EL OJO PÚBLICO

TVE se consagra a la propaganda hasta el 26-J

Adiós al periodismo. TVE dedica los minutos de campaña electoral a un ejercicio de pura propaganda. Cierto que, en esta ocasión, no al servicio del PP, como han destacado los sucesivos informes de los profesionales, sino al de las cuatro formaciones de ámbito nacional que concurren al 26-J. Lo hizo anoche, en los quince minutos que dedicó al inicio de campaña –aunque llevamos en ella desde que fracasó la investidura– con la pegada de carteles, que solo fue literal en el caso de Unidos Podemos, y las intervenciones de los líderes, que en en el caso de PP y PSOE habían grabado horas antes.

Por cierto, que en este especial, presentado por el habitual Sergio Martín, y al margen de algún fallo menor de conexión, hubo lugar para unos segundos de gloria no solo de formaciones nacionalistas con representación parlamentaria, sino también para grupos como el defensor de los animales, el ultra izquierdista PCPE, o el ultra derechista VOX. ¡Qué tiempos aquellos en que no se contaba con Podemos o Ciudadanos "porque no tenían representación en el Congreso".

En estas primeras horas, TVE dio la vuelta a la tortilla: se acabó poner al PP como postrer testimonio para que dijera la última palabra sobre cualquier asunto. Ahora, y con la Junta Electoral vigilante, abre los bloques, al ser el partido con mayor representación. Y se acabaron los cambios. Ante el horror de los profesionales de TVE, los espacios dedicados a cada formación "parecen" diseñados por los respectivos directores de comunicación: imágenes de partidarios entusiastas, planos que evitan cualquier sensación de vacío, secuencias del líder en movimiento y entre gente sonriente, frases del protagonista sin un titubeo, asertivas y culminadas con ovaciones... y la historia se repite del PP al PSOE, de Podemos a Ciudadanos, conformando vídeos que perfectamente podían haber sido realizados por profesionales a sueldo de cada uno de los partidos.

La televisión será decisiva

Y es que todos los contendientes lo tienen claro. Sin carteles en paredes y vallas, sin retratos en las farolas, sin grandes mitines multitudinarios, animar a los convencidos y atraer a los indecisos está en manos de la televisión. Para ese Gran Hermano se diseñan con cuidado actos, marcos y comparecencias. Se seleccionan poblaciones, barrios y entornos adecuados al mensaje que quiere trasmitir. Se mimetiza hasta la vestimenta adecuada del líder y sus más próximos. Se evitan presencias o imágenes inadecuadas...

El Canal 24 Horas ‘huye’ de la información electoral

Previamente se ha seleccionado cuidadosamente la participación del cabeza de lista en programas hasta hace poco despreciables: espacios de consumo masivo para los más mayores, entrevistas con niños, programas de humor y desenfado, de cercanía humana, de deportes, de juegos... Los políticos españoles han tardado décadas, pero por fin se han decidido a copiar a los de Estados Unidos, que descubrieron hace cuarenta años que para ser elegidos no importa otra cosa que aparentar ser tan corriente como cada uno de los votantes.

En paralelo, se elige –siempre entre los más fieles– a las personas más adecuadas para concurrir a tertulias y entrevistas: de buena presencia, firme en el mensaje, nada agresivo, capaz de aparentar empatía con moderadores y adversarios...

Con todo perfectamente planificado, quizás sea el debate una de las escasas oportunidades para poner a prueba a los candidatos. Quizás por ello, solo habrá uno. Quienes parecen tener mejores expectativas según los sondeos solo esperan que pase –¡cuanto antes!– un encuentro en el que, durante un par de horas, su futuro podría estar en el aire.

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