Mariano Sánchez Soler: "Todo el capitalismo español se desarrolló bajo la dictadura con un pequeño oligopolio"

El escritor Mariano Sánchez Soler.

En 1988, tras la muerte de Carmen Polo y Martínez-Valdés, la viuda del dictador Francisco Franco, Mariano Sánchez Soler, por entonces, un redactor de la revista Tiempo con una peligrosa atracción por la novela negra, recibió el encargo de investigar las propiedades de la familia que había regido España durante cuarenta años. 

Pocos se habían atrevido a penetrar en los pasillos de un laberinto accionarial protegido durante décadas por la propaganda y el oscurantismo. Esta investigación dio lugar a la publicación de Villaverde. Fortuna y caída de la casa Franco (Planeta) y de Los Franco, S.A. (Oberon). Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del dictador, se reedita La familia Franco S.A. Negocios y privilegios de la saga del último dictador de Occidente (Roca Editorial). Una actualización revisada del trabajo de toda una vida que llega en un momento en el que la nostalgia ignorante y orgullosa se esgrime como una dudosa medalla.  

Algunos mitos franquistas han demostrado ser resistentes en el imaginario popular. ¿Era Franco tan austero como se contaba y como todavía muchos creen?

Este mito forma parte de la propaganda del Ministerio de Información, que durante décadas y dos generaciones de españoles se refirió a Franco como al padre de la patria y de todos los españoles. Que no le gustara beber ni se le conociera ningún devaneo sexual forma parte del perfil de un militar africanista con una personalidad misteriosa y reservada, de la que en realidad no se sabe nada. Pero él se enteraba de todo lo que ocurría a su alrededor y, además, salió en auxilio, por ejemplo, de su hermano Nicolás con el escándalo de Manufacturas Metálicas Madrileñas, o de su yerno, Cristóbal Martínez-Bordiú, el marqués de Villaverde, con el caso de las importaciones de las Vespas.  

Como documenta el libro, él manejaba mucho dinero para la época y vivía en palacios. Una anécdota refleja esta pretensión: él quería al principio instalarse en el Palacio Real, y fue su cuñado, Ramón Serrano Súñer, que por entonces formaba todavía parte de su núcleo duro, el que le dijo que debía ser más discreto.  

Y, además, sus nietos disfrutaron de cabalgatas privadas en su propia vivienda…  

Los nietos del Generalísimo vivían como si fueran reyes de una monarquía absolutista. En palacio, con la guardia mora, con la servidumbre, con la gente que formaba parte del núcleo del régimen… Los mayores vivieron ese momento mágico en el que se les hacían todo tipo de halagos y regalos. 

¿Qué era ‘el clan de El Pardo’?

El Palacio de El Pardo se convirtió en un centro de tráfico de influencias para que los miembros de la familia Franco entraran en negocios. El delito no existía siquiera en el Código Penal. Lo que pasó fue muy sencillo: José María Sanchiz Sancho, secretario de El Pardo, y tío del marqués de Villaverde, hizo grandes negocios para la familia, logrando que tuvieran múltiples propiedades a través de Sociedades Anónimas. De ahí tenemos que descontar los regalos directos a Franco: el palacio de Cornide, el Canto del Pico y el Pazo de Meirás. Cuando yo comencé a investigar todo esto comprobé que la residencia habitual de los Franco en la calle Hermanos Bécquer, en Madrid, pertenecía en realidad a una empresa llamada Ursaria, que, además, era propietaria del edificio entero, y que estaba en manos de testaferros de la familia. La finca favorita del dictador, Valdefuentes, en Arroyomolinos, no estaba a nombre de Franco, sino de otra S.A., y así todo lo demás. A la fecha de la muerte del dictador, pude constatar la existencia de 52 empresas ligadas a la familia. 

A dicho clan pertenecían también banqueros relevantes: Coca, Fierro, Barrié de la Maza… ¿Cómo de interrelacionadas estaban las finanzas con la política?

Los banqueros eran procuradores en Cortes, vocales en los planes de desarrollo, o incluso directores generales. Saltaban de las entidades financieras públicas a las privadas y a las mixtas. El padre del marqués de Villaverde montó el Banco de Madrid. Los que iban mucho al Pardo por amistad eran Ignacio Coca, el banquero del régimen, o los Fierro –que tenían negocios con Nicolás Franco–, o los hijos de Juan March. Aguirre Gonzalo, de Banesto, no quiso ser ministro porque tenía mejores cosas que hacer. Barrié de la Maza, del Banco Pastor, fue uno de los grandes beneficiarios de la dictadura… 

Lo público y lo privado se unían, y los ministros pasaban del consejo de ministros al consejo de administración. Todo el capitalismo español se desarrolló bajo la dictadura, con un oligopolio de pocas personas que lo controlaban todo.  

Ese control político tan extremo llevaba a determinados empresarios a colocar a personalidades del régimen en sus consejos de administración como forma de prosperar. Pasó, por ejemplo, con Nicolás Franco en FASA Renault…

Para montar una empresa de automoción, el general Gambara, que capitaneó las últimas fuerzas italianas que tomaron Alicante, fue a El Pardo para ofrecer a un miembro de la Casa Militar o la Casa Civil de Franco un puesto en el consejo de administración. El pasado les beneficiaba. Les regalaban acciones de Galerías Preciados, como pasó con Carmen Polo, o terrenos urbanizados en Benidorm. Sus apellidos pesaban mucho: ¿quién iba a negarse a concederles un crédito?  

En la segunda parte del libro se narra la decadencia de la familia Franco: muere el dictador, se producen incendios en sus propiedades y la clase política empieza a darles la espalda.  

Nunca se sabrá la causa del incendio del Hotel Corona de Aragón (donde murieron 83 personas), que estaba lleno de militares que habían jurado el cargo y que se quiso vender como un atentado sin pruebas de ningún tipo, como tampoco las hubo de los que ocurrieron en el Pazo de Meirás o en el Canto del Pico, posiblemente debidos al puro abandono.  

En cuanto al cambio político que se produjo después, recordemos que fue el último ministro secretario general del Movimiento, Adolfo Suárez, quien organizó la Transición. La cosa cambió en cuestión de meses, y si tú estudias la composición de las primeras Cortes, verás la cantidad de procuradores y ministros procedentes de la dictadura. Como durante todas estas décadas no se ha querido molestar a nadie, ahora tenemos que explicar algo que estaba claro desde el minuto cero. 

Ahora se habla mucho de memoria histórica, pero hay ciertas señales de que la sociedad española parece querer seguir olvidando.  

Creo que durante mucho tiempo no se ha querido tocar el tema porque parte de los socios de la Transición y la democracia venían del aparato del poder político franquista. En las escuelas e institutos apenas se habla de la dictadura. Y eso trae consigo que haya gente que siga manteniendo hoy día las mentiras del Ministerio de Información de Manuel Fraga, que fue ministro en el Gobierno franquista mientras se firmaban órdenes de fusilamiento, y que, después, fue uno de los padres de la Constitución. Este país es increíble… 

Franco ha muerto, su BOE sigue vigente en Galicia (IV): los bienes apropiados

Franco ha muerto, su BOE sigue vigente en Galicia (IV): los bienes apropiados

Pero lo del olvido no lo veo tan claro: la generación de mis padres tenía metido el miedo de la guerra y la miseria en el cuerpo, algo que les paralizaba. Tenían terror a que se volviera a una época violenta, sin derechos. También les daba miedo la política. Y, más que ese deseo de olvidar, lo que pasa es que no se les ha dejado recordar.  

¿Ve preocupantes los gestos o síntomas franquistas que se observan hoy día?  

Estamos muy atentos a los síntomas, pero estos son, por ahora, muy pequeños. Los prebostes franquistas se han muerto casi todos. Y lo que hay es mucho miedo a lo diferente, al feminismo, a la diversidad sexual… Todos estos miedos a lo nuevo hacen que algunos se aferren a un mito, a una leyenda que en realidad desconocen. Y hay que tener en cuenta, por supuesto, la aparición de la extrema derecha en las instituciones democráticas, con un discurso de miedo al diferente, contra la inmigración… Pero, para muchos, es solamente una pose amplificada por las redes sociales, que muchas veces hacen de una mera conversación de bar un foro.  

Más sobre este tema
stats