El futuro del PSOE

La candidata de Ferraz se impone en las primarias del PSM por un 58% de los votos de los militantes

Sara Hernández, votando en las primarias internas del PSM en la agrupación de Getafe, este 26 de julio de 2015.

Fue la favorita desde el principio. Y lo ha sido hasta el final. Hasta que se han abierto las urnas y han dado la razón a todos los pronósticos. Sara Hernández Barroso, 38 años, alcaldesa de Getafe, se ha convertido en la nueva secretaria general del Partido Socialista de Madrid (PSM), en la sucesora de Tomás Gómez al frente de una de las federaciones más convulsas. Se cumplen así los planes diseñados por la dirección federal de Pedro Sánchez. 

Los 15.450 militantes del PSM, distribuidos en 127 agrupaciones locales de toda la Comunidad, tuvieron por primera vez en su historia la potestad de elegir con su voto a su nuevo líder, para cerrar así casi seis meses de interinidad orgánica y jubilar la gestora presidida por Rafael Simancas. Y prefirieron a Hernández (Madrid, 1976) frente al diputado regional y secretario general de la formación en el distrito de Fuencarral-El Pardo de la capital, Juan Segovia Noriega (Madrid, 1982). La regidora logró 3.693 sufragios (el 57,58%), por 2.721 (42,42%) de su rival, con el 99,86% escrutado. Además, se registraron 168 papeletas nulas y blancas. En total, fueron 6.582 los votos emitidos. Los datos los anunció, a las 21.30, el propio Simancas en la sede autonómica de Callao.

No se ofrecieron números desagregados por agrupaciones. Pero, según distintas fuentes del PSM, el duelo entre los dos contendientes estuvo bastante equilibrado en varias de ellas, pero las que decantaron la balanza, como se esperaba, fueron las grandes asambleas del sur, que cuentan con alcalde socialista, caso de Móstoles, Fuenlabrada (166-63 a favor de la regidora), Leganés (149-53), y Getafe (242-63). Regidores con hilo directo con Ferraz, igual que el de Alcalá (185-122). En la capital, Hernández se impuso con rotundidad en agrupaciones como Tetuán (104-16), Latina (131-77) o Villaverde (87,6%-11,5%); en otras ganó, pero muy justa (como en Chamberí, 76-70). Segovia venció en su agrupación, Fuencarral, y también en otras como Centro (105-38 a su favor), Puente de Vallecas o Arganzuela.

La participación, eso sí, fue muy baja, del 42,59%, aún inferior a la que se dio en la primera fase, la de los avales, que alcanzó el 48,72%, en la que la alcaldesa también venció a su oponente (4.483 firmas frente a 2.775). La votación se desarrolló "con normalidad", desde las diez de la mañana a las ocho de la tarde. Las fechas de la histórica jornada, a últimos de julio, junto con la baja tensión del proceso, explican la escasa movilización. También fueron elegidos los 565 delegados al congreso del próximo viernes. 

Simancas felicitó a Hernández, que recibe un "liderazgo legitimado democráticamente", y está llamada a "abrir una nueva etapa" en un PSM "más abierto, más fuerte y más participativo", que debe tener como objetivo "servir a los principios socialistas y atender a las necesidades e intereses de los madrileños". El presidente de la gestora también congratuló a Segovia, que obtuvo un "resultado muy apreciado". Del 42,33%. Nada menor, desde luego.

El diputado regional se quedó a 15,16 puntos de la ganadora. Obtuvo 972 votos menos. Mucho más ajustada fue la contienda en 2010, en primarias entre militantes, entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez, la aspirante de José Luis Rodríguez Zapatero. Los dos pugnaban por la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Ganó el entonces secretario general a la entonces ministra, y le ayudó a consolidar su liderazgo (51,71%-47,99%).

Juntos en Callao

Los dos contrincantes comparecieron cerca de las 22.30 de la noche en la sede regional. Ambos bajaron juntos la escalera que conducía al salón de actos, atestado de militantes, se abrazaron y se aplaudieron mutuamente. Segovia se felicitó del buen desarrollo de la jornada y agradeció el voto del 42% de la militancia. "Ahora, el 100% del partido está con Sara Hernández", proclamó, entre los vítores de las decenas de asistentes, que no se cansaban de aplaudir y gritar a los dos candidatos.

La vencedora, se dijo "honrada", "orgullosa" y "emocionada" por haber sido la primera secretaria general elegida con el voto directo de las bases. Felicitó a Segovia por su campaña y le reiteró su voluntad de que forme parte "del equipo de compañeros" que le acompañe en la nueva ejecutiva. "¡Oé, oé, oé!", "¡integración!", respondía la parroquia socialista congregada en Callao. "Hoy empezamos un tiempo nuevo, con ilusiones renovadas y en el que vamos a construir juntos un futuro compartido. Me comprometo a trabajar desde la unidad. La unidad que nos hace más fuertes para impulsar nuestro proyecto político de progreso", y así "recuperar la confianza de la ciudadanía madrileña y volver a gobernar". "La unidad nos hace un instrumento útil al servicio de la ciudadanía", aseguró. 

Sara Hernández es felicitada por su rival, Juan Segovia, tras conocerse su victoria como nueva líder del PSM, este 26 de julio en Callao | EFE

La nueva secretaria general insistió en que cree "en el trabajo en equipo" y prometió construir una ejecutiva de integración, con personas "capaces" y "competentes". "Os necesito a todos –reiteró–. Cuento con todos" para hacer un "PSM fuerte, renovado, unido" y "ganador". 

Hernández se marcó como obligación devolver a los madrileños la "dignidad" de la política, la "ética" y la "transparencia" frente al "saqueo" del PP. Percha que le sirvió para avisar de que el PSM "no parará" hasta que se depuren responsabilidades por el nuevo escándalo en las filas conservadoras, la Púnica

La primera actividad en la agenda de Hernández será reunirse este lunes, a las 10 de la mañana en Ferraz, con Pedro Sánchez. Y después ir pactando su ejecutiva con los barones locales. Ahí se comprobará si la integración con Segovia y su equipo es posible. Como comentaba uno de los alcaldes del sur a este diario, la intención es procurar la unidad y evitar la "fractura" de pasados procesos. Todo apunta a que en la nueva dirección se integrarán los regidores de Móstoles y Alcalá, David Lucas y Javier Rodríguez, y que la presidirá Manuel Robles. Asimismo, el líder socialista en Villaverde, Enrique Rico, está llamado a ocupar un papel de mucho peso.

Se acaba así definitivamente con ocho años de tomasismotomasismo, que no ha logrado doblar el brazo a Sánchez. Aunque el resultado de este domingo, no obstante, podría ser transitorio si en las generales el líder del PSOE no llega a gobernar. 

El espíritu de la campaña

Con el nombramiento de Hernández, que deberá ser ratificada en el congreso extraordinario del próximo viernes –en el que serán elegidos los nuevos órganos regionales de dirección y los miembros madrileños del Comité Federal–, Sánchez se garantiza la tranquilidad, como poco, hasta las generales. Está así al frente del PSM, su propia federación, una persona de su confianza y que gobernará la formación ayudada por los alcaldes de las grandes ciudades que también están de su lado, como Manuel Robles (Fuenlabrada), David Lucas (Móstoles) o Javier Rodríguez (Alcalá de Henares). Porque si en algo insistió la candidata durante su campaña es en que quería ser la líder de la "unidad", pues sólo con ella el partido podría ambicionar la victoria. Como también dijo que el PSM debía tener "autonomía", sí, pero sin convertirse en un problema, porque el PSOE no puede ser "una federación de partidos". 

Este mismo domingo, 26 de julio, nada más votar en su agrupación de Getafe, Hernández ya incidía en su mensaje: "Esta candidatura es la candidatura de la unidad. Quiero ser la secretaria general del partido para unir al partido. Si fuéramos un partido fuerte, Ángel Gabilondo sería el presidente de la Comunidad de Madrid", señaló, remarcando que la unidad hace "ganadores" a los socialistas y la falta de la misma les "ha alejado de los Gobiernos". Y es que el PSM no toca el Gobierno regional desde hace 20 años. Este 24-M se quedó cerca, a un solo escaño. Suficiente para que un pacto del PP con Ciudadanos le arrebatase toda posibilidad de regresar al poder. 

Un año después de la victoria de Sánchez

Este 26-J gana Sánchez –justo un año después, por cierto, de su coronación en el congreso del PSOE– y gana el que era, tal vez, el discurso menos ambicioso. Segovia había apostado por la "renovación" y "revolución" del PSM, su "modernización" como vía para volver a conquistar la voluntad de los madrileños. Y para ello prometía trabajar para quitar los avales, que las listas electorales fueran elegidas por primarias, que a las primarias para elegir candidatos institucionales pudieran presentarse no militantes o que las decisiones "estratégicas" fueran tomadas por las bases. Hernández aseguraba que el diputado regional estaba alimentando "falsas expectativas" porque esos cambios no dependían de este cónclave, sino del congreso federal ordinario del PSOE, previsto para después de las generales. 

Pedro Sánchez, votando al filo de las tres de la tarde en las primarias del PSM, en su agrupación de Pozuelo, este 26 de julio | BORJA PUIG

De cualquier modo, Hernández ha intentado por todos los medios desembarazarse de la etiqueta de candidata oficial o del aparatooficial aparato, que Segovia también le intentaba pegar a su espalda. No ha presumido de apoyos ni se ha dejado ver con miembros de la ejecutiva federal. Ferraz, en un gesto nada casual, ni siquiera convocó a los medios para que grabasen el momento de la votación de Sánchez en su agrupación, la de Pozuelo, aunque las cámaras estuvieron esperando su llegada desde la apertura de las urnas, a las diez de la mañana, hasta que apareció, cerca de las 15 horas. 

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Segovia, a su vez, ha tenido que luchar con su propio fantasma: la acusación de que él era el candidato de Tomás Gómez, destituido fulminantemente en febrero por Sánchez para dar paso a Ángel Gabilondo. El diputado ha negado que su candidatura fuera una continuación del tomasismo, pese a que algunos de sus fieles sí le han respaldado, junto con otros históricos enemigos suyos. Además, recibió el apoyo de los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero (este no le pudo avalar, porque milita en León); de los exministros Cristina Narbona, Valeriano Gómez o Matilde Fernández, del exalcalde de la capital Juan Barranco o de la regidora de Aranjuez, Cristina Moreno. Incluso la propia Susana Díaz, según fuentes del Gobierno andaluz, había mostrado sus simpatías hacia el parlamentario. 

Aparte de las cuitas sobre los avales o el modelo de partido, la campaña estuvo dominada por la cuestión de las compatibilidades. Segovia sostenía que no era posible ser alcalde –y más de una localidad como Getafe (173.000 habitantes) y en minoría– y secretario general, ya que ambas tareas requerían máxima dedicación. Hernández, por el contrario, defendía que sí era óptimo compaginar ambos cargos, y que lo que sí era "confuso" era compartir escaño en la Asamblea con el portavoz socialista, Ángel Gabilondo, figura teóricamente intocable para los dos candidatos. El exministro, por cierto, no estaba este domingo en la sede del PSM. No es militante. La de hoy no era su batalla. 

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