Sánchez seguirá negociando con Sumar durante octubre y ya contempla noviembre para ser investido

Pedro Sánchez a su llegada al Congreso de los Diputados para reunirse con Yolanda Díaz, este miércoles

Sobre las 9.40 horas de este miércoles, Pedro Sánchez flanqueaba la puerta del número 36 de la madrileña Carrera de San Jerónimo. Este edificio del complejo del Congreso de los Diputados es ahora el escenario para lograr la investidura. La base de operaciones del PSOE para la ronda de contactos que ha asumido en primera línea su secretario general.

Los socialistas encaran ya públicamente la negociación “de verdad”, como subrayan en Ferraz. Aunque el presidente deslizó que quería la investidura “lo antes posible”, el horizonte temporal que maneja la dirección del partido es que las negociaciones pueden llevar el debate a noviembre. 

Los socialistas, según fuentes del partido, ven demasiado pronto que se pueda producir ya en estas semanas de octubre una sesión en la que salga victorioso su líder. Lo que sí se han fijado es que durante este mes quede cerrado el acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, algo a lo que se emplazaron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la cita que mantuvieron este miércoles.

Las diferencias entre PSOE y Sumar

El PSOE y Sumar siguen manteniendo diferencias “importantes” respecto al acuerdo programático, aunque desde las dos partes se da por hecho que se llegará finalmente a un acuerdo. Ahora mismo las distancias están en asuntos sociales y laborales, con Yolanda Díaz presionando para avances en un Estatuto del Trabajo, reducción de jornada laboral y retribuciones por permisos.

Sobre los temas territoriales no hay discrepancias, según fuentes de la negociación. Pero en Sumar quieren apretar más al PSOE en cuestiones sociales y laborales. Desde julio hablan los dos partidos de manera discreta, con un hilo principal que va de María Jesús Montero (vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda en funciones) a Nacho Álvarez (secretario de Estado de Derechos Sociales, persona de confianza de Díaz y uno de los nombres que empieza a emerger como ministrable). Ha habido reuniones, llamadas e intercambio de papeles sin que trascendiera a la prensa.

La idea ahora es que se intensifiquen esos contactos y que en octubre quede cerrado ese acuerdo. Las dos partes se afanan en decir que sólo se habla de programas y medidas, pero también se esboza esa arquitectura de coalición. Al PSOE, por ejemplo, le gustaría recuperar el Ministerio de Igualdad, objetivo también de Podemos. En lo que sí hay cercanía es en la posibilidad de un Ejecutivo más reducido (los socialistas apelan a la eficacia y Díaz ya desveló en campaña que le gustaría que hubiera menos carteras ministeriales).

Los 'negociadores' de Sánchez

Sumar fue el primer invitado de Sánchez en la ronda de contactos. El jefe del Ejecutivo también mantendrá encuentros con representantes de todos los grupos parlamentarios, a excepción de Vox. Pero a la vez ha puesto a rodar a un equipo negociador que será el encargado de ir a todos los detalles concretos. Esa comisión negociadora tiene a los grandes pesos pesados del partido y del Gobierno como María Jesús Montero, Félix Bolaños, Santos Cerdán y Pilar Alegría. Pero también ha habido sorpresas al incluir a Hana Jalloul, Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro. Asimismo, el líder de los socialistas tendrá permanente contacto con Salvador Illa (PSC) para abordar los temas catalanes. Los dos ya se vieron el miércoles por la tarde en la sede en la madrileña calle de Ferraz para poner en común la estrategia.

Los socialistas, como comentan fuentes negociadoras, no tienen ansiedad por poner una fecha, ya que no sólo depende de ellos. Tienen que conjugar muchos intereses y cada formación tiene sus propios ritmos. Principalmente se mira a Junts y comprenden que los independentistas también necesitan tiempo ante un posible giro que facilite la investidura. Lo importante es amarrar bien un acuerdo.

Asimismo, en el equipo diseñado por Sánchez entienden que es muy importante que no haya mucho ruido y ven a todos midiendo los pasos porque “nadie quiere precipitarse”. Aunque siempre repiten su deseo de que fuera lo antes posible: “Ojalá”.

Las claves del calendario

El presidente arrancó con Diaz la ronda de encuentros con presidentes y portavoces de grupos parlamentarios, pero no se han fijado más encuentros concretos en los próximos días. Sánchez tiene una importante cita a nivel internacional este jueves y viernes en Granada, donde ejerce de anfitrión de la cumbre de líderes de la UE con España al frente de la Presidencia rotatoria. El dirigente socialista alargará su estancia en la ciudad nazarí hasta el sábado, cuando protagonizará un acto de partido. El secretario general del PSOE está mimando estos días a Andalucía, una comunidad clave para abordar la posible ley de amnistía y el territorio con mayor número de militantes socialistas.

La negociación del PSOE no sólo va encaminada a lograr los votos necesarios para la investidura (mayoría absoluta en primera ronda o simple en segunda ronda en el Congreso), sino que se persigue un acuerdo que permita aguantar la legislatura. Esto pasa principalmente, y es lo que va a poner el equipo de Sánchez sobre la mesa, por el apoyo a la ley de presupuestos generales. Hacienda no descarta incluso llegar a tiempo y aprobar a principios de enero unos para 2024.

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La fecha de la investidura debe fijarla, según el artículo 170 del Reglamento del Congreso, la Presidencia del Congreso, que suele pactarla con el aspirante. Francina Armengol no ha concretado el día, aunque el plazo máximo para intentarlo es el 27 de noviembre (dos meses después de la primera votación fallida de investidura).  En caso de no que nadie tenga los votos durante este tiempo, se convocarán de nuevo elecciones para el próximo 14 de enero.

Sánchez ha manifestado que no quiere ir a elecciones y trasladó al rey que puede llegar a tener hasta 179 escaños a favor (PSOE, Sumar, EH Bildu, Junts, Esquerra, PNV, BNG y Coalición Canaria). El jefe del Ejecutivo en funciones está dispuesto a explorar la vía de una ley de amnistía, que nunca ha descartado y es la exigencia principal de los partidos soberanistas. Tras su reunión con el monarca, se limitó a apelar a la vía de “la política, la generosidad y el liderazgo” para pasar página definitivamente en Cataluña. Lo que trasladó es un no al referéndum, algo a lo que pusieron freno la semana pasada el PSOE y el PSC a través de un comunicado tras la resolución pactada por ERC y Junts en el Parlament.

El PSOE se afana ya para lograr ese pacto: “No hay tiempo que perder”, lanzó la portavoz del partido, Pilar Alegría. Pero todos son conscientes de la complejidad para armar esa mayoría con un independentismo en plena lucha por capitalizar cualquier éxito en la negociación. La sesión de investidura sigue sin tener fecha. El límite: el 27 de noviembre.

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