Crisis en el PSOE

El único punto que une a los dos sectores del PSOE: no apoyarán unos Presupuestos de Rajoy

El único punto que une a los dos sectores del PSOE: no apoyarán unos Presupuestos de Rajoy

Ibon Uría

Fracturado, con una dirección provisional y con el debate de la abstención ante Rajoy todavía sin resolver: así está el PSOE menos de una semana después del duro Comité Federal que el pasado sábado desembocó en la dimisión del ya ex secretario general Pedro Sánchez. Pero, en medio de las tensiones y de las distintas posiciones sobre qué hacer si el candidato conservador vuelve a presentarse a la investidura, hay un punto en el que todos los socialistas están de acuerdo: no pueden apoyar los Presupuestos del PP, como desearían los conservadores.

"El PP no quiere que haya elecciones. Nuestra posición sigue siendo la misma desde el 21 de diciembre: que España pueda tener un Gobierno que pueda gobernar", dijo este martes el portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Rafael Hernando. Hernando agregó que el partido de Rajoy espera que el PSOE se "mueva", cambie su "orientación" y piense "en el conjunto de los españoles". Añadió, además, que España necesita aprobar las cuentas para 2017 cuanto antes: "Es algo positivo". En resumen: no basta la investidura, hace falta algo más del PSOE.

Un mensaje similar llevan trasladando en público y en privado dirigentes del PP. Fuentes de la cúpula del partido señalaron este jueves que Rajoy no se conformará con que los socialistas le faciliten la investidura, sino que exigirá un compromiso de gobernabilidad. Ya el domingo, el coordinador general del PP catalán, Xavier García Albiol, dijo que los socialistas deberían abrirse a pactar un "Gobierno de coalición" o "las reformas de los próximos años". El lunes, fue el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, quien apostó por un acuerdo estable a tres bandas (PP-PSOE-Ciudadanos).

El PSOE rechaza presiones

Pero los socialistas se niegan. El debate sobre la abstención ni siquiera se ha abierto aún en público con claridad y provoca no poco malestar, de modo que plantearse un apoyo a las cuentas del PP suena directamente inconcebible, tanto entre los derrotados en el Comité Federal como entre la nueva mayoría que manda en el partido y en la gestora que ha asumido las riendas hasta que se celebre el próximo Congreso Federal. "Eso es plantearnos la gran coalición sin darnos ministerios", resume gráficamente un dirigente del partido.

Este miércoles, el portavoz de la comisión gestora, el andaluz Mario Jiménez, señaló en una rueda de prensa que "el PP no está en situación de poner condiciones" a los socialistas, porque "no tiene mayoría en las Cortes", sino que en las votaciones de investidura de Rajoy que se produjeron tras el 26J registró "una mayoría en contra de 180 diputados". En una entrevista en Onda Cero agregó que el PP no puede poner condiciones "a nada" y que tendrá que decidir si afronta la formación de Gobierno con "honestidad" o con una actitud de "tacticismo o de guerra electoral, impropia de un partido que ha ganado las elecciones".

El temor a que el PP exija un apoyo a sus Presupuestos y amenace con terceras elecciones en caso contrario recorre desde hace días las filas socialistas. Cargos del PSOE han advertido de que no aceptarán cruzar esa línea. "Si Rajoy pone precio a la abstención se puede equivocar gravemente", dijo el lunes el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, para quien el PSOE no puede abstenerse "de cualquier manera". "Si [Rajoy] busca romper al PSOE –agregó el actual presidente, Emiliano García-Page–, que sepa que podemos no sólo cerrar filas sino presentar la candidatura más potente que pueda imaginar".

En esa misma línea, el presidente valenciano Ximo Puig subrayó que "si el PP quiere hacer cortoplacismo o intentar aprovechar una situación de debilitad se equivoca", pues "el PSOE no está tan débil como piensan" los conservadores. 

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, señaló por su parte este miércoles que "si el PSOE se está moviendo para ir a esa abstención, sólo faltaría ahora que el que quiere ser presidente se bloquee a sí mismo". "Ni me lo planteo (...). Ningún votante del PP entendería que el PP no quisiera gobernar", agregó el presidente de Ciudadanos, que aseguró que "sería un poco surrealista que quien quiere ser presidente exija cosas a los que no van a ser presidentes".

Renunciar a hacer oposición

Para el PSOE, aceptar las cuentas del PP sería tanto como renunciar a hacer oposición. Hay sectores del partido que se plantean la abstención en la investidura como mal menor para evitar unos nuevos comicios y dejar que la legislatura arranque, pero las fuentes consultadas por infoLibre coinciden: "Nadie está dispuestos a apoyar los Presupuestos. Abstenerse en la investidura es una cosa, y otra es aceptar también eso", señala un cargo del PSOE. En Ferraz son conscientes, entre otras cosas, de que esas cuentas serán "duras" por los recortes que exigirá Bruselas, y no se comprometerán a apoyarlas.

"Ya es muy difícil explicar y que se entienda la abstención en la investidura como para exigir el apoyo a los Presupuestos", dice otra fuente. En el partido el debate existe en torno a la conveniencia de abstenerse o aceptar unas terceras elecciones pero, si es la primera opción la que se impone en el Comité Federal que debe celebrarse en las próximas semanas, no hay dudas: inmediatamente después el PSOE tiene que pasar a "hacer oposición".

En palabras de otro cargo, "Rajoy puede tener la tentación" de exigir apoyo más allá de la investidura, pero tiene que "valorar" si le merece la pena intentar "humillar" al PSOE. "Si apuesta por forzarnos, la jugada igual le sale mal", añade. Los socialistas también creen que a ojos de la opinión pública esa maniobra "se notaría bastante".

La posición del PSC

Lo que sí está sobre la mesa es el debate sobre la abstención en la investidura, una cuestión que los dirigentes del PSOE admiten que es "complicada" de explicar de la militancia. El argumento en el que incidirán, principalmente, es que lo que está en juego es la posibilidad de que Rajoy gobierne ahora con sólo 137 diputados y sin mayoría absoluta incluso con la ayuda de Ciudadanos –de modo que se puede "condicionar" su acción de gobierno desde el Congreso–, o bien ir a unas terceras elecciones donde los conservadores y el partido de Rivera "lograrían la mayoría absoluta" y tendrían cuatro años para recortar a su antojo.

Aun así, fuentes socialistas admiten un cierto temor a que "la militancia no lo entienda de ninguna manera" y, sobre todo, a una nueva fuga de votantes, similar a la que se produjo a partir de 2010, cuando el último Gobierno de Zapatero adoptó impopulares medidas de austeridad. "Aquellas medidas eran necesarias, pero la gente no las comprendió", recuerda un cargo socialista.

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Ese debate se abrirá, previsiblemente, en un Comité Federal que se celebrará en próximas fechas. La agenda es ajustada. Si la reunión se celebra un sábado –que es lo habitual–, para que una eventual abstención se decidiera con tiempo suficiente de celebrar un nuevo debate de investidura la última posibilidad sería reunir al comité el día 22. El sábado anterior, el día 15, están convocadas las primarias en las que el PSC elegirá a su nuevo primer secretario entre el actual líder, Miquel Iceta, y Núria Parlon, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona). Esas elecciones internas complican el calendario orgánico del PSOE.

En la gestora preocupan las posiciones del PSC. Fuentes de la dirección provisional del PSOE aseguran a infoLibre que los socialistas catalanes constituyen, ahora mismo, el "núcleo de oposición" a la abstención más nítido. Pese a que la nueva mayoría que se ha impuesto en el PSOE destacó este martes que el ambiente en la reunión del grupo parlamentario fue mejor que en ocasiones anteriores, se admite que los diputados catalanes no están por la abstención, algo "problemático". Tras la andaluza, la catalana es la segunda federación del PSOE. Iceta fue uno de los dirigentes territoriales más próximos hasta el final a Sánchez, y su rival Parlon ha reiterado que es partidaria de mantener el no a Rajoy y ha especulado con la posibilidad de que los diptuados del PSC rompan la disciplina de voto si el PSOE decide virar a la abstención.

Mientras tanto, los partidarios del ex secretario general comentan que los ganadores del Comité Federal de la semana pasada están ahora atascados en la "trampa que diseñaron para Sánchez". Aquella estrategia, comenta un diputado próximo al exlíder socialista, pasaba porque Sánchez guiara al PSOE hasta la abstención ante Rajoy, para que después fuera derrotado en el congreso del partido. Ahora, en cambio, es la nueva mayoría la que deberá tomar la iniciativa. "¿Acaso va Susana Díaz a defender la abstención en la investidura en el Comité Federal?", se pregunta un parlamentario cercano a Sánchez.

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