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Terremoto político

PP y Ciudadanos resisten abrazados el terremoto en Andalucía y Castilla y León

Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía (PP), y Juan Marín, vicepresidente, este miércoles, de camino a su comparecencia conjunta para reafirmar la continuidad de su alianza.
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El terremoto político de Murcia y Madrid se dejó sentir en Andalucía y Castilla y León, pero sin derribar los gobiernos de PP y Cs ni terminar con la legislatura. En Andalucía, el presidente Juan Manuel Moreno (PP) y el vicepresidente Juan Marín (Cs) cerraron filas, incluida una escenificación de unidad, alegando que la legislatura está garantizada porque hay presupuestos. No ha habido ni está sobre la mesa una moción de censura del PSOE en Andalucía, ni tampoco un adelanto electoral de Moreno. Eso sí, el Ejecutivo autonómico pierde base de apoyo con el alejamiento de Vox, imprescindible para que el bloque conservador alcance la mayoría absoluta. El Gobierno andaluz encara en minoría casi una mitad de la legislatura, si efectivamente se agota. Quedan al aire además de manera evidente las diferencias de Cs, en el seno del propio gobierno, sobre si el partido naranja debe cerrarse o no en el futuro a pactos con el PSOE.

En Castilla y León, el PSOE presentó una moción de censura a las 14.41 horas, con su líder, Luis Tudanca, como candidato, si bien necesitaría deserciones de Cs para prosperar. A diferencia de lo que pasa en Murcia, Andalucía y Madrid, en Castilla y León PP y Cs se bastan para sumar mayoría.

Turbulencias en Andalucía

El Gobierno andaluz sigue en pie, aunque sufre turbulencias. Moreno (PP) y Marín (Cs) coincidieron este miércoles en reivindicar la “estabilidad” del Ejecutivo autonómico, garantizando su continuidad. Las elecciones no están previstas hasta finales de 2022, insisten las fuerzas gobernantes. No habrá camino murciano, con moción de censura de PSOE y Ciudadanos, ni tampoco camino madrileño, con ruptura del pacto. Y el PSOE no ha abierto tampoco, al menos por ahora, la vía castellanoleonesa, de moción de censura en solitario, a pesar de que podría servir para tensar al bloque conservador en un parlamento donde sí depende de Vox y donde podría explotarse discrepancias estratégicas en el seno de Cs. La moción “no está sobre la mesa”, confirma un dirigente socialista. ¿Las razones? No sólo tendría un éxito más que improbable, sino que sería contraria al discurso de Susana Díaz, que insiste en centrarse en la pandemia y dejarse. El PSOE es el único partido que podría presentar esta moción en solitario, porque es el único que suma más del 25% de los diputados exigidos para ponerla.

El Gobierno andaluz tiene un bastión en el presupuesto de 2021 ya aprobado y otro en el compromiso total de Marín con el pacto con el PP, a pesar del empeoramiento electoral de Cs. “Estamos más preocupados por las vacunas que por las elecciones, más por la reactivación económica que por los sillones. Ese es el objetivo de este Gobierno, tenga el coste político que tenga cuando lleguen las elecciones a finales de 2022”, afirmó Marín en su comparecencia por la tarde junto a Moreno en el Parlamento, donde había pleno.

El gran activo de Moreno ahora mismo es su socio naranja, que tiene previsto intentar ser candidato por tercera vez en las próximas elecciones. A la hora de hacer proyecciones sobre un posible cambio de rumbo de Cs en Andalucía, fuentes socialistas señalan que, con Marín al frente, será imposible. “Es irrecuperable”, dicen.

El presidente insistió en tres ideas: “tranquilidad, serenidad y confianza”. Terminado el breve turnos de preguntas de la prensa, Moreno y Marín se dieron la vuelta y regalaron a los gráficos fotos mostrando un trato afectuoso. El problema de la comparecencia Moreno-Marín es que, por concepto, una rueda de prensa extraordinaria del presidente y el vicepresidente para transmitir que aquí no ha pasado nada suele indicar exactamente lo contrario. La situación no está descontrolada y no se vislumbra ninguna ruptura, pero las aguas estén lejos de la calma.

En Cs hay un referente dentro del Gobierno, Rocío Ruiz, consejera de Igualdad, que afirma ya claramente que su partido debe ser capaz de “formar gobiernos a izquierda y a derecha”. En unas resonantes declaraciones a la cadena Ser el martes, Ruiz, posible candidata a convertirse en aspirante de Cs a la presidencia, se mostró partidaria de un gobierno “regenerador, moderno, progresista en lo social”. No eran unas declaraciones pensando en ahora, pero sí mostraron grietas en los bloques.

Justo un día después, llegaba el bombazo desde Murcia. Tras la moción murciana, Vox, sostén parlamentario del Gobierno andaluz, reclamó elecciones inmediatas, en la línea marcada por Santiago Abascal. Y lo hizo agarrándose a las palabras de Ruiz. “Nos cuesta entender cómo se pueden hacer este tipo de declaraciones al tiempo que se comparten responsabilidades en el Consejo de Gobierno. Ciudadanos es una fuerza muy poco fiable”, afirmó Alejandro Hernández, portavoz de Vox en Andalucía.

Vox ya había anunciado en febrero la interrupción de todos sus apoyos al Gobierno andaluz hasta la aprobación del “pin parental”. Sus 11 diputados –se salió una representante, que ahora está en Falange– son imprescindibles para que PP (26) y Cs (21) alcancen la mayoría absoluta, fijada en 55. La fuerza de Vox es mayor en Andalucía, con un 11% de los escaños, que en Madrid (9,09%), Murcia (8,88%) y Castilla y León (1,23%). Con la ultraderecha desvinculada ya del acuerdo –tras aprobar, eso sí, tres presupuestos en menos de dos años con PP y Cs–, la estabilidad de la estancia del PP en San Telmo pasa por un compromiso total de Ciudadanos. Por eso las palabras de Ruiz tuvieron tanto recorrido: abren la perspectiva de una ruptura futura de los dos bloques, que ha sido el modelo que ha permitido al PP llegar a San Telmo con 26 diputados, 24 menos que los que alcanzó Javier Arenas en 2012 sin conseguirlo.

Este miércoles, Elías Bendodo, consejero de Presidencia, portavoz del Gobierno andaluz (PP), preguntado por las palabras de Ruiz, respondió con contundencia a su compañera en el Ejecutivo. Aludiendo expresamente a la “señora Ruiz”, le recordó que el PSOE “de los ERE” es un partido “tóxico”, habló de los los “prostíbulos” del caso Faffe y de los “dos expresidentes condenados”, para concluir que los socialistas no tienen “compatibilidad para pactar con nadie”. Sacaba Bendodo toda la artillería pesada.

Los focos apuntan también a Susana Díaz, secretaria general del PSOE, que lleva desde el arranque de la legislatura tratando de proteger su liderazgo interno. Díaz, cuyo argumento ante las acometidas de los críticos suele ser la necesidad de olvidar los líos internos para centrarse en lo importante, mantuvo este miércoles esta línea. No quiso extrapolar a Andalucía lo ocurrido en Murcia y se negó a “hacer cábalas” sobre un hipotético acuerdo con Cs, aunque sí consideró “evidente” que el partido naranja se ha dado cuenta en Murcia de que “el PP lo está llevando a la ruina”. “Estamos en la pandemia, en lo que tenemos que estar”, dijo, recordando que la crisis sanitaria y económica exigen toda la atención y que Andalucía tiene “más de un millón de parados”, lo cual desaconseja cualquier distracción.

Díaz dirigió el mensaje a Moreno, cuya dirección está protagonizando enfrentamientos con la de Pablo Casado en la antesala de las primarias de Sevilla. No obstante, un socialista crítico con la presidenta veía el mensaje lanzado también en clave interna: no es momento de líos, tampoco en el PSOE. De hecho, un líder provincial afín a la presidenta recalcaba que el movimiento murciano, por la inestabilidad que apareja, refuerza la posición de la secretaria general. No todos lo ven así. Un integrante del sector crítico, partidario de un cambio, aseguró que lo ocurrido no cambia la certeza absoluta de que, si Díaz mantiene su compromiso de intentar ser candidata pese a los ofrecimientos realizados para su salida, tendrá rival en las primarias. Está por ver quién es.

Moción en Castilla y León

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En Castilla y León la mayoría absoluta está en 41 diputados. El PSOE suma 35, a los que puede sumar los 2 de Podemos-Equo. Pero ni siquiera con esta base y sumando los 2 de Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila alcanzaría el límite. Requeriría díscolos de Ciudadanos. El socialista Tudanca dijo que había mantenido “contactos” con miembros de Cs, pero no aclaró más. Los mensajes salidos desde el partido naranja en Castilla y León fueron de tranquilidad. El portavoz del grupo parlamentario del partido naranja, David Castaño, pidió a Tudanca que "abandone toda esperanza”. La advertencia se hizo en rueda de prensa conjunta con su homólogo del grupo popular, Raúl de la Hoz, lo que reforzó la idea de cohesión que las dos fuerzas que sostienen al Gobierno querían transmitir. El plan es alargar la legislatura hasta cuando toca, 2023.

La moción de censura –idea que el partido ya acariciaba antes del movimiento murciano–, se justifica en “múltiples casos de corrupción política”, así como en la “ética pública” y en la necesidad de “alternancia política”. Como “fuerza mayoritaria” de las Cortes, con 35 diputados frente a 29 del PP, el PSOE argumenta que el Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Francisco Igea (Ciudadanos) está gestionando la crisis del covid-19 con “pasividad y desconcierto, sin empatía con las personas y familias afectadas”. Tudanca afirmó que a su partido le constaba que el presidente Mañueco había recibido llamadas a raíz del adelanto de Díaz Ayuso para hacerlo mismo, por lo que vinculó su moción a un intento para evitar ese supuesto adelanto. La moción está todavía pendiente de su tramitación en la Mesa del Parlamento, que tiene que convocar su presidente, Luis Fuentes, de Ciudadanos, con 24 horas de antelación.

En cuanto a los máximos gobernantes, ambos fueron parcos. El vicepresidente Igea, tras la moción en Murcia y antes del adelanto madrileño y la moción en Castilla y León, afirmó: “No tomamos decisiones por lo que se haga en otros sitios”. Igea reivindicó el cumplimiento del acuerdo de gobierno con el PP. En cuanto a Fernández Mañueco, escribió en Twitter que está centrado en la acción de gobierno.

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