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Entrevista

Elpidio Silva: “La acusación por los correos de Blesa es un montaje que sigue adelante por Aznar”

El juez Elpidio José Silva durante la rueda de prensa del pasado jueves.

Recientemente confirmada por el Supremo la sentencia que expulsa a Elpidio Silva (Granada, 1959) de la carrera judicial, el exjuez que primero investigó los correos secretos de Miguel Blesa y envió a prisión provisional al financiero por su ruinosa gestión de Caja Madrid, publica su segundo libro, La verdad sobre el caso Blesa (RBA).

Y lo hace teniendo ante sí un horizonte penal aún más inquietante: una eventual condena a prisión, esta como presunto responsable de la filtración de los correos secretos de Blesa, adelantados por infoLibre y parte de los cuales ya ha incorporado la Audiencia Nacional al caso Bankia, entidad a la que Silva define en su nueva obra como "un delta de incertidumbres".

Blesa, escribe Silva disparando el dardo, tenía una doble misión en Caja Madrid: "Por una parte, debía gestionar la tercera entidad bancaria del Estado español bajo estrictos criterios de rentabilidad y marca reputacional. Por otra parte, debía repartir favores y privilegios entre los elegidos por el Régimen". Y ahí, esa es su tesis, estriba la clave de lo sucedido: "Si chocaban los amigos con los intereses de Caja Madrid, prevalecerían los primeros".

Con una condena sobre sus espaldas y la conciencia de que no sólo sus enemigos van ganando sino que lo que ahora está en juego no es su carrera sino su libertad, Silva exhibe en esta entrevista con infoLibre un comedimiento mayor o más visible que el acostumbrado.

Pero eso no le impide definir como "montaje” la acusación lanzada contra él por una supuesta testigo "espontánea" que entre otras cosas le atribuye nada menos que la práctica de magia negra. La Policía desacreditó a esa testigo. Pero, argumenta Silva, un potente motor ha mantenido la causa en marcha: una denuncia de José María Aznar, el "amigo" de Blesa, como repite una y otra vez en esta segunda crónica sobre los desmanes en Caja Madrid. “El montaje –dice el exjuez– ya sólo se podía sostener si la persona que estaba detrás de todo esto firmaba. Ya no bastaba la firma del fiscal Manuel Moix. Hacía falta otro tipo de sostén, la denuncia de Aznar”.

PREGUNTA: Cuando publicó su primer libro sobre lo sucedido en Caja Madrid, La justicia desahuciada (Península), usted tenía una gran confianza en que no le condenarían. Pero le condenaron. Y La verdad sobre el caso Blesa llega a las librerías cuando el Supremo acaba de ratificar esa condena, que ha terminado con su carrera como juez. ¿Cómo se siente?La justicia desahuciada (Península)La verdad sobre el caso Blesa

RESPUESTA: Lo que ha ratificado el Supremo es que no hay justicia en España. Esto no lo digo yo, sino que lo saben ya varios organismos internacionales. Estamos esperando que salga la lista de magistrados con cuentas en Suiza, creo que son varios centenares de…

P.: … ¿Se refiere a la lista de los 715 políticos, jueces y altos funcionarios que se acogieron a la amnistía fiscal y sobre los que Hacienda ha pedido al Sepblac, la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales, que investigue si blanquearon dinero ilícito? lista de los 715 políticos, jueces y altos funcionarios

R.: Sí, es muy importante saber qué pasa con la Justicia española, en qué historia estaba metida, qué quiere decir ser magistrado del Supremo en España, a qué pactos se llega o no se llega… Porque lo que no puedes comprender, y por eso yo entendía que nunca iba a ser condenado, es que para una persona en particular cambies una jurisprudencia pacífica de decenas de años. Han cambiado la jurisprudencia sobre prevaricación…

P.: ¿No se cambió en la práctica ya con la condena a Baltasar Garzón?

R.: No, no. Ahora lo que han venido a decir es que para prevaricar no hace falta que dictes una resolución manifiestamente injusta. Se inventan ahí una doctrina que no tiene el menor fundamento, una doctrina según la cual basta que haya unos elementos subjetivos que ellos deducen de lo que dicen unos testigos que entran en contradicción con ellos mismos y con otros y que ni siquiera dicen que yo prevaricaba, que yo iba contra Blesa.

Lo que dicen es que yo no les atendía bien, que no les preguntaba correctamente…. ¿qué es eso?, ¿cómo pueden montar una prevaricación con eso? Que yo sepa, a los jueces que han interrogado a etarras de una manera que pudiera ser cuestionada nadie los ha acusado de prevaricación, ¿o sí?

P.: O sea, que no sólo no discrepa de ella, sino que le resulta difícil entender la condena.

R.: Es que no entendemos nada porque además ese juicio no tiene sentido. Jamás, que yo sepa, a una persona se le ha admitido una prueba, como ocurre con los correos de Blesa en este caso, para luego impedirle verla. Si tú admites como prueba a un testigo y luego dices: “Bueno, se admite pero el testigo no declara, ¿eh?”, eso es un mal chiste, ¿no? O te admiten un cuchillo como prueba pero no te dejan que analices el ADN.

Eso ha pasado con los correos de Blesa: se admite la prueba y sin embargo no los hemos podido ver. Eso sabotea todo el proceso de una manera tan grande que yo no entiendo nada. Es una causa de nulidad profunda como otras. Por ejemplo, no entiendo por qué me juzgó el Tribunal Superior de Justicia Madrid dado que ya no era juez.

P.:Usted ve entonces confirmados sus temores de que le perjudicaba que le juzgase el TSJM y no un tribunal ordinario.

R.: Claramente. Pero no lo digo yo, lo dice el propio Arturo Beltrán [presidente del tribunal que juzgó a Silva en el primer juicio, que no llegó a culminarse, y en el segundo]. Acuérdese que se abstuvo motu proprio y se le rechazó la abstención. Se abstuvo porque él mismo estuvo resolviendo temas del juicio anterior que quedó anulado [por la presencia en el tribunal de una antigua consejera de la Asamblea de Caja Madrid bajo el mandato de Blesa, la juez María Tardón]. Y lo hizo porque el mismo juez no puede intervenir varias veces en la prueba.

P.: Pero paradójicamente fue el único que pidió su absolución.

R.: Sí, pero eso es otro tema. Que un juez pida la absolución no sana todas las nulidades que hay porque entonces todo sería tan sencillo como hacer un voto particular estratégico para salvar al tribunal y eso sería un delito de fraude procesal mayúsculo.

P.: Mire, me pareció que su primer libro tenía mucho de ajuste de cuentas con Blesa y con quienes emprendieron el primer proceso contra usted mientras que en La verdad sobre el caso Blesa hay más de vindicación de lo que hizo al investigar al financiero y su gestión. ¿Es así?La verdad sobre el caso Blesa

R.: Hummm, no. Yo lo que quería y lo que quiero es que la gente tenga la oportunidad de leer en 400 folios la verdad de lo que ha ocurrido aquí, sabiendo que la verdad es patrimonio de muchísima gente, no de uno solo. Pero creo que puedo ofrecer una visión muy directa de todo aquello.

P.: No hay ninguna gran revelación inédita sobre el banco de Miami. ¿Qué ha pasado?

R.: Yo he querido ser objetivo. Por tanto, lo que con datos objetivos no es contrastable no lo he dicho. Y sabe perfectamente que no lo puedo decir porque no se investiga.

P.: Pero usted había sugerido de manera muy abierta que en el banco de Miami había conexiones con Aznar y su yerno, Alejandro Agag.

R.: En el libro cito esas conexiones pero hay un problema, que como no tengo los correos no los puedo utilizar. Cuando yo decía que lo iba a contar todo, todo, lo que jamás me pude imaginar es que no me iban a dejar ver los correos, pero no los tengo. No obstante, creo que marco los raíles. Es decir, ¿cómo es posible que se declare nulo el caso Blesa [nucleado en torno a los créditos concedidos a Gerardo Díaz Ferrán] y que sin embargo siga adelante el caso del banco de Miami?

P.: ¿Y cuál es la explicación?

R.: Mire, jurídicamente podríamos organizar congresos enteros sobre esto y no nos enteraríamos porque las mismas causas que hay para entender nulo uno existen para entender también nulo el segundo. ¿Por qué este sí se salva? Porque tiene que ver con un elemento político muy importante que Blesa y su equipo se saltan al comprar el banco. El caso se salva porque ese elemento, esa jefatura política del asunto, la que la Comunidad de Madrid ejerce como propietaria de la Fundación Caja Madrid, no tolera que alguien compre cosas sin una autorización que no se iba a dar, la suya.

P.: ¿Lo que está queriendo decir es que el Gobierno madrileño ha mantenido viva la causa por la compra del banco de Miami?

R.: Quiero decir lo que estoy diciendo: que cuando hay una infracción grave que tiene que ver con que te saltas al que manda políticamente, eso no se perdona.

P.: ¿Y quién no ha perdonado aquí?

R.: La Comunidad de Madrid, la gobierne quien la gobierne, no tolera que le hayan quitado la caja, que se haya gestionado mal y que se archive una causa que…

P.: Pero entonces lo que está diciendo es que la presión política de la Comunidad de Madrid mantiene abierta esa causa. ¿Es así?

R.: Digo que la Fiscalía valora que la infracción relativa a saltarte al propietario es una línea roja y ahí no archivamos. Igual que no había que haber archivado el caso Blesa, pero ahí no hay ninguna autoridad política de por medio.

P.: Le veo midiendo sus palabras con un tono de prudencia muy marcado. ¿Habrían sido distintas las cosas de haber sido esa su actitud en el juicio? En su nuevo libro escribe usted que necesitaban dibujar a “un justiciero desquiciado que, dinamitando todas las garantías judiciales, encarceló a un inocente”.

R.: Se equivoca totalmente en eso de la prudencia. Porque si yo hubiera seguido la línea que seguí para anular el juicio ahora no estaría condenado. Ese tribunal siempre fue machacable.

Yo fui una persona desamparada en ese juicio. Lo que verá cualquier francés que sepa de esto, cualquier islandés o belga o noruego es lo siguiente: “¡Qué espectáculo más deshonroso! No dejan al juez defenderse. El juez no sabe ya qué hacer y tiene que ponerse a defender sus derechos porque su aparato de defensa no vale nada, tiene un abogado que se quiere ir y el presidente del tribunal no le deja irse”.

P.: ¿No hubo entonces paripé en esa decisión de que su primer abogado, Cándido Conde-Pumpido hijo, abandonase su defensa?R.: Cándido Conde-Pumpido hijo, abandonase su defensa

En absoluto. No hubo paripé. No podía seguirse el juicio adelante porque el tribunal estaba tocado. No hubo paripé desde el momento en que el tribunal para el juicio.

Y lo que el francés o el belga o el noruego de antes piensan es: “Cuánta razón no llevaría el ajusticiado para que el tribunal, que no estaba precisamente muy inclinado a parar el juicio, tuviera que hacerlo”. Todo está grabado y hay una instancia europea a la que acudir.

P.: ¿Irá finalmente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos?

R.: Sí, si el Constitucional no nos da la razón. Le hemos dicho al Supremo que reconsidere su decisión y lo anule todo, trámite que no tiene ni pies ni cabeza pero que es el que se ha establecido. Y si el Supremo no lo hace iremos al Constitucional.

P.: Y en medio tiene otro frente abierto, peligroso para usted: la causa por revelación de secretos, en la que se le atribuye haber difundido los correos secretos de Blesa y en la que la principal testigo de cargo le acusa a usted nada menos que de haberle hecho magia negra. ¿Correcto?

R.: Es incorrecto. Porque me acusa de la magia negra, de que le doblé un tobillo estando a 500 kilómetros de distancia, de que he participado en la guerrilla de las FARC siendo juez… Verá, mis viajes son perfectamente verificables pero es que, además, es muy difícil participar en una guerrilla en periodos vacacionales porque las guerrillas pues tienen digamos que unas logísticas… En fin.

Esto en Colombia se conoce como testigo falso corrupto, el testigo falso que se busca dentro del aparato de la corrupción. Aquí estamos hablando de unas diligencias de Moix [Manuel Moix, fiscal jefe de Madrid] que ya de por sí son insólitas y políticas al cien por cien. Esas diligencias van al aparato policial y, creo que no con una gran comodidad, la Policía dice: aquí no hay nada, archive.

P.: ¿Y si la Policía dice que no, por qué ha seguido adelante la causa?

R.: Aquí ha pasado lo siguiente. Como si se tratase de un ritual previamente concebido, en primer lugar, abrió diligencias penales de oficio la Fiscalía y, a la semana, formuló una denuncia Aznar, el 26 de diciembre de 2013. Pasadas las navidades, el 16 de enero de 2014, apareció una testigo supuestamente espontánea.

Pero esto es inconcebible si reparamos en que esa testigo formula denuncia a las siete de la tarde en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. A esas horas y en ese lugar, no cabe hablar de hechos espontáneos sino, más bien, de una declaración que, de alguna manera, ya se había preparado.

De hecho, aunque la Policía dijo que no concurrían indicios de imputación por la filtración de los correos, sin embargo, se continúa con las diligencias adelante.

P.: ¿Y qué tiene que ver en eso la denuncia de Aznar?

R.: La denuncia de José María Aznar dice claramente lo que está pasando aquí. Y lo que está pasando es que el montaje ya sólo se podía sostener si la persona que estaba detrás de todo esto firmaba.

Ya no bastaba la firma de Moix. Para que prosiguiesen unas diligencias judiciales sin el menor fundamento, hacía falta otro tipo de sostén: la denuncia de Aznar. Qué casualidad, ¿verdad? ¿Usted ve a los presidentes del Gobierno poniendo denuncias por ahí?

Aznar pone una denuncia que no tiene fundamento alguno. De hecho, así lo concluyó expresamente la Policía ¿La firma de Aznar suple el trabajo de la Policía? Mi anterior abogado, Juan Ignacio Moreno Yagüe, ahora diputado andaluz de Podemos [y vicepresidente tercero del Parlamento autonómico], llegó a indignarse. Entonces, no sólo no se archiva sino que siguen adelante y piden ya cárcel.

P.: ¿Teme que el fiscal reclame una condena que obligue a su ingreso en prisión?

R.: Sí. Estamos esperando que el fiscal presente su escrito de acusación pero podría pedir cuatro años.

P.: ¿Y cuánto le pueden pedir a Blesa en el 'caso Bankia' o en el del banco de Miami?

R.: Según cómo se interprete, pero de dos a 12 años.

P.: O sea, ¿me está diciendo que puede terminar ocurriendo que a Blesa le pidan menos años de cárcel que a usted?

R.: Ah, sí. Pudiera acabar ocurriendo que no le pidan nada porque se archive todo. Porque, que yo sepa, no hay un solo escrito de acusación contra Blesa. Yo creo que todo es posible en España.

P.: Durante mucho tiempo usted ha sostenido que el expresidente de Caja Madrid se sentía impune. ¿Aún lo cree?

R.: Yo creo que sí. Lo dicen los datos.

P.: Pero ahora está imputado también por la Audiencia Nacional en el 'caso Bankia'. 

R.: Han pasado dos años, ¿y qué ha ocurrido? Las imputaciones son para algo, no son para decir “te nombro imputado” y ahí te quedas. En cualquier país normal, las cosas marchan a un ritmito, esa es la esencia de la Justicia. Hablamos de un poder del Estado, por muy denostado que esté, en parte por lo que me ha pasado a mí, pero un poder al que hay que facilitarle lo que pida para que ocurra como en otros sitios: que, como mucho en poco más de un año en casos complicados, se acusa o no se acusa, se archiva o no se archiva, va a juicio o no va, enjuiciamiento y sentencia.

P.: ¿Quiere usted decir que aquí se eternizan las investigaciones?

R.: Es algo más que eternizarse, es que no se sabe lo que hay. El mundo del Derecho, de la Justicia, se parece en España a esa cosa que nunca se ha definido correctamente por los teólogos que es el limbo. ¿Cómo no se va a sentir tranquilo Blesa en este marco?

P.: Justo ahora infoLibre está desvelando que Caja Madrid repartió dinero a espuertas entre fundaciones de todos los partidos, sindicatos y hasta a la Iglesia. ¿Sabían los partidos lo que ocurría?repartió dinero a espuertas entre fundaciones de todos los partidossindicatos Iglesia

R.: Los partidos tienen aquí una responsabilidad que hay que considerar relativa. Habría que analizar a esta gente que estaba en Caja Madrid cómo utilizaron el salvoconducto de su pertenencia a un partido para llegar la entidad.

Analizar a personas, por ejemplo a Virgilio Zapatero, expulsado del PSOE. Da la casualidad de que su hermano, Justino Zapatero, es teniente fiscal e inspector de fiscales. Hay que investigarlo porque aquí hay personas concretas.

El inspector de Hacienda que llegó 
a la banca gracias a su amistad con Aznar

El inspector de Hacienda que llegó a la banca gracias a su amistad con Aznar

¿Sabía la cúpula del PSOE de ese probable nicho criminal que era Caja Madrid? Pues no lo sé, pero puede que no lo supieran. Estamos hablando de una actividad oscura. ¿Había signos, indicios…? No era fácil saber lo que pasaba ahí dentro. Ahora lo sabemos pero no podemos caer en el espejismo de que entonces lo sabían. Para mí, hay que investigar primero a las personas, para mí, por ejemplo, Virgilio Zapatero es la persona, no el PSOE…

P.: ¿Y por qué ha enfilado justamente a Virgilio Zapatero?

R.: Pues porque es muy importante saber aquellas personas que estaban en el PSOE que no hicieron un uso adecuado del salvoconducto del partido y porque su hermano no es un fiscal de destacamento sino teniente fiscal. Hay unas tramas de personas que hay que investigar en España.

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