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El grito de Mariano Turégano por las residencias: “¡No nos cuenten historias y pónganse a trabajar!”

Vivir en habitaciones a 40 grados en plena ola de calor, quedarse sin cenar porque la comida es “deleznable”, no tener ropa limpia o no poder tener objetos personales. Estas son las condiciones en las que “viven” en la Residencia y centro de día Moscatelares, en San Sebastián de los Reyes. Ha sido Mariano Turégano, un hombre de 82 años residente de este centro, quien ha denunciado la situación que están viviendo. Emocionado y con la voz rota ha dado un discurso ante el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes con la esperanza de que sus vidas mejoren.

Él mismo ha explicado que ha acudido en representación de sus compañeros y compañeras, “de los que pueden expresarse correctamente y reclamar sus derechos y de los que desgraciadamente no pueden hacerlo porque sus capacidades cognitivas no son las de antes. Ellos no pueden protestar y muchas veces aprovechan esa condición para tapar las negligencias”.

No tener ropa limpia está entre estas negligencias: “No hay personal en lavandería y muchas veces no tenemos ropa en nuestros armarios porque los montones de prendas sin clasificar se acumulan en los sótanos de las residencias”. También la comida es un problema: “Muchas veces la comida es tan deleznable que estamos horas y horas sin comer nada”. Además, su privacidad “queda reducida al absurdo”, y no pueden tener nada personal en sus habitaciones porque les desaparece “al instante”. 

A sus preocupaciones se suma también falta de seguridad, que pone en peligro a los propios residentes. Ha explicado apenado cómo “los compañeros que no pueden –por problemas de salud– abandonar solos el centro salen libremente y es la policía quien después de horas los encuentra perdidos por algún supermercado”, los identifica y los devuelve. Pero lo peor de este verano ha sido vivir con 40 grados en sus habitaciones en plena ola de calor. De hecho, muchas personas “han sido hospitalizadas con altos niveles de deshidratación”, lo que además les ha provocado otras patologías. 

Ha sido este mismo verano cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se “quejaba” de las medidas de ahorro energético. Mientras protestaba por tener que poner los termostatos a 27 grados, en esta residencia el aire acondicionado brillaba por su ausencia. No es la primera vez que se ha tratado de manera diferente a los mayores en residencias. En 2020 se confirmaba que el Gobierno de Ayuso había fijado “criterios de exclusión” para no trasladar a enfermos de residencias a hospitales. 

Mariano se quejaba en su discurso del “lavado de manos” de la Comunidad de Madrid, ya que esta atribuía la responsabilidad al ayuntamiento. Desde el ayuntamiento recibían la misma respuesta. Sin embargo, remarca que el centro es responsabilidad de la Comunidad “en esa fórmula un tanto torticera donde lo público y lo privado se mezcla” y provoca que la gestión de su dinero “se vuelva opaca”. 

Este eximir de responsabilidades hace que las quejas de los residentes se hayan quedado en papel mojado. Y a pesar de que desde la Comunidad les prometen mejoras –como realizar obras para la correcta climatización del centro o la instalación de nuevas puertas de seguridad–, aún no han llegado. 

"El sistema residencial español es un fraude"

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En su discurso, Mariano ha dejado claro que es consciente de que mejorar su situación no es “orden prioritaria” para los políticos, pero conmovido, pedía: “nuevamente les empleamos para que contribuyan a que esto se lleve a cabo y no permitan que sus ciudadanos, los suyos, los de San Sebastián de los Reyes, estemos en estas condiciones”. 

Cargado de emoción y frustración, explicaba al ayuntamiento porqué también les afecta a ellos. “Nosotros somos ciudadanos y ciudadanas de San Sebastián de los Reyes, ustedes también gobiernan para nosotros”. 

En su intervención final, Mariano declaraba: “No hemos nacido con 80 años, hemos trabajado mucho, ustedes lo deberían de saber porque hoy disfrutan de privilegios que nosotros peleamos, no para nosotros sino para ustedes. Eso no se consigue mirando para otro lado, es insólito que hoy estemos aquí pidiendo vivir con dignidad así que no nos cuenten historias de competencias y póngase a trabajar”. Y advertía a los presentes que volverían “una y mil veces hasta que entiendan que sí es su asunto”. 

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