¿Por qué cae el voto al PP? Un partido sin propuestas, atrapado por Vox y con un líder que no convence

El Partido Popular está en su peor momento electoral desde las elecciones del 23J según barómetros como el de 40dB, Gad3 y el del Centro Investigaciones Sociológicas (CIS). Todos coinciden en lo mismo: la formación conservadora cae en intención de voto frente a un Vox que se dispara. Aunque estos sondeos apuntan a que las derechas tendrían los escaños suficientes para desbancar a Pedro Sánchez de la Moncloa, es la formación de Santiago Abascal la que capitalizaría el voto tras la mayor crisis del PSOE con la entrada en prisión de su ex número tres, Santos Cerdán, que estuvo cerca de provocar la dimisión de Sánchez. Por el contrario, el principal partido de la oposición no sólo obtiene su peor estimación de voto desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP hace más de tres años, sino que además retrocede, lo que aumenta su dependencia de Vox.

Según el CIS, el partido de Abascal ha ganado veinte escaños desde mayo, y mantiene una inercia de crecimiento sostenida en el tiempo que Génova no sabe cómo atajar. Ni la huida hacia la derecha de Feijóo, que rivaliza en dureza frente a la inmigración con Abascal, ni la voz de alarma desde la izquierda, logran frenar a Vox, que de haber hoy elecciones alcanzaría 4.265.000 votos y 64 escaños, 33 más de los que obtuvo hace solo dos años. Vox aparece como el partido con un electorado más fiel (82%) frente al del PP, que se resistente (76%). En infoLibre analizamos con tres voces expertas los motivos tras la caída del PP que ha encendido ya las alarmas en Génova.

Sin relato ni propuestas

A juicio de Anna López, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de València y experta en extrema derecha, delitos de odio y racismo, el estancamiento del PP en las encuestas tiene varias causas. La principal es que "no consigue construir un relato propio ni un proyecto que genere ilusión": "Está demasiado pendiente de responder a lo que hace el Gobierno de Sánchez y no logra marcar la agenda política", apunta. Una idea en la que también incidían cargos del partido esta misma semana. López considera que la formación de Alberto Núñez Feijóo "no convence al votante moderado que quiere soluciones prácticas para problemas muy concretos" como por ejemplo la vivienda, los salarios, la sanidad pública o la conciliación. "El resultado es que mantiene su suelo electoral, pero no amplía su base ni atrae a nuevos votantes", resume.

Para Guillermo Fernández Vázquez, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III y autor del libro Qué hacer con la extrema derecha en Europa, el PP "está siendo desconcertante y poco creíble para un sector importante de sus simpatizantes": "Al mismo tiempo que Vox se muestra muy seguro de sus ideas y su labor de oposición, el PP da bandazos inexplicables", sintetiza. El experto considera, además, que la formación de Abascal está más acreditada que el PP para denunciar los casos de corrupción: "Vox siempre puede decir que el PP fue corrupto", sintetiza. Así, al hilo del caso Koldo o de las investigaciones que rodean al entorno de Sánchez, se le suman casos como el de Montoro o la Kitchen, que se juzgará en primavera de 2026.

Detrás de estas estrategias hay cifras. Y Rafael Ruiz, consultor, analista de datos en asuntos públicos en Logoslab y colaborador de infoLibre, apunta a que el PP se equivoca porque "parece haber decidido que el modo de combatir la efervescencia de Vox es ser Vox" y que nunca va a poder competir con la extrema derecha en los mismos términos. "Puestos a tener al original por qué optar por la copia. Si Feijóo dice que hay que repatriar a todos los inmigrantes que cometan un delito, Abascal le sube la apuesta y pide hundir el Open Arms. Es lo que tiene jugar en el tablero del adversario", analiza.

La guerra cultural con Vox

Una premisa en la que están de acuerdo los tres expertos. López considera que el PP "ha optado por una estrategia muy centrada en las guerras culturales" para "competir con Vox en el terreno ideológico": "Eso puede movilizar a su electorado más fiel, pero no convence al votante moderado. Vox consigue imponer los marcos: inmigración, seguridad, recentralización, batalla cultural. El PP cuando intenta competir ahí queda desdibujado", añade. La experta cita el caso francés para ilustrarlo. "Les Républicains, que gobernaron con Sarkozy hace apenas una década, en las legislativas de 2022 apenas llegaron al 7%. Mientras tanto, Marine Le Pen ha convertido a la extrema derecha en la primera fuerza en varias rondas electorales".

Fernández Vázquez, por su parte, considera que el PP sí que debe hacer la guerra cultural, pero no a la izquierda sino a la extrema derecha. "Por guerra cultural me refiero a que el PP debería subrayar cuáles son sus diferencias con Vox en términos de valores, de principios. En cierto modo, igual que hizo Pablo Casado en la moción de censura impulsada por Vox en 2020, cuando no la apoyó y marcó claramente la diferencia entre un partido que definió casi como anti sistémico y otro de estado", recuerda, frente a un Feijóo que se abstuvo en la moción de censura con Ramón Tamames de candidato. Anna López coincide: "La posición del PP en el sistema político lo legitima al pactar con ellos y normalizar sus discursos, incluso aquellos que rompen con consensos tradicionales en materia de igualdad, derechos humanos, inmigración, cambio climático e incluso pluralidad territorial".

El profesor de la Carlos III cita un ejemplo para ilustrar por qué el PP debería resistirse a Vox: "Si tienes más de 50 años, eres votante del Partido Popular y tus hijos están votando a Vox y te están diciendo que es mejor y Feijóo empieza a decir lo mismo que Abascal, lejos de retener ese voto, estás legitimando que al poco tiempo ese padre o esa madre pueda dar el paso a votar por ellos. Sin embargo, si estableces un cortafuego de valores y principios, es muy posible que consigas retener ese voto" analiza. Fernández Vázquez cree que hay elementos como el escenario internacional y la derechización mediática que hacen crecer a Vox porque "alimentan su relato" y cree que el PP se dará cuenta tarde del "error" que está cometiendo.

Feijóo como líder

A estos elementos se le suma la figura de Alberto Núñez Feijóo como presidente del PP. López cree que "tiene un problema de liderazgo porque no conecta ni con el electorado joven ni con los sectores más movilizado": "Su perfil moderado queda atrapado entre un PSOE que ocupa parte del centro y un Vox que juega fuerte con discursos emocionales y contundentes". A la analista le recuerda a lo que pasó en Italia con el partido de Berlusconi, que en los años 1990 era hegemónico y que en la actualidad apenas supera el 8%, mientras que Giorgia Meloni con Fratelli d’Italia se disparó al 26%.

Fernádez Vázquez también considera que hay un "enorme problema" con Feijóo de candidato "sobre todo si lo que se quiere desarrollar es una línea táctica, estratégica y comunicativa como la que se está desarrollando". Dicho de otro modo, el experto cree que si la la candidata del Partido Popular a las próximas elecciones generales fuera la presidenta madrileña Isabel Diaz Ayuso, al PP le podría salir bien su estrategia porque conseguiría retener una parte gruesa del votante del Partido Popular e incluso aunar o concentrar mucho voto de Vox, como ocurre en la Comunidad de Madrid, pero considera que Feijóo no proyecta esta misma imagen y que "no puede adoptar un discurso radical y moderado simultáneamente".

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Para el experto de Logoslab el "intento de mimetización de Feijóo" con actores como Vox pero también con Isabel Díaz Ayuso le lleva a discursos como el "me gusta la fruta" que publicó hace una semana en sus redes. "Lejos de sorprendernos, nos confirma que poco queda ya de aquel líder gallego que llegaba con una impronta propia a rearmar un centro que había quedado huérfano tras la desaparición de Ciudadanos", señala.

¿Es posible un sorpasso?

Las voces expertas consultadas creen que todavía es pronto para hablar de sorpasso y que ninguna encuesta lo señala por el momento, pero sí que creen que "ese riesgo existe", según apunta la profesora de la Universidad de València, "como nos demuestra la historia reciente de la extrema derecha europea". Fernández Vázquez cree que en el caso español se tienen que dar unas condiciones muy específicas y aunque apunta a que "todavía está lejos" no cree que sea una "idea descartable": Hace un año y medio, cuando se produjeron las elecciones europeas, parecía que la idea del sorpasso de Vox al PP era imposible a corto y a medio plazo. Sin embargo, ahora ya no es imposible", añade.

Por su parte, López recuerda que el 28% europeos votaron a los ultras en las elecciones del pasado año, lo que les hizo conseguir 200 diputados en el Parlamento Europeo. "Es el proceso de normalización política que han llevado a cabo todas las extremas derechas europeas tras irrumpir en las democracias y legitimarse como actor político gracias a los pactos con los conservadores que han abandonado de forma mayoritaria la política de cortafuegos, excepto en Alemania. El PP, si sigue atrapado entre competir con Vox en su terreno o mantener un perfil institucional, puede acabar corriendo la misma suerte", advierte la experta.

El Partido Popular está en su peor momento electoral desde las elecciones del 23J según barómetros como el de 40dB, Gad3 y el del Centro Investigaciones Sociológicas (CIS). Todos coinciden en lo mismo: la formación conservadora cae en intención de voto frente a un Vox que se dispara. Aunque estos sondeos apuntan a que las derechas tendrían los escaños suficientes para desbancar a Pedro Sánchez de la Moncloa, es la formación de Santiago Abascal la que capitalizaría el voto tras la mayor crisis del PSOE con la entrada en prisión de su ex número tres, Santos Cerdán, que estuvo cerca de provocar la dimisión de Sánchez. Por el contrario, el principal partido de la oposición no sólo obtiene su peor estimación de voto desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP hace más de tres años, sino que además retrocede, lo que aumenta su dependencia de Vox.

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