El CIS resucita la legislatura (hasta nuevo aviso)
La suma de PP y Vox alcanza 186 escaños y 11.290.000 votos, mayoría absoluta clara (situada en los 176 diputados), con un colchón de seguridad todavía importante para las derechas, pero el titular que deja el barómetro de septiembre es el retroceso pronunciado del PP y el repunte del PSOE, que empatan en la primera posición con el 28,5% y 28,6% de los votos válidos. Hace solo dos meses la distancia entre ambos era de seis puntos. Esta es la principal conclusión del análisis independiente de las tablas del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado esta semana.
PP y Vox han perdido desde julio catorce asientos y un millón de votos por la caída pronunciada del Partido Popular. Y al contrario, el Partido Socialista ha recuperado dieciocho escaños, pasando de 6.100.000 votos a 7.100.000. Lo que pierden unos lo ha recuperado el otro. O viceversa.
Podemos verlo en el cuadro siguiente.
La digestión del caso Cerdán y un verano indigesto para el PP
Ya advertimos en el pasado barómetro de junio que era precipitado sacar conclusiones de una estimación, la de entonces, realizada en caliente tras los registros de la UCO en la sede del PSOE y la entrada en prisión de su ex tesorero, Santos Cerdán.
El PSOE penaba en julio con un 24,6% de estimación que muchos calificaron de definitiva, pero en política nada es definitivo hasta que se abren las urnas. En septiembre remonta cuatro puntos y vuelve a valores más reconocibles, con el 28,6% de los votos. Sigue siendo una estimación pobre e insuficiente, lejos del 31,7% logrado hace dos años (que hoy ni siquiera valdría dada la posición de Junts), pero que le aleja, al menos de momento, del fantasma del hundimiento que planeaba hace unos meses.
Lo que vemos en septiembre está más cerca del escenario previo al estallido del caso Cerdán, cuando hablábamos de una legislatura que venía registrando una mayoría de las derechas en torno a los 180-182 escaños. Un escenario de difícil solución para la izquierda, pero no imposible, como ya quedó demostrado en las pasadas elecciones de julio de 2023.
Mañana viernes se cumplen tres meses de la comparecencia de Pedro Sánchez en Ferraz tras la dimisión de Santos Cerdán y los daños colaterales de aquello, si cogemos como referencia el escenario que había unas semanas antes, es la pérdida de un punto y medio de la izquierda a favor de la derecha, que se traduce hoy en 186 escaños en vez de 182. Parece poco botín para lo que ha llovido.
El PP se despeña en su intento de ser Vox, que se consolida por encima de los 60 escaños
Para ponderar en su justa medida lo que nos dice este CIS, no solo debemos retrotraernos a julio, sino también a mayo, a la última estimación previa al caso Cerdán, que publicamos en las páginas de infoLibre. Desde entonces, el PP ha sido el gran perjudicado al haber perdido 16 escaños, por solo 4 del PSOE, mientras Sumar + Podemos se han mantenido igual. La pregunta sale sola: ¿Cómo es posible que en la mayor crisis del PSOE en muchos años el PP no solo obtenga su peor estimación de voto desde la llegada de Feijóo a la presidencia de su partido, sino que además retroceda hasta el punto de poner en riesgo la primera posición?
La respuesta está a su derecha, en Vox. El partido de Abascal ha ganado veinte escaños desde mayo, y mantiene una inercia de crecimiento sostenida en el tiempo que Génova no sabe cómo atajar.
Ni la huida hacia la derecha extrema de Feijóo, que rivaliza en dureza frente a la inmigración con Abascal, ni la voz de alarma desde la izquierda, logran frenar a Vox, que de haber hoy elecciones alcanzaría 4.265.000 votos y 64 escaños, 33 más de los que obtuvo hace solo dos años.
En realidad, si miramos a las últimas elecciones generales, todos los partidos estatales retroceden con fuerza excepto Vox. Nada ha cambiado en este sentido en un largo verano que, incendios mediante, ha vuelto a alimentar en muchas comunidades autónomas el marco de impotencia de los partidos convencionales para resolver los problemas de los ciudadanos.
El PP parece haber decidido que el modo de combatir la efervescencia de Vox es ser Vox, pero claro, puestos a tener al original por qué optar por la copia. Si Feijóo dice que hay que repatriar a todos los inmigrantes que cometan un delito, Abascal le sube la apuesta y pide hundir el Open Arms. Es lo que tiene jugar en el tablero del adversario.
El resultado es una transferencia mayúscula de 1.118.000 votantes del PP a Vox, por solo 117.000 que harían el camino inverso. Un desastre.
La fidelidad electoral también se resiente: la del PSOE (78%) es más alta que la del PP (76%), y ambos están por debajo de la de Vox (82%), que además es el partido que más voto capta de la abstención.
El titular de los 186 escaños de las derechas, como en julio el de los 200, sitúa ineludiblemente a Feijóo como presidente, lo que enmascara otra realidad cada vez más difícil de esconder: las dificultades manifiestas del PP para contener a Vox.
Cabe matizar que esta marcha a trompicones del PP afecta solo parcialmente a la suma global de las derechas porque su voto está masivamente activado, a diferencia de lo que ocurre a la izquierda.
Se desinfla la fuga de voto del PSOE al PP
En este intento de mimetización de Feijóo con sus enemigos íntimos (externos e internos), entra también el “me gusta la fruta” del karaoke, que, lejos de sorprendernos, nos confirma que poco queda ya de aquel líder gallego que llegaba con una impronta propia a rearmar un centro que había quedado huérfano tras la desaparición de Ciudadanos.
Esta es otra de las explicaciones de la caída del PP, la captación de voto del PSOE cae a uno de sus niveles más bajos y solo 230.000 votantes de Sánchez en las últimas generales optarían hoy por Feijóo, la mitad que en julio.
Que el centro ideológico es un solar a izquierda y derecha lo dice el CIS, pero lo dice también 40dB. Entre ambos sitúan al PP como el partido más votado con una horquilla que va del 18% al 21% de los votos, con millones de votantes situados hoy en la indecisión.
Vox arrasa entre los jóvenes y el PSOE tiene premio en la franja intermedia
Esta es otra constante conocida de meses anteriores: los de Abascal ganan con claridad entre los que tienen menos de 35 años (superando no solo al PP, sino también el PSOE) y compiten por el primer puesto entre los que tienen 35 y 44, generación en la que sigue superando claramente al PP.
El PSOE registra una recuperación notable en la franja de los 35 a 54 años, especialmente de 35 a 44 donde prácticamente duplica la intención de voto directa que tenía en julio (del 10,4% al 19,1%), y algo parecido puede decirse de Sumar (del 5,9% al 10,1%).
Hay que recordar que recientemente se aprobó la ampliación de los permisos de nacimiento y que la edad media para ser madre se situó en España en 2023 en 33,1 años, siendo nuestro país el que tiene mayor porcentaje de toda la Unión Europea de nacimientos por encima de los 40 años.
En ese sentido ya profundizamos en un artículo anterior en la importante incidencia electoral que podría tener la Prestación Universal por Crianza que propone Sumar, si se mantuviera como una medida extensible a todo el electorado sin más barreras que el empadronamiento y la residencia legal.
Por sexos, el PSOE recupera más apoyos entre las mujeres, pero el análisis panorámico de toda la izquierda muestra un comportamiento diferente según partidos, a diferencia de lo que ocurre en la franja central de edad.
Sánchez recupera tirón, Feijóo se hunde y Abascal lidera
Hay un dato que viene penalizando sistemáticamente al PP: la pobre valoración de Feijóo entre los suyos. El barómetro de septiembre es especialmente duro para los populares en este sentido porque converge la recuperación de Sánchez (del 6,3 de julio al 7,0 de septiembre), con una nueva caída de Feijóo (del 6,2 al 5,9), con Abascal por delante de ambos con un 7,3.
A la pregunta de “¿quién preferiría que fuera presidente de Gobierno en estos momentos?” gana Sánchez (25%) y Abascal (11%) ya sale por delante de Feijóo (10%). Pero lo realmente relevante es lo que responden los votantes de sus respectivos partidos. Un 67% de los de Vox cita a Abascal, un 59% de los del PSOE cita a Sánchez y solo un 39% de los del PP cita a Feijóo.
La izquierda avanza, pero aún lejos de discutir la mayoría
Parece que lo peor ya ha pasado para el PSOE, aunque nunca se sabe qué sustos deparará el incierto escenario judicial que tiene por delante. Su mejoría se corresponde fundamentalmente a dos circunstancias: la primera de ellas, recupera votantes desmovilizados en julio, y la segunda, envía menos al PP, que como hemos dicho está dejando escapar una ocasión inmejorable para afianzar una transferencia que históricamente ha sido clave en el devenir final de las elecciones.
La izquierda aglutina voto en el PSOE. La transferencia que le llega de Sumar crece al 11,4% (estaba en el 8% en julio), y apenas manda votantes a los de Yolanda ni a los de Belarra.
Efecto Cerdán: se hunde el PSOE, cae el PP y se dispara Vox
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La bandera de denuncia de la tragedia de Gaza está ayudando a activar algunos resortes que parecían dormidos. Si antes del verano un 27% de votantes socialistas se situaban en la indefinición, el voto en blanco, nulo, o directamente la abstención, hoy son el 20%. Se está produciendo una reactivación importante, pero aun así persisten los problemas movilizadores de la izquierda, más aún cuando se compara con la derecha.
El pulso entre Sumar y Podemos se mantiene sin cambios, y con el horizonte sin resolver, una de las principales debilidades del espacio.
De la capacidad transformadora en lo legislativo del gobierno podría derivarse otro salto o no en lo electoral. La caída de una propuesta de ley tan importante como la reducción de la jornada mínima puede retratar a PP, Vox y Junts, pero más allá de eso recuerda la dependencia que existe de los de Puigdemont. Presupuestos mediante, hace falta más acción dirigida a solucionar los problemas reales de los ciudadanos.