿No van a ser juzgados por sus supuestas tropelías? ¿Son criminales los que atesoran antecedentes por meras infracciones de tráfico? Tupido velo sobre ello. Vamos al meollo de esa América grande que se pretende rescatar. La administración Biden realizó deportaciones. Que no parezca que no se hacían hasta las inauguradas redadas. Más de doscientas mil en el pasado año, pero multiplicar esa cantidad por cincuenta y cinco en cuatro años supone un reto sin precedentes para el país. ¿Sobrevivirá la nueva economía tecnológica de Trump prescindiendo de golpe del 6% de la mano de obra básica en sectores como la agricultura y la construcción? El precio final de alimentos y viviendas subirá irremediablemente si dichos ámbitos sufren carencia de trabajadores. ¿Y el santificado consumo? Puede que los vehículos de lujo, la moda o la alta joyería no sufriera curva descendente sin todas estas personas, ¿pero y las empresas familiares de alimentación, supermercados o pequeños hosteleros? Once millones de compradores son muchos. Suponen millones de dólares. Más el billón que, según los expertos, supone dotar de medios al servicio de inmigración para afrontar la tarea. ¿De qué fondo pretende sacarse? Los estadounidenses de origen verán de cerca las consecuencias de la nueva política del presidente. ¿Les mostraron la letra pequeña del decreto? ¿Se habla realmente de delincuentes o llega más allá? ¿Se quedarán la medida a medio terminar tal y como sucedió con el muro? Mejor que antes de lanzar el titular se pensara y se explicara. Hay millones en juego. No de dólares, sino de sueños.
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Gerardo Centeno es vocal asesor de Más Madrid y autor de la obra 'A Pedales'.