POLÍTICA EN DEFENSA
Sánchez pacta con la OTAN gastar un 2,1% del PIB en defensa y no el 5%: "Ni más ni menos"
Hay acuerdo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la OTAN, Mark Rutte, cerraron este domingo un pacto por el que España no tendrá que gastar el 5% de su PIB en defensa y se compromete a destinar un 2,1% después de intensas negociaciones en los últimos días.
El presidente del Gobierno compareció en el Palacio de La Moncloa este domingo por la tarde para informar sobre el acuerdo con la OTAN antes de que arranque la vital cumbre que tendrá lugar a partir del martes en La Haya (Países Bajos), en la que se marcará la hoja de ruta de la organización en un momento de tremendas convulsiones geopolíticas.
Según el presidente, España no podía comprometerse con el 5% del PIB debido a que supondría un drástico corte para el estado del bienestar, cifrándolo en hasta 350.000 millones de euros. Eso hubiera conllevado aumentar en 3.000 euros anuales los impuestos a cada trabajador español.
"Preservar la unidad" de la OTAN
España, según explicó Sánchez, gastará el 2,1% de su PIB en defensa: "Ni más ni menos". "Es un acuerdo muy positivo", recalcó el jefe del Ejecutivo, que señaló que esto no significa que el resto de socios no puedan comprometerse con ese 5% exigido tanto por Rutte como por el líder de Estados Unidos, Donald Trump. Para el presidente, ese pacto también supone "preservar la unidad" de la organización sin tener que aumentar por parte de La Moncloa ese porcentaje del 2,1% (que ya alcanzará el país este mismo año).
El jefe del Ejecutivo recordó que España desde 2018 ha adoptado "medidas difíciles pero necesarias": la inversión anual en seguridad y defensa se ha duplicado al pasar del 0,9% al 2% que se materializará este 2025. El país, añadió Sánchez, seguirá siendo un "actor clave" en la seguridad por "necesidad, convicción y liderazgo".
"Nosotros entendemos la dificultad del contexto geopolítico. Respetamos el deseo legítimo de otros aliados de aumentar su inversión en defensa, pero nosotros no vamos a hacerlo", argumentó Sánchez, quien enumeró varias razones para ese rechazo. "Un 5% del gasto en defensa, en nuestro caso, sería desproporcionado e innecesario", manifestó, para luego señalar que cada aliado necesitará gastar un porcentaje diferente para hacer frente a los retos marcados por la organización: "Esa asimetría es normal".
Según Sánchez, los técnicos de las Fuerzas Armadas han sido muy "claros" y han cifrado en un 2,1% del PIB el gasto necesario para hacer frente a los "desafíos" en materia de seguridad. "No tiene sentido comprometerse a gastar el 5%", reiteró el presidente, quien indicó: "Hacerlo nos llevaría a incumplir nuestra palabra y a despilfarrar miles de millones de euros. Paradójicamente no nos llevaría a estar más seguros ni a ser mejor aliados. En el fondo nos alejaría de la verdadera solución que es la creación de una Unión Europea de la Seguridad y la Defensa".
Para Sánchez, también la UE debe avanzar en su autonomía estratégica: "Para lograrlo no se trata de gastar más, sino mejor y juntos". "Lo fundamental es establecer mecanismos de compra común", reiteró Sánchez como uno de los puntos que ha puesto sobre la mesa durante la negociación. Para añadir en este sentido: "Hay que desarrollar una industria de defensa propia y crear de una vez por todas el Ejército común europeo". El líder socialista reflexionó que ese 5% supondría destinar más dinero a industrias de terceros países y ser más dependientes de ellas.
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Durante la negociación "discreta", como la describió el presidente, España defendió que ese 5% también era un daño económico a medio y largo plazo para el país porque conllevaría alzas inflacionistas y de precios en materias primas, además de un aumento "excesivo" del déficit y de la deuda pública. Asimismo, implicaría recortes en sectores como la educación y la sanidad.
Los cálculos hechos por La Moncloa llevaron a la conclusión de que la cifra del 5% es "incompatible" con el estado del bienestar, ya que se hubieran necesitado 350.000 millones de euros adicionales. "Sólo se podrían conseguir a base de subir a cada trabajador los impuestos en unos 3.000 euros anuales", especificó Sánchez. Asimismo, el Gobierno se habría visto obligado a cruzar "líneas rojas" como eliminar la prestaciones por desempleo o enfermedad, además de reducir en un 40% todas las pensiones y recortar a la mitad la inversión en educación.
El acuerdo de Sánchez con la OTAN llega en un momento de máxima tensión política interna en España debido a la irrupción del caso Cerdán, que ha puesto en jaque al PSOE por el supuesto cobro de comisiones por parte del exsecretario de Organización del partido. La comparecencia del presidente se produjo horas antes de que este lunes tengan que declarar también ante el Tribunal Supremo el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García.