El último escaño

El PP obtuvo el último escaño en tres provincias y Cs en dos el 2D

El líder del PP andaluz y favorito para ser el nuevo presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla.

El descalabro de la izquierda y el auge de la derecha y la ultraderecha en las elecciones andaluzas del pasado domingo también tuvo su reflejo en la consecución del último escaño en cada una de las ocho provincias. Si en 2015 el PSOE obtuvo el último acta en cinco circunscripciones e IU lo hizo en una, en los comicios del domingo pasado el último escaño fue a parar en tres provincias al PP, en dos a Ciudadanos y en una, a Vox. Los socialistas y Adelante Andalucía solo consiguieron el último acta en reparto en una circunscripción cada uno, aunque los socialistas se quedaron a menos de 4.000 votos de sumar un diputado más en Almería y Málaga y la coalición de Podemos e IU no hizo lo propio en Huelva por 1.700 votos.

El pasado día 2, el PSOE se impuso en las elecciones por el 27,95% de los votos, por el 20,75% del PP, el 18,27% conseguido por Ciudadanos, el 16,28% de Adelante Andalucía y la fulgurante entrada de Vox con el 10,97% de los sufragios. Por primera vez desde las primeras elecciones andaluzas, la suma del bloque de la derecha superaba a la suma de los partidos de izquierdas tanto en voto como en número de diputados (44,2% y 50 actas por el 50% de los sufragios y los 59 parlamentarios de PP, Ciudadanos y Vox). Pero, aunque esta sólida mayoría no se hubiera alterado, tres parlamentarios podrían haber cambiado de manos si la izquierda hubiera sumado apenas unos miles de votos más.

Y es que parece haber pocas dudas de que la excepcionalmente baja participación (que solo llegó al 58,65%) perjudicó especialmente a PSOE y Adelante Andalucía y benefició a los partidos de la derecha. El PP fue el que consiguió el último escaño en más provincias, un total de tres. Almería fue la única donde los conservadores ganaron las elecciones: allí consiguieron el último acta de las 12 en juego arrebatándosela al PSOE –que obtuvo tres escaños, uno menos que el PP– por una diferencia de apenas 3.420 votos, un 1,3% del total de los que se emitieron en la provincia. Es decir: menos de 3.500 votos dejaron a los socialistas sin victoria en Almería.

Incluso más ajustado estuvo el cálculo en Huelva, donde el PSOE –que en 2015 obtuvo el último parlamentario– ganó las elecciones con cuatro escaños por tres del PP, que consiguió la última acta de las 11 que se eligen en la circunscripción. En este caso, quien estuvo a punto de conquistar este escaño fue Adelante Andalucía, que si hubiera sumado 1.700 votos más (apenas el 0,8% de los que se emitieron en Huelva) hubiera pasado de uno a dos diputados y hubiera empatado con Ciudadanos y con el propio PP.

La tercera provincia donde el PP se quedó con el último acta de las 11 que se reparten fue Jaén, una de las circunscripciones donde el batacazo del PSOE más se notó, ya que los socialistas pasaron de seis a cuatro diputados y del 42,7% al 35,4%. La comparación de los resultados es reveladora: en 2015, el PSOE consiguió el último escaño, pero además fue el partido que más cerca se quedó de conseguir un acta más para sumar el que hubiera sido su séptimo parlamentario por Jaén. Por el contrario, en 2018 el último diputado fue para el PP (que sumó un total de tres), y los socialistas hubieran necesitado 10.219 votos más para arrebatárselo y alcanzar las cinco actas.

La última acta en Málaga, Granada y Córdoba, para Cs

La importancia de cada papeleta: menos de 5.000 votos decidieron cuatro escaños en Andalucía en las elecciones de 2015

La importancia de cada papeleta: menos de 5.000 votos decidieron cuatro escaños en Andalucía en las elecciones de 2015

Asimismo, el PSOE se quedó a las puertas de obtener un escaño más en Málaga, que le hubiera servido para romper el empate a cuatro diputados que obtuvo con PP y Ciudadanos en esa circunscripción –los socialistas alcanzaron el 24,2% de los votos, por un 22,6% del PP y un 19,8% del partido naranja–. 3.442 votos más (el 0,54% del total de los emitidos en Málaga) hubieran provocado que el último escaño, que fue a parar a manos de Ciudadanos, fuera para los socialistas, que en 2015 consiguieron precisamente esta última acta para alcanzar las cinco.

Ciudadanos también se quedó con el último diputado en Granada, aunque allí su inmediato perseguidor fue el PP. Los conservadores no pudieron sumar su cuarto parlamentario para igualar al PSOE por 6.049 votos (el 1,42% de los más de 426.000 emitidos), y eso ocasionó que el PP empatase a tres escaños en Granada con Ciudadanos, pese a que los conservadores obtuvieron el 23,1% de los votos y el partido naranja el 18,4%. En Córdoba pasó algo similar, aunque aquí quien ganó el último diputado fue el PSOE: para que Ciudadanos se lo hubiera llevado, le hubieran hecho falta nada menos que 16.277 votos más, lo que supondría mejorar su resultado en la provincia –consiguió un 17,65% de los votos y fue tercera fuerza– en más de cuatro puntos.

La formación liderada por Albert Rivera se quedó a las puertas de obtener dos escaños más en Cádiz y Sevilla. En la primera de las dos provincias quien se quedó con la última acta fue Vox, que consiguió así el segundo de sus dos diputados gaditanos por tres de Ciudadanos, que hubiera necesitado 8.231 votos más (el 1,6% del total de los emitidos) para sumar un cuarto parlamentario. En Sevilla, por el contrario, el último escaño fue para Adelante Andalucía –que sumó un total de cuatro de 18 en la provincia–, y Ciudadanos quedó lejos de poder arrebatarle este diputado a la coalición: hubiera necesitado 9.881 votos más.

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