Congreso del PP
Aznar pronostica "cárcel" para Sánchez bajo el aplauso unánime de todo el PP

Cuando José María Aznar habla, el Partido Popular escucha. Artífice del "quien puede hacer que haga", la intervención del expresidente del Gobierno en el congreso del Partido Popular era una de las más esperadas este viernes. Pero sus palabras sorprendieron por su extrema dureza e inflamaron un cónclave que se preveía tranquilo, con graves acusaciones contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que sin embargo fueron aplaudidas con fervor por los allí presentes.
“Si negocias presupuestos en una prisión y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en una cárcel, porque ese es tu ambiente", fue la frase que dirigió a Sánchez y que, hasta ahora, únicamente Vox pronunciaba en voz alta. Pero el conservador no se quedó ahí, sino que aseguró que el cambio "más urgente" que necesita España es que "los delincuentes dejen de estar en los despachos legislando y pasen a estar en la cárcel para que la ley se les aplique".
Ese fue el hilo conductor de su discurso, hasta el punto de afirmar también que "ahora sabemos por qué el Gobierno se daba tanta prisa excarcelando etarras, porque estaban haciendo sitio". Una crítica a la política de acercamiento de presos del Ejecutivo de Sánchez que contrasta con las decisiones que tomó él durante su etapa en Moncloa. De hecho, en su primer mandato como presidente, entre 1996 y 2000, trasladó en plena actividad terrorista a 190 etarras.
El conservador describió la gestión del actual presidente del Gobierno como una “golfería estructural" y una "crónica de sucesos". "No se trata de tres o cuatro golfos —en referencia a Koldo García, José Luis Ábalos y Santos Cerdán— sino de una forma de ejercer el poder con desprecio a la ley y al sentido común", añadió. Una "golfería del sanchismo" que "no se limita al sexto mandamiento" sino que "rebasa cuestiones de moral privada y tiene un significado político".
Una alocución que completó afirmando que "para el sanchismo no hay reinserción posible" porque "se empeña en delinquir con agravantes", es decir "en cuadrilla, con nocturnidad y con alevosía". Por momentos, parecía que el Aznar orador no se acordaba del Aznar expresidente ni de los casos de corrupción que asolaron sus gobiernos y que culminaron con la condena de Rodrigo Rato, quien fuera persona de su máxima confianza.
Tampoco se acordó de sus reuniones con el nacionalismo catalán con las que consiguió que Jordi Pujol le diera su apoyo a cambio de contrapartidas para investirlo en el año 1996 cuando cargó contra la política de alianzas de Sánchez. "El secesionismo vota investiduras y veta presupuestos, con una mano paga y con la otra cobra. El balance siempre se salda a su favor. Al socialismo le da igual, porque consiguen lo único que les importa, su poltrona", dijo. De lo que sí presumió es de haberse quedado "bastante a gusto" tras pronunciar su discurso.
Los recados a Feijóo: "En las próximas elecciones nos jugaremos la continuidad histórica de nuestra nación"
El expresidente del Gobierno y faro ideológico del PP —su poder es tal que la pasada semana el líder del partido no se atrevió a desautorizarle y replicó sus palabras después de que el expresidente alentara la teoría del amaño electoral en las elecciones generales de 2023— también lanzó más de un recado a Alberto Núñez Feijóo en clave interna.
"Hay que romper el muro y apuntalar los cimientos de la casa que nos alberga. Hasta que no pongamos orden en nuestra propia casa, no pasaremos de ser anécdota irrelevante fuera de ella", dijo, señalando como principal tarea por delante "la reconstrucción del país". Y añadió, en tono apocalíptico: "No se trata de reiniciar el partido, sino de sentar las bases para refundar la convivencia constitucional en España, cerrar el paso a la fractura territorial y al intento de cancelar el éxito democrático de la Transición".
El conservador situó toda la presión sobre Feijóo, al que le vino a decir que no podía fallar como hizo en el año 2023 porque "en las próximas elecciones está en juego algo más que la continuidad de un Gobierno nefasto" y no será otra cosa que "la continuidad histórica de nuestra nación". Esto es así, argumentó, porque "el sanchismo ha unido su destino hace tiempo al de los que llevan toda la vida queriendo cambiar de país porque España no les gusta".
Previamente, el líder del PP había admitido que una de las lecciones de esos comicios fue que con ganar las elecciones no basta. Y así se lo recordó Aznar: "Sabemos que entonces no se tratará solo de ganar unas elecciones, habrá que ganar una investidura", dijo. Y no solo eso, sino tener "la mayoría parlamentaria que permita reformar y dar continuidad a la España constitucional", dijo, excluyendo de esos acuerdos a las formaciones independentistas.
Rajoy asegura que Sánchez intentará "cambiar el régimen por la puerta de atrás"
Cuando llegó el turno de Mariano Rajoy, el auditorio todavía no se había recuperado de las palabras de su antecesor en el cargo. Y, aunque endureció sus críticas, también recurrió a su habitual retranca, lo que ayudó a desinflamar el ambiente. "Lo que hemos conocido estos días solo es la puntilla de una legislatura que nunca debió arrancar", dijo, en referencia a los casos de corrupción que afectan a la familia socialista, con Santos Cerdán como el presunto cabecilla de esa trama, y aseguró que el Ejecutivo intentará "cambiar el régimen por la puerta de atrás".
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Y prosiguió: "Hemos visto cosas que no podíamos siquiera imaginar, disparatadas, cosas que no se habían producido nunca, pero todas arrancan de un mismo origen. Quien perdió las elecciones se dispuso a mantenerse en el poder a cambio de mantenerse a un chantaje constante", dijo, tras hacer referencia también a la traumática moción de censura que le desbancó del poder en 2018. "Aquella moción fue el primer acto del Frankestein, se intentó enmascarar con una sentencia lo que era una historia de ambición sin límite, se intentó llegar como fuera", dijo.
El conservador también cuestionó la decisión del Tribunal Constitucional de avalar la amnistía, pese a que durante su mandato como presidente del Gobierno presumía de acatar las resoluciones judiciales y de no atacar a los jueces. "Los cambios en la Constitución son posibles, pero son competencia del pueblo español, que tiene la soberanía nacional en su poder y no de un grupo de magistrados", dijo. Así, concluyó que el TC ha llevado "a una auténtica mutación constitucional sin precedentes".
A diferencia de Aznar, Rajoy no dejó muchos recados a Feijóo, pero sí le pidió no abonarse al "extremismo", en lo que parecía una alusión velada a la extrema derecha, a la que nadie mencionó en esta primera jornada del congreso. "El Partido Popular es la única esperanza de los españoles. Habéis dado un ejemplo admirable, de unidad, libertad y democracia", zanjó.