El camino hacia las cuentas públicas
Reforma laboral, autónomos y un modelo fiscal en el que pague "quien más tenga", las próximas batallas del Gobierno para sellar sus Presupuestos

El primer proyecto de Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos superó este jueves su primer examen en el Congreso, el de totalidad, con nota. Con la mayoría más amplia en un trámite de este tipo en la Cámara Baja: 198 votos frente a 150. El Ejecutivo tiene motivos para ser optimista de cara a la siguiente fase, en la que se debatirán enmiendas concretas y que, una vez superada, sentará las bases para una legislatura larga. Se trata, defienden en la Moncloa, de tener unas cuentas públicas adecuadas a la crisis económica y social derivada de la pandemia del covid-19 y enfocadas a poner fin las políticas y los "recortes" del Partido Popular. Porque las cuentas públicas en vigor llevan todavía el sello de Cristóbal Montoro.
Pese al optimismo al ver que los números van saliendo, en el Ejecutivo son conscientes de que en las próximas semanas, los partidos políticos que este jueves daban la espalda a las formaciones que pedían la devolución del proyecto endurecerán sus posiciones y venderán caros los "síes". Y que ni en sus mejores sueños los Presupuestos para 2021 van a recibir luz verde con una mayoría tan amplia como la de los 198 diputados que ahora han pedido con su voto que siga la tramitación. Si algo quedó claro en estos dos días de debate en el Congreso es que si Pedro Sánchez saca adelante las cuentas públicas con los escaños de Ciudadanos (10), en la foto no estarán Esquerra Republicana de Catalunya (13) y EH Bildu (5). Y viceversa.
A tenor de los discursos de los representantes de estas formaciones y de las negociaciones de las últimas semanas hay tres ejes principales en torno a los que van a girar los debates de los próximos días: reforma laboral, ayudas para pymes y autónomos y la búsqueda de un modelo fiscal en el que pague "quien más tenga". La idea de Sánchez es que las nuevas cuentas públicas sean ya una realidad antes de fin de año.
El desmontaje de la reforma laboral de Mariano Rajoy es una de las prioridades de este Gobierno de coalición. Es obvio que una medida de este tipo no viene reflejada en el proyecto de Presupuestos. Pero el Ejecutivo sí puede cerrar compromisos en esta dirección en la negociación, compromisos a largo plazo a cambio del apoyo en las cuentas públicas.
En este sentido, el sector del Ejecutivo integrado por Unidas Podemos aspira reforzar la mayoría de la investidura en torno a una serie de compromisos para la legislatura inspirados en el principio de ampliar el escudo social. De hecho, no es algo nuevo. Porque en las últimas semanas, el partido morado presionó al Partido Socialista para que se llegaran a acuerdos en materia de vivienda o Ingreso Mínimo Vital (IMV) hasta el punto de que los ubicó como una línea roja antes de que el Ejecutivo diera por cerrado el proyecto de Presupuestos.
El partido liderado por el vicepresidente Pablo Iglesias ha sabido atraerse a ERC y EH Bildu, por ejemplo, a la demanda de la regulación del precio de los alquileres.
Negociaciones con el Ministerio de Trabajo
Concretamente, sobre la reforma laboral, fuentes conocedoras del contenido de las conversaciones desarrolladas en las últimas semanas aseguran que el tema está sobre la mesa y que EH Bildu ha fijado esta cuestión como una prioridad. Pero ni en la formación ni en el Ejecutivo ofrecen detalles de cuáles serán los próximos pasos que dará el ministerio de Trabajo, en manos de Yolanda Díaz (Unidas Podemos).
En su discurso de este jueves en el Congreso de los Diputados, el portavoz de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, fijó estos Presupuestos, a los que en principio su formación quiere votar "sí" como el punto de partida para la derogación de la reforma laboral. Esta cuestión ya generó una crisis entre PSOE y Unidas Podemos en el mes de mayo en una de las prórrogas del estado de alarma. Y EH Bildu era también uno de los actores.
En EH Bildu evitan dar pistas concretas de por dónde irá la letra pequeña de sus demandas en las enmiendas. "Se enmarcan, sobre todo, en avances y compromisos en derechos sociales, laborales y económicos. Negociamos para ampliar derechos y libertades de toda la ciudadanía", defienden desde esta formación.
En todo caso, Matute dejó claro en su intervención que, a su juicio, los cambios fiscales introducidos en las cuentas públicas se quedan cortos. Así, abogó por un modelo fiscal "capaz de hacer real que quien más tenga más pague". "Que subir impuestos a quien más tiene no solo es una posibilidad sino una obligación. Porque la reforma fiscal contemplada en los Presupuestos está bien pero queda corta. Falta avanzar en un impuesto de la riqueza que sortee la nula tributación de Madrid. Reducir las deducciones sobre el impuesto de sociedades. Subir la tributación del IRPF no solo a la elite o súper ricos sino también a los ricos", mantuvo.
El proyecto que ahora se someterá a la fase de enmiendas aboga por subir el Impuesto de Sociedades para grandes grupos empresariales, limitando las exenciones por dividendos y plusvalías generadas por su participación en sociedades filiales, subir un punto el Impuesto de Patrimonio para patrimonios de más de 10 millones de euros, tres puntos el IRPF para rentas del capital de más de 200.000 euros y dos puntos para rentas del trabajo de más de 300.000 euros. Además, se establece una tributación mínima del 15% para las SOCIMIS y se reducirán las desgravaciones a los planes privados de pensiones.
Del llamado bloque de la investidura quien menos pistas dio fue el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián. Avisó de que su partido "pondrá su fuerza negociadora al servicio de los intereses de Cataluña" y de que si Unidas Podemos permite que el PSOE opte por Ciudadanos, Sánchez "podrá escoger y si puede va a elegir a Arrimadas para vivir mediáticamente más cómoda".
Fuentes de la formación republicana consultadas por este diario señalan que en los próximos días irán avanzando el sentido de sus demandas, una vez culminen los trabajos de recogida de las demandas del territorio y de las consejerías y los diferentes departamentos. En el caso de ERC la situación es algo más compleja porque Cataluña está en la recta final hacia las elecciones autonómicas del 14 de febrero.
Cs aprieta en Cataluña
En la derecha ya dan a Rufián como uno de los ganadores de las negociaciones para los Presupuestos apuntando a la enmienda en la ley de Educación sobre el castellano en las aulas. De hecho, una de las exigencias de Ciudadanos para la fase de negociación presupuestaria que comienza ahora, una de las denominadas "líneas naranjas", tiene que ver con esta cuestión. "El Gobierno de España debe comprometerse a rectificar su voluntad de excluir por ley el español como lengua vehicular con esa enmienda a la ley Celaáley Celaá y frenar que pueda blindarse legalmente la exclusión del español como lengua vehicular", reclaman desde Cs.
Otro de los puntos es el de que el Gobierno "debe comprometerse a oponerse a todo intento de convocatoria de referéndums de secesión en cualquier territorio de España".
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En lo que tiene que ver en sentido estricto con el texto presupuestario, Arrimadas demanda "ayudas directas a autónomos, pymes y empresas que hayan visto su actividad e ingresos reducidos en un 50%". En este sentido, piden una "inyección directa que cubra hasta 75% de la facturación del ejercicio anterior, siguiendo el modelo europeo que han aplicado países de nuestro entorno, como Alemania".
Además, abogan por una "baja laboral con prestación para padres y madres con hijos en edad escolar que tengan que guardar cuarentena por covid-19, aun sin PCR positiva, siempre que ambos padres trabajen y no puedan teletrabajar, para que no tengan que renunciar a su salario ni perder días de vacaciones".
En el debate de este jueves, Arrimadas destacó que su partido quiere negociar "hasta el último minuto". Pero exige a Sánchez que aclare ya si está de su lado o del lado de ERC y EH Bildu. Lo intentará el miércoles que viene en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, una sesión en la que las fuerzas de la derecha competirán a la hora de intentar sacar los colores al presidente del Gobierno ante la posibilidad de sacar los Presupuestos gracias al apoyo de EH Bildu. Puertas adentro del PSOE no es un debate cómodo. Ya hay líderes territoriales que no han ocultado en público sus diferencias.