Vuelve ‘El agente nocturno’, el oficio de la televisión en abierto encuentra su lugar en las plataformas

Gabriel Basso es el protagonista del thriller de espionaje 'El agente nocturno'.

La primera temporada de El agente nocturno debutó en Netflix en marzo de 2023. Enseguida destacó en el catálogo de la plataforma y permanece como una de las más vistas. 

Dentro del podio destaca por ser la única representante de un género muy socorrido de la vieja televisión en abierto, el thriller policiaco del FBI. Así lo han sido Mentes criminales, Bones o Expediente X, por ejemplo. 

Dentro de una tradición muy estadounidense

Y dentro de la rama del FBI, los títulos que se centra en conspiraciones y espionaje tampoco son nuevos. Antes lo hicieron Homeland, 24, o The americans brillantemente. El agente nocturno nació como una propuesta incluso más modesta que estos grandes referentes.

Ninguno de sus actores protagonistas era famoso y la psicología con la que estaban escritos tenía menos aspiraciones que las muy perspicaces y profundas series citadas. Además, tuvo que producirse durante la epidemia de la covid.

Emancipada de la novela en la que se basó

La temporada original estaba basada en una novela de Matthew Quirk que consiguió buenas ventas. En su trama, un agente novato de moral íntegra se ve envuelto en una misión muy por encima de su experiencia. 

En su labor para encontrar un topo en los servicios secretos colabora con una brillante informática atrapada también a su pesar en el conflicto. A partir de ahí empieza una peripecia de acción y conspiración política que se renueva en esta segunda temporada que acaba de ser estrenada.  

A cargo de un guionista bregado en policíacos

El desarrollo de la serie fue encargado a Shawn Ryan, un veterano guionista de televisión de género, especializado en policíacos como The Shield, The unit, Miénteme o S.W.A.T, que sigue en antena tras ocho temporadas, tanto en abierto como en plataformas.

Ryan ha hecho la serie a la vieja usanza, con un trabajo muy colaborativo. Ahora que los equipos de guión son cada vez más pequeños y en los que se prima la fuerte personalidad de un creador o creadora líderes, Ryan se rodea de grandes equipos. Juntos son capaces de hacer frente a temporadas más largas, en su caso cada una de diez episodios. 

Fruto de un esfuerzo colectivo

También el grupo de directores y directoras es mucho más nutrido que en las miniseries que nos estamos acostumbrando a ver cada vez más. El hecho de que tanta gente tenga importancia creativa busca mayor estabilidad y un producto basado más en el oficio colectivo que en la rotunda personalidad de quien lo crea.

Ya se ha firmado la renovación de la serie. Aunque no ha terminado de escribirse, ha empezado a rodarse en Estambul. Estos plazos de entrega, esta productividad también remite a la vieja televisión en abierto, en la que los éxitos se celebraban con continuidad, cosa que hoy ni está tan clara ni tiene los mismos tiempos.

Más regular que otros éxitos de plataforma

La serie más vista de la historia de Netflix, El juego del Calamar, ha tardado desde 2021 hasta finales del año pasado en volver. La divertida y espectacular Miércoles, que le sigue en horas vistas por la audiencia, se estrenó en 2022 y será este año cuando podamos ver su segunda temporada. 

Esta serie en cambio tiene mimbres como para producir muchos episodios y con cierta continuidad porque está concebida en otros parámetros. Tiene interés fijarse en ella porque para resistir en un modelo nuevo utilizando las reglas del antiguo se tienen que hacer bien las cosas. 

Claves del género introducidas con acierto

Combina muy bien la acción, el ritmo y los ingeniosos trucos típicos del espionaje. Hace partícipe a la audiencia de la paranoia también clásica del género en el que no se sabe nunca del todo en quien se puede confiar. 

No se para mucho a presentar a sus personajes, los define su comportamiento, siempre movido por la urgencia. Pero si los crea positivos; listos, nobles, perseverantes y leales. Dos guapos con principios y mucho trabajo por hacer, lo que hace que sean fácilmente del gusto de la mayoría.

Química entre los protagonistas

Su selección se llevó a cabo en los tiempos duros de la pandemia y no se les pudo juntar para comprobar su química, así que hubo que hacerlo por zoom. Cuando por fin se conocieron en los ensayos, se vio que había recorrido en su conexión física, él tan grande, ella tan menuda. Según el responsable final de la serie, eso le daba al carácter bravo del personaje de Rose, la protagonista, una energía a lo Sally Field.  

Esta temporada parte sin libro en el que apoyarse, pero el territorio de las conspiraciones internacionales es muy fértil. Ryan ha declarado a The Hollywood reporter que le hubiera gustado mover a los personajes por el planeta, pero han simplificado la acción situándola en un Nueva York previo a la Asamblea General de las Naciones Unidas. 

Así se unen resistentes iranís, la familia de un sátrapa derrocado de un país que no llega a mencionarse, agentes por libre que mercadean con información secreta y otros participantes en el juego del espionaje mundial.

Poner a prueba el sentido ético del protagonista

Una de las claves de la novela original y de la primera temporada era la fortaleza moral de Peter Sutherland, el personaje encarnado por Gabriel Basso. Durante esta entrega la trama lleva al joven agente a las zonas grises. 

Ryan trabajó con el dramaturgo David Mamet en la serie The Unit y ha incorporado para su carrera una cita que le regaló: “Un buen drama no consiste en elegir entre el bien y el mal, sino entre dos males”.

La ha tenido muy presente y ha insistido con esta máxima a sus colegas guionistas. El personaje de Peter se ve obligado a transigir en algunas decisiones y para él es una novedad casi insoportable.

La intransitable zona de los grises morales

El antecedente de Peter era la sospecha de que su padre se había convertido en un traidor y su principio rector en la vida era evitar cualquier ambigüedad moral. ¿Qué pasa cuando no puede hacerlo? Ryan tiene presente otra cita prestada, esta vez por el actor Forest Whitaker, quien le apuntó que las personas de carácter muy fuerte no se doblegan. El problema es que si sufren demasiada presión se pueden romper.

Los guionistas han querido llevar a este límite a su protagonista y que sea su compañera quien le protege emocionalmente como él la había protegido físicamente en la primera entrega. 

Especial cuidado al reflejar la riqueza de personajes iraníes

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Ryan habla de sus decisiones en plural, involucrando a su equipo. La temporada incluye a varios personajes iraníes. Consciente de su posición de hombre blanco de mediana edad veía dos caminos al respecto. Atajar y salir del paso o abrazar la situación. 

Optó por “rodearnos de personas que entiendan este mundo, esta cultura, y que nos avisen cuando nos desviemos”. Cuentan con una guionista cuya familia proviene de Irán, Anayat Fakhraie y una directora del mismo origen, Ana Lily Amirpour. Contrataron una persona para documentación y traducción y los y las intérpretes debían tener un buen nivel de farsi, aunque casi nadie en la audiencia fuera a notarlo.

Algo de este viejo espíritu de gran grupo de personas unidas en una colaboración se siente al ver la serie. Quizá no es la serie con más personalidad, pero la suma de talentos al servicio del colectivo da un elevado nivel medio. Falta por ver cuantos giros caben en la historia de este binomio improvisado de agentes sin devaluar su encanto.

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