Caso Blesa

El juez Silva coquetea con la política tras declararse víctima de una persecución “torticera”

El juez Elpidio José Silva durante la rueda de prensa del pasado jueves.

Todavía titular del madrileño juzgado de instrucción número 9 y ahora pendiente de suspensión inmediata por el Poder Judicial y de juicio por investigar a Miguel Blesa y enviarlo dos veces a prisión, Elpidio José Silva anunció este jueves que no solo se querellará contra el juez que ha ordenado sentarle en el banquillo sino que “sopesa” acudir a las elecciones europeas como candidato de un “movimiento ciudadano” muy ligado a las redes sociales. 

El doble anuncio llegó durante una peculiar rueda de prensa dividida en dos capítulos o fases. En la primera, y en compañía de los dos letrados de su defensa, Silva se declaró víctima de una persecución “torticera” destinada no solo a salvar al ex presidente de Caja Madrid sino a lanzar a todos los jueces de España el mensaje de que investigar a los poderosos entraña graves riesgos para quien lo haga.

Tras un breve intermedio, quedó flanqueado por un solo abogado, este de Democracia Real Ya pero que dijo hablar en su estricto nombre propio y que eligió justo esa rueda de prensa para proponer a Silva que sea candidato a las europeas. El interpelado anunció que lo está “sopesando”. En cualquier caso, y si accede a la petición, no lo hará como aspirante de ningún partido político sino de una “agrupación independiente” cuya composición exacta constituye una incógnita.

Silva ya había coqueteado con la política en el sentido amplio del término. Hace dos semanas, estuvo a punto de protagonizar en el Ateneo de Madrid la presentación de una plataforma cívica contra la corrupción y por la regeneración democrática. Pero, la víspera, el juez se enteró de que entre los convocantes había algunas pequeñas formaciones políticas. Y se desconvocó a sí mismo de inmediato.

Por un silogismo cuyas claves exactas no han trascendido, el lunes siguiente montó en cólera el conocido como Partido X,Partido X muy activo en Facebook y Twitter y hasta entonces firme defensor del magistrado. De hecho, y en una iniciativa inédita, la autodenominada “comisión anticorrupción del Partido X” se había atribuido la responsabilidad última en la difusión de los correos secretos de Blesa después de que infoLibre accediese a ellos en diciembre por otras vías.

Tras el amago de Silva con la plataforma del Ateneo, el Partido X dejó de considerarlo su hombre. ¿Aparece esa formación entre quienes buscan ahora al juez como cartel electoral? El abogado Miguel Ángel Jiménez, que es quien propuso a Silva su salto a la política, dice que no.

Los emails secretos de Blesa, cuya entrega atribuyeron luego a “colaboradores del Partido X” distintos medios, desvelan los métodos empleados por Blesa y su guardia pretoriana de directivos al frente de Caja Madrid, fueron enviados y recibidos en todos los casos desde el servidor corporativo de la entidad. Fue Bankia, heredera de los activos de Caja Madrid, la que los aportó al juez. Originalmente al menos, el paquete contenía más de 8.000 correos. Silva les perdió el rastro una vez que la recusación de Blesa le obligó a apartarse de la causa. Ahora, y tras la cerrada y exitosa estrategia emprendida en verano por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, autor de la querella contra el juez y quien sostiene que divulgar esos correos atentaría contra la “intimidad” de Blesa, Silva intentará de nuevo que se le permita obtener una copia para defenderse en el juicio. Para demostrar, en resumen y como recalcó ayer, el expresidente de Caja Madrid “debería seguir en prisión”.

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Nunca pensó que acabaría en el banquillo y no Blesa

De ideas progresistas, con un carácter poco dado a los convencionalismos y con una marcada inquietud por los desastres que ocasionan la corrupción y sus terrenos adyacentes –concepto en el que incluye a quienes, por ejemplo, amenazan ahora con quitarle la toga como reo de prevaricación, retardo malicioso y dos delitos contra la libertad individual– el magistrado pasó muchos meses convencido de que era del todo punto descabellada la idea de que fuese él quien acabase en el banquillo y no Miguel Blesa. Hasta que la Sala de lo Civil y Penal del TSJM, con su presidente, Javier Vieira, en cabeza, rechazó el jueves su último recurso, Silva permaneció en la creencia de que jamás la justicia española permitiría que el sambenito de acusado colgara de sus hombros y no de los del hombre que concedió créditos por más de 100 millones de euros a Gerardo Díaz Ferrán sin apenas garantías. El mismo hombre que en 2008 embarcó a Caja Madrid en la ruinosa compra del City National Bank of Florida, el banco de Miami que la entonces poderosa entidad de ahorro adquirió por 1.100 millones de dólares. Exactamente, y eso concluyó el Banco de España, el doble de lo que realmente valía. Haber asumido la investigación sobre la compra del banco de Miami y haber enviado a Blesa a la cárcel por partida doble son los pilares fácticos que sustentan las acusaciones contra el juez. ¿Piensa ahora que pudo cometer algún error durante la instrucción”, le preguntó ayer un periodista. Silva respondió tajante: no. Y aprovechó el momento para anunciar que explicará en detalle su posición en un libro que verá la luz el próximo mes, La justicia desahuciada.

Si el tribunal le condena por los tres cargos penales que se le endosan, Silva perderá la toga. Y difícilmente podrá mantener un escaño aun en el supuesto de que finalmente opte por dar el salto a la política y logre el voto del millón de ciudadanos que, según sus cálculos, le apoyan hoy. Ayer, y según sus propios datos, 200.000 internautas se habían adherido ya a la querella que Silva presentará contra Jesús Gavilán, el magistrado del TSJM que en diciembre le procesó –paso previo a la apertura de juicio dictada ayer- sin haber practicado las diligencias solicitadas por la defensa del querellado. Silva entiende que la actuación de Gavilán le ha causado una profunda “indefensión”. Como instructor de la querella, Gavilán permitió que durante su interrogatorio como imputado la Fiscalía y el abogado de Blesa preguntaran después que la defensa, un hecho por completo inusual. Gavilán también cortó en seco a Silva cada vez que este intentó reprochar a la Fiscalía su desinterés por investigar los presuntos delitos atribuidos a Miguel Blesa.

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