GOBIERNO DE COALICIÓN

El PSOE marca territorio ante Podemos en la fase final legislativa

Ione Belarra y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.

En las últimas semanas y días se han cruzado conversaciones entre dirigentes socialistas y de Unidas Podemos con varios mensajes. Entre ellos, hay que empujar algunas leyes para tenerlas listas antes de que acabe el año. Pero también desde La Moncloa y Ferraz se han marcado límites en ese camino después de las quejas aireadas por los morados.

Para final de año se espera sacar adelante algunas normas polémicas y muy visibles de la coalición en el Congreso de los Diputados, en las que los socios no están de acuerdo. Tras pasar el gran examen de los presupuestos generales, se afanan en los grupos en desatascar leyes como la trans, de vivienda y de bienestar animal, además de la reforma de la ley mordaza.

Los socialistas quieren conjugar los intereses de ambos partidos en estas leyes, según fuentes consultadas, pero también hacerlo de la forma jurídica más consistente (después de ver lo que ha pasado con la del sólo sí es sí) y que no entren, además, en colisión con la futura campaña de las elecciones autonómicas y locales.

Uno de los ejemplos más claros es la ley de bienestar animal, donde el PSOE ha registrado una enmienda que excluye a los perros de caza y de protección de esa norma. Esto ha provocado en enfado monumental entre los de Ione Belarra, pero los socialistas les han trasladado, según fuentes del partido, que la mantienen viva y que quieren sacarla adelante. “Se lo hemos dicho personalmente”, señalan fuentes del partido de Pedro Sánchez. 

SIn acuerdo en la ley trans: negociación in extremis

También el PSOE ha dejado muy claro esta semana que mantiene viva su enmienda en la ley trans por la que modifica la parte de la autodeterminación de género en los menores, estableciendo que es necesario el aval judicial para los que tengan entre 12 y 16 años. El texto pasó el miércoles por el trámite de Ponencia en el Congreso, y los dos socios no consiguieron ponerse de acuerdo. En breve tocará pasar por Comisión, antes de que vaya ya directamente al Pleno. 

Desde el grupo parlamentario socialista, se definió esa reunión de Ponencia como “tranquila”, llegando a un consenso en buena parte del dictamen. Sin embargo, siguen vivas las enmiendas sobre autodeterminación: “Las trabajaremos de cara a la comisión”. Para el equipo de Patxi López: “El ánimo es negociador por parte de todos los grupos. Nosotros vamos a iniciar una fase negociadora que incluye a todos los grupos y todas las enmiendas. El trabajo está avanzado”. 

En ese momento de marcar bien el terreno, el PSOE, tras hacer una defensa cerrada de Irene Montero por los ataques de Vox, sí quiso dejar claro esta semana que no estaba de acuerdo con sus acusaciones al PP de fomentar la “cultura de la violación”. El malestar fue obvio entre los socialistas, sólo había que observar la cara, a su lado, de la ministra de Ciencia, Diana Morant. En los pasillos del Congreso, Patxi López señaló: "No me han parecido las mejores palabras después de todo lo que hemos vivido en este Congreso, y precisamente ella que ha vivido esa agresividad verbal no debería jugar con esto".

También están  intentando desatascar la reforma de la ley mordaza, y ya ha habido varias reuniones para encauzarla. No hay acuerdo, pero se espara alcanzar uno próximamente. Fuentes socialistas resumen la situación: “Seguimos negociando, pero confiamos en llegar pronto a buen puerto. El clima así lo vislumbra”.

Choques pero aguanta la coalición

Otra ley, todavía en fase de Consejo de Ministros, que está causando resquemores por estar atrapada todavía en la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios pilotada por Félix Bolaños, es la de familias, que ha sido elaborada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en manos de Ione Belarra. La ley iba a ir el pasado martes, pero finalmente se ha retrasado. Sin fecha todavía. Desde el sector socialista se niega que sea una maniobra política y se argumenta que nunca estuvo oficialmente en el orden del día, porque tiene “observaciones”.

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Estos roces se evidenciaron en otros asuntos esta semana. No gustó nada en Unidas Podemos la decisión de la parte socialista de elegir al exministro Juan Carlos Campo como futuro miembro del Tribunal Constitucional, después de que se vetara a Victoria Rosell para el Consejo General del Poder Judicial. Tampoco están nada cómodos con la situación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en plena polémica y cuestionado por todo el arco parlamentario por su versión respecto a la tragedia en la valla de Melilla. Pero no han pedido su dimisión, una línea roja que los socios no quieren cruzar por ambas partes.

En Podemos sí ven estos retrasos como una maniobra propia del PSOE. Lo que sí subrayan los socialistas es que ellos son el grupo mayoritario de la coalición y que las leyes pueden salir adelante principalmente gracias a sus 120 diputados. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, apremió este viernes a sacar las leyes pendientes con el siguiente mensaje: "La ciudadanía no está en elecciones. No olvidemos que todo lo que hacemos es para cambiar la vida de la gente. Yo voy por la calle y nadie me habla de elecciones, sino de sus problemas. Y aquí lo dejo por las valoraciones que se puedan hacer de uno u otro lugar". Desde el PSOE se niega que se esté en ese pensamiento electoral, como les llegó a achacar durante estos días el portavoz ‘morado’ en el Congreso, Pablo Echenique. 

¿Y esto puede suponer una ruptura de la coalición? Las dos partes se han conjurado para seguir adelante. Los socialistas, según fuentes gubernamentales, no se plantean apartar a los ministros de UP o incluso convocar elecciones. La idea es clara: agotar la legislatura, a pesar de las diferencias. En el fondo, señalan, se consiguen sacar adelante todas las leyes. Pero ellos son los que capitanean el barco, a pesar de las diferencias que muestran constantemente en el otro sector. Aunque también les gustaría que esos roces no fueran expuestos de manera tan pública, algo que ha pasado desde que se inició la legislatura. Como dijo la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en el pasillo del Congreso: "Los ánimos están calientes y hay quien se encarga de calentarlos todavía más".

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