Activismo LGTB

Políticos LGTBi de Madrid reivindican su espacio en instituciones, donde ya no asusta la palabra "maricón"

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Los parlamentarios autonómicos Juan Segovia y Carla Antonelli (PSOE); Beatriz Gimeno y Eduardo Fernández Rubiño, de Podemos, así como el edil Bosco Labrado, de Cs, dejaron patente en una entrevista concedida a Europa Press la importancia de que haya figuras LGTBi dentro de las instituciones, donde ya no asusta la palabra "maricón".

"Venimos de unas instituciones que estaban dominadas hace años por hombres blancos heterosexuales y de mayor edad, y ahora tenemos Parlamentos que se parecen más a la realidad y la diversidad de la calle", expresó el diputado de Podemos Eduardo Fernández Rubiño.

El diputado autonómico de la formación morada califica de "victoria para la sociedad" que lleguen a las instituciones aquellos "que en otra época eran silenciados".

Para el socialista Juan Segovia, "sin las caras visibles" de políticos como Pedro Zerolo –nombrado en varias ocasiones a lo largo de la entrevista por los políticos– o Carla Antonelli, "no se hubieran dado estos pasos por la igualdad; han sido decisivos para mostrar que era un problema grande".

Antonelli remarcó que enseñó a políticos de la Asamblea y el Ayuntamiento a "pronunciar las siglas LGTBi". "Nunca en la historia de la Asamblea se ha hablado tanto de LGTBi como en estas dos legislaturas", remarcó, para precisar a continuación que la primera vez que pronunció la palabra "maricón" en el Parlamento regional "parecía que se mascaba el silencio".

Madrid contra la LGTBfobia

Sin duda todos ellos aplauden la aprobación por unanimidad en la Asamblea de Madrid de la ley contra la LGTBfobia. "Un día de esos que hace que merezca la pena haber llegado hasta aquí", reconoce Fernández Rubiño, el más joven de los entrevistados.

A pesar de que celebran esta ley, remarcan que es necesaria una "mayor voluntad por parte del Gobierno regional para cumplirla". La diputada socialista Carla Antonelli, quien precisó que la ley inicialmente presentada por los conservadores salió adelante con "más de 140 enmiendas de la oposición", criticó que no se haya cumplido "ni el 50% del articulado". Ni en esta ley ni en la ley de transexualidad –aprobada con abstención del PP.

Mientras que Antonelli achaca este escaso cumplimiento a una "relajación absoluta por parte del PP", Beatriz Gimeno, quien se reconoce "nada ortodoxa" en cuanto a elaboración de leyes, sostiene que "el error está en hacer leyes que vayan al detalle". "Creo que es mejor hacer leyes generales, con cinco principios claros, como educación, discriminación... es más fácil fijarse en lo que falla y exigir que se cumpla", precisó.

Además, Gimeno criticó la "poca voluntad" del Gobierno de Cristina Cifuentes en que se cumpla esta ley. "Jamás se llevará el tema LGTBi a la escuela por parte de la derecha porque es un tabú... y cuestiones que impliquen mucha inversión tampoco", aseveró.

Por su parte, el socialista Juan Segovia, también crítico con la "inacción" del equipo de Cifuentes, a quien afea su "fachada de supuesto progresismo", prefiere ver el "vaso medio lleno" y pone en valor la "mayor visibilización del colectivo".

Si bien esta mayor visibilización del colectivo conlleva, en palabras de Segovia, "que haya elementos de la sociedad a los que perseguir inmisericordemente porque combaten esa visibilidad que no aguantan".

En este punto, el edil de Cs Bosco Labrado insta a la Delegación del Gobierno, "en el ámbito de sus competencias", a insistir en la formación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para la atención de víctimas de delitos de odio.

Labrado, para quien "una sola agresión es intolerable", no ve Madrid como una "ciudad hostil" para la comunidad LGTBi. "La solución es educación, educación y más educación, y que los agresores reciban las penas previstas en las leyes", precisó.

Gimeno aseguró que "cuando se avanza en igualdad, el cuerpo social más conservador se defiende". "Es horrible, pero entra dentro de lo esperable, porque hay a quien le toca las narices la visibilización", remarcó.

Aún así, la diputada regional hace hincapié en que ni Madrid ni España son homófobos. "Cuando viajas mucho te das cuenta del nivel de homofobia de otros países donde creías que había menor grado de homofobia", señaló. Todos los políticos entrevistados coinciden en esta idea.

Discriminación, la "amenaza invisible"

Labrado apuesta por una visibilización "a todos los niveles" para estar cada vez más cerca de una sociedad igualitaria. Sin embargo, en ese camino, la discriminación juega un papel importante.

"Hay situaciones en las que un guardia de seguridad llama la atención a dos chicos o dos chicas en una discoteca por ir de la mano o besarse", relató Rubiño, quien apeló a las discriminaciones que "forman parte de una amenaza invisible que acompaña siempre y marca en todas las etapas".

Gimeno, por su parte, hizo mención a la discriminación legal que sufrió durante mucho tiempo. "Si me quería casar, si quería tener acceso a la inseminación artificial... ahí sí he sufrido discriminación en forma de ausencia de derechos, y eso es indignante", aseveró.

A pesar de que Juan Segovia no ha sufrido discriminación en primera persona, asegura que "cuando una persona critica al colectivo, cualquiera que forme parte es agredido". Por su parte, Bosco Labrado aseguró que "nunca" se encerrará en "un armario" porque haya "delincuentes" que quieran agredir, ya que sería "su victoria".

Antonelli recordó cómo al comienzo de su andadura como parlamentaria había una diputada que le hacía burla. "Mientras intervenía me hacía grititos, igual que un hombre que ya no está aquí [en la Asamblea]", reprochó. Para Carla Antonelli, la "victoria" es "que los descendientes de quienes redactaron leyes que discriminaban al colectivo LGTBi" les tienen que "mirar ahora de frente".

WorldPride, reivindicación y fiesta

Preguntados por lo que aportará a Madrid la celebración del WorldPride, todos manifestaron la oportunidad que supone para que la capital se consolide como "referente por la lucha de los derechos LGTBi".

Gimeno destacó que el orgullo de Madrid es "más reivindicativo que otros", y que "no es verdad" que la celebración "degenere". "No puede ser ahora como hace treinta años; además, la parte lúdica es también política, se trata de tomar el espacio público", señaló la diputada autonómica, quien precisó que "la gente en pelotas o con plumas o como le dé la santa gana es también político".

Para Fernández Rubiño, el WorldPride supone una "oportunidad única de que el colectivo se vuelva a encontrar en las calles y de establecerse como una referencia mundial".

Labrado puso el acento en que la capital será el centro neurálgico en el que se hablará de los derechos LGTBi, así como en el "impacto económico, turístico y de imagen para la ciudad y España".

Con media sonrisa, Antonelli lamentó que la exalcaldesa de Madrid Ana Botella no esté en el cargo en el momento de la celebración. "Un placer sería ver la cara de esta señora", indicó.

Todos ellos señalaron que los derechos ahora disfrutados tienen una razón de ser y unas consecuencias. "El activismo son décadas en este país de personas apaleadas, que murieron en cárceles y que aportaron su granito de arena; si no honramos a nuestros antecesores, nos cargamos el futuro", concluyeron.

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