"El odio es una pasión triste" que Valerio Rocco combate con 'Las ocho montañas' y Andreas Prittwitz

Valerio Rocco, fotograma de "Las ocho montañas" y Hegel

“El odio siempre es una pasión triste”, señala Valerio Rocco Lozano recordando las ideas del pensador Spinoza. Plantea los discursos del odio como un arma de doble filo que se revuelve contra quien lo siente. Lo dice a su pesar, en este contexto social en el que cada vez más “el clima de odio” se ha adueñado de los discursos por lo que es, a su juicio, el “uso equivocado de la libertad”

La libertad es un proyecto colectivo. El planteamiento que se usa ahora, incluso desde las administraciones públicas, de humano libre en cuánto solo tiene que ver con la propia acción, no es ni siquiera - insiste Rocco - la postura del liberalismo, aunque algunos repitan que la libertad sea tomar cañas.  

El móvil es una arma diabólica

En sus clases de universidad, como profesor de Filosofía enseña a Friedrich Hegel, el último idealista de la modernidad alemana. Su definición de la libertad va más de la mano con la idea que tiene Rocco: “Ser uno mismo en otro”. De lo que se trata es más de “llegar a ser lo que uno quiere en el otro” que de aceptar los postulados que se enmascaran en el individualismo. En este punto destaca que la libertad en estos términos se termina usando como excusa para agrandar la desigualdad

“Bolsas de identidades excluyentes” llama Valerio Rocco a lo que ocurre en torno a Twitter, Tik Tok o Instagram. Perfiles anónimos que tienen el botón del odio en sus teléfonos móviles. Esto es la cultura de la cancelación, que él tacha de injusta. “Ante la indignación hay que intentar proponer alternativas” o buscar espacios de mediación que permitan compartir ideas, defiende Rocco en conversación con infoLibre.

La cancelación en redes sociales implica la producción de estas “bolsas de identidades” que muestran su odio mutuamente. Una “negación abstracta y evidente” del consenso es como Rocco define esta forma de obrar en internet. Justamente por eso recomienda Looking Back de Andreas Prittwitz, un conjunto de canciones que versa entre la música clásica y el jazz, el rock o el pop. Lo que destaca el filósofo de este proyecto es que enseña que la innovación no está reñida con la tradición. Frente a los de la comparación viejo o nuevo, esta obra termina con la discusión. 

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Asimismo, Rocco Lozano propone el largometraje italiano Las ocho montañas (Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, 2022) para reflexionar sobre la amistad masculina. Esta película insiste también en los opuestos, en lo que llama deshacer las ”falsas dicotomías” entre la madurez y la juventud o el campo y la ciudad. Conceptos que aquí se reconcilian. 

Sin embargo, es el tema de la amistad masculina lo que le hace decantarse por esta obra premiada en Cannes. La cinta habla del lado sentimental masculino, en un modelo de cine que no ha dejado a los hombres llorar. Es un camino de introspección a través de sus dos protagonistas, Pietro y Bruno, cuya amistad a lo largo de las décadas se cimenta en buscar su espacio en el mundo. En el de cada uno de ellos.

Es precisamente la capacidad de introspección y diálogo interno la que defiende el director del CBA que tenemos que blindar en la era de la interconectividad a través de las redes. "El móvil es una arma diabólica", reconoce, aunque asume que "esta enganchado". Culpa a los dispositivos móviles de impedirnos el aburrimiento, algo que considera esencial. En especial, para el filósofo el problema recae en que los smartphones imposibilitan los periodos de tiempo para la reflexión porque siempre están ahí, impidiendo el aburrimiento.

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