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Libertad de prensa

España cae un puesto en la Clasificación de la Libertad de Prensa y pasa a la posición 34

España cae un puesto en la Clasificación Mundial 2016 de la Libertad de Prensa y ocupa la posición 34

Javier Martínez

España baja una posición en la edición 2016 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y pasa a ocupar el puesto 34. Se encuentra por detrás de países como Andorra, Ghana, Namibia o el vecino Portugal, y por encima de grandes potencias europeas como Francia o Reino Unido, cuya “ferocidad” a la hora de afrontar la lucha antiterrorista les ha hecho perder varios puestos, según la organización.

Tres son los motivos, en forma de cambio legislativo, que aduce RSF para explicar el puesto 34 de España: la aprobación de la Ley MordazaLey Mordaza, la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que sepultó la justicia universal.

La Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza por las limitaciones que ejerce con respecto al ejercicio de la libertad de expresión y de prensa, establece en su artículo 36 que “el uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes” se considera una infracción grave, castigada con multas de 601 a 30.000 euros.

En la práctica, aduce la ONG, los periodistas se autocensuran a la hora de cubrir manifestaciones con presencia de la policía o pueden ser multados por hacer su trabajo. Es lo que pasó, por ejemplo, con el periodista de la revista vasca Argia Axier López, que fue multado con 601 euros por subir a su cuenta de Twitter una imagen de una actuación policial y cuyo caso fue condenado enérgicamente por RSF.

La modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, aprobada por el Congreso en junio de 2015, intenta acabar con las “penas de telediario” obligando a proteger la intimidad de los detenidos en el momento del arresto y en los traslados posteriores. “Es muy sospechoso que el Gobierno haya decidido introducir esta enmienda a última hora, cuando los casos de corrupción afectan tan directamente a muchos miembros de su partido”, aseguró por entonces la presidenta de RSF, Malén Aznárez. Y, por otro lado, la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial redujo la capacidad de los tribunales españoles para actuar fuera de su territorio, por lo que los periodistas quedan “en situación de vulnerabilidad” a la hora de cubrir conflictos o cualquier tipo de suceso informativo en países extranjeros, a juicio de la organización.

Habida cuenta del año movido para el ejercicio de la profesión periodística, la propia organización se sorprende del descenso leve de la posición de España en el ranking. Lo explican por la caída brusca de países vecinos, en especial de Reino Unido (baja cuatro posiciones) y de Francia (baja cinco). La nota de prensa de RSF lo argumenta con contundencia: “La ferocidad de la lucha antiterrorista golpea directamente al corazón de la libertad”.

África, por encima de América Latina

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La lista, una referencia en todo el mundo, vuelve a premiar a Finlandia, que encabeza la primera posición desde 2010, seguida de Países Bajos y Noruega. En los “puestos de descenso” vuelve a figurar el denominado “trío infernal”, compuesto por Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea. Algunos países han registrado una subida o un descenso brusco, como Ucrania, que escala 22 puestos gracias a la relativa calma en su conflicto, o Polonia, que cae 29 posiciones debido al férreo control de los medios por parte de un Gobierno ultraconservador. Otra sorpresa es relativa a los índices regionales. África, con excepción del norte, pasa por delante de América con respecto a la libertad de prensa. “América Latina se encuentra sumergida en una creciente violencia contra los periodistas”, apunta la ONG.

“Lamentablemente, es un hecho notorio que numerosos dirigentes en el mundo han desarrollado una especie de paranoia frente al ejercicio legítimo del periodismo”, señaló Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. Aseguró que hay un “clima general de miedo y tensión” que acarrea “un miedo al debate y al pluralismo, un bloqueo de los medios de comunicación por parte de gobiernos (…) autoritarios y liberticidas, así como una influencia creciente de los intereses particulares en la información”.

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa se publica desde 2002 y se elabora mediante dos vías: un cuestionario traducido a veinte lenguas y enviado a expertos en todo el mundo, y un análisis cuantitativo de las agresiones contra periodistas en el período estudiado.

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