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‘Stranger things’, cuenta atrás para la traca final de una temporada memorable

Póster oficial 'Stranger Things'.

Faltan dos días para la traca final de la espectacular temporada de una de las series más queridas por sus seguidores, Stranger things, en Netflix. Este viernes 1 de julio se ponen a disposición de los suscriptores los dos últimos episodios de esta cuarta entrega.

Siguiendo la tónica de los siete capítulos ya estrenados, serán largos como películas. El último aún está siendo retocado, pero batirá records, durará en torno a dos horas y media. Un auténtico regalo para unos fans muy a tope tras las revelaciones del episodio siete, otro hito en la serie.

Nos acercamos a un clímax masivo

En una conversación de Entertaiment weekly con Matt y Ross, los gemelos Duffer, creadores de la serie, Matt explica: “Hemos visto el final del segundo acto, si consideramos la serie una unidad. El capítulo siete de esta cuarta temporada lo es. Nos encaminamos a un clímax masivo. No solo por la acción, que habrá en grandes cantidades, también por los momentos emocionales para los personajes.”

¿Qué personajes queridos morirán? ¿Se explicitará la homosexualidad de Will? ¿Se reunirán los personajes dispersados a miles de kilómetros de distancia? ¿Cómo conseguirá Once volver a salvar al mundo y a sus amigos?

Esta cuarta temporada se ha convertido en la más vista nunca en la plataforma en el fin de semana de su estreno. La locura se ha desatado también con la canción Running up that hill (escuchar aquí), de Kate Bush, tema que escucha recurrentemente el personaje de Max para evadirse de los hechos terroríficos que ocurren en la ciudad ficticia de Hawkins.

La canción ‘Running up that hill’, de 1985, ha llegado al número uno

El tema llegó al número uno mundial de Spotify, en una auténtica proeza anacrónica, ya que debutó en 1985. Ahí sigue, en el tercer puesto, entre éxitos recientes. Sus sintetizadores la convirtieron en elección clara para los Duffer. Ese instrumento, seña musical de los años ochenta, fue recuperado por la sintonía de Stranger things y forma parte de su sello sonoro.

La serie terminará en su quinta entrega, la próxima. Probablemente estará disponible dentro de un año. Esta temporada se ha hecho esperar tres, por supuesto por la pandemia. Los niños han crecido, más en la vida real que en la filmada. Allí se retoman los hechos seis meses después de donde se dejaron, en 1987.

Un monstruo más humano, más terrible

Tras el tamaño descomunal del monstruo del mundo al revés en la tercera temporada, los hermanos Duffer han querido volver a un poder diabólico más humano en sus dimensiones. Ross Duffer ha declarado que tener que rodar con fondo verde y los actores sin ver en directo a su enemigo, que se integraba en escena en postproducción, arruinaba parte de la fuerza.

“Queríamos algo más tangible, práctico, que pudiera estar en el decorado. Era lo que nos daba miedo de pequeños. No es que quiera dejar a los niños semanas sin dormir como me pasaba a mí, pero queremos capturar ese sentimiento que tuvimos nosotros” añade en declaraciones a WheninManila.

Una de las tramas de la temporada consiste en la caza de brujas a un joven, sospechoso de asesinato por dirigir juegos de rol y escuchar música heavy. Está basada en parte en un caso real en el que una pinta parecida de unos adolescentes, Damien Echols y Charles Jason Baldwin, les llevó a la cárcel por un crimen del que no había pruebas de su autoría, en un momento de histeria colectiva.

La temporada recupera al actor Matthew Modine, Papa, con el que los creadores de la serie han tenido una interesante interacción. Modine nunca se acercó a su personaje como a un villano, lo que hizo entender a los guionistas mejor el punto de vista del científico y darle nuevos matices en su retorno. 

Freddy Krugger ha paseado por la serie

En la trama que revela los orígenes del mundo del revés y Vecna, su oscuro morador, los Duffer encontraron un hallazgo de casting genial. Robert Englud, el actor que encarnó a Freddy Krugger en Pesadilla en Elm Street, optó al papel de Victor Creel, pequeño pero crucial, que a su vez contiene una referencia explícita a El silencio de los corderos.

Los Duffer lamentan no haber tenido ellos la idea y reconocen que se comportaron como fans con el actor y que ahora atesoran posters de la película firmados por su protagonista.

Capturar la esencia del cine de los ochenta es la clave para los hermanos, como ha respirado cualquiera que haya visto su homenaje a Spielberg, Carpenter, Lynch, Craven o Stephen King. A los Goonies, E.T., Encuentros en la tercera fase, Cuenta conmigo o la mencionada Pesadilla en Elm Street.

Cuando lo extraordinario ocurre a personas ordinarias

De esta corriente los hermanos Duffer recogen innumerables influencias, pero una de las principales que señalan es la de hacer que a personas ordinarias les ocurra lo extraordinario.

Matt lo destaca por ejemplo de Regreso al futuro. “Si ves esta película o Los Goonies, o cualquiera de Spielberg, viven en un mundo como el tuyo y viajan en el tiempo, o son atacados por Gremlings. Te identificas, lo hace más inmersivo”, señala a GogglerMY.

La serie que nadie quería comprar

Una película más reciente, Prisioneros, (2013), de Denis Villeneuve, disparó su imaginación en cuanto a hechos de la trama, con conspiraciones y secuestros. Pero los hermanos habían tenido su gran oportunidad en Hollywood, dirigiendo una película, Hidden. Y su relativo fracaso les había devuelto a la casilla de salida. No estaban en posición de vender propuestas.

Entonces apareció en su carrera M. Night Shyamalan, autor de El sexto sentido, que les ofreció incorporarse al equipo de la serie Wayward Pines. Los hermanos recuperaron impulso e intentaron vender el proyecto que más tarde se convertiría en esta serie. A pesar de sus esfuerzos, el embrión de Stranger things fue rechazado por prácticamente toda la industria, por quince cadenas de cable.

El protagonismo de los niños echaba para atrás a muchos productores y distribuidores. Afortunadamente, Netflix, más asentada tras varios éxitos, buscaba alguna serie juvenil con toque fantástico, y por otro lado, estaba interesada en apostar por talentos nuevos y más baratos. 

Así pudo prosperar la historia de Once y el mundo del revés. El público estaba más que dispuesto a este ejercicio de nostalgia lleno de terror y aventuras magníficamente mezclados.

Un chute de energía juvenil

Los Duffer se centran a menudo en la explicación de la trama respecto al miedo. Pero otro componente del atractivo de su serie que está a la altura es la aventura. Algo tienen los niños saliendo de las casas familiares en bicicleta para encontrarse con sus amigos en planes secretos que resulta irresistible.

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Pasaba en Verano azul, en E.T., en los libros de Enid Blyton y en Stranger things. Se añade aquí otro elemento fundamental en la excitación de la aventura, la linterna. Cuando la pandilla la saca de sus mochilas para explorar viene a ser como recibir un chute de energía juvenil.

Y, por si fueran poco bicicletas y linternas, se añaden los walkie talkies, no se priva a la audiencia de ninguno de los objetos de deseo de la imaginación infantil. Todos los elementos son los accesorios de la amistad soñada en la infancia, un sentido de pertenencia, libertad, el viento en la cara, importantes misiones.

Stranger things nos proyecta en una lucha encarnizada contra el mal, en un mundo sin interntet, muy parecido al nuestro, pero con mejor conexión entre nosotros, en el que podemos unir fuerzas con nuestros amigos, derrotar al demonio y volver a casa felices, magullados y cansados. Planazo.

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