El amigo alemán, o cómo resucitó el PSOE

Si la transición a la democracia en España es un fenómeno poliédrico, que permite múltiples enfoques y que combina necesariamente circunstancias y acontecimientos muy diversos pero encadenados entre sí, el contexto internacional de aquel momento se nos revela como un factor importante, importantísimo. En la segunda versión, revisada y muy aumentada, del libro El amigo alemán (editado por Villa de Indianos), del historiador Antonio Muñoz Sánchez, esa cuestión se extiende en una monografía documentada y extraordinariamente precisa que ilumina el papel fundamental del SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), de los sindicatos germanos y de los propios gobiernos de la República Federal, presididos por Willy Brandt primero y por Helmut Smichdt después, en la evolución política española. Así, a traves de la Fundación Ebert, el SPD movilizó influencia, dinero, consejos, apoyos decisivos y tuteló al milímetro la resurrección de un PSOE que había desparecido literalmente durante los decenios de dictadura franquista.

En el invierno de 1975, al hilo de la agonía y la muerte de Franco, el PSOE, aunque dirigido ya por su nueva joven guardia encabezada por Felipe González, apenas contaba con estructura organizativa. Pequeños grupos, algún despacho de abogados, la librería de Sevilla, círculos en Asturias y el País Vasco que se sostenían mediante el voluntarismo de unas pocas decenas de militantes y muy poco más. Cuando el primer delegado de la Fundación Ebert en nuestro país, y encargado de diseñar un plan de apoyo al PSOE, recorrió nuestro país entre noviembre y diciembre del 75 no podía creer la debilidad de dicho partido. Para entonces, los alemanes ya contaban con estudios según los cuales el socialismo democrático podía obtener en España, en unas elecciones libres, entre el veinticinco y el treinta por ciento de los votos. Y sin embargo, esa opción apenas era nada.

En frente, y ello era crucial desde el punto de vista germano, el Partido Comunista español sí que parecía disponer de una organización clandestina mucho más potente. Miles de militantes activos, decenas de miles de simpatizantes, cien liberados… los comunistas habían sido desde el principio una obsesión de los socialdemócratas alemanes. Para ellos resultaba crucial que desde el primer momento fuese un partido de su órbita el que lograra la hegemonía en la izquierda española. Mucho más tras la experiencia portuguesa, cuando la Revolución de los Claveles, en el 74, había generado una situación en la que el Partido Comunista luso casi logra hacerse con el poder en paralelo a los militares izquierdistas del Movimiento de las Fuerzas Armadas.

La nueva edición, corregida y aumentada, del libro de Antonio Muñoz Sánchez arroja luces sobre los entresijos de la transición y documenta el apoyo germano que permitió a los socialistas españoles reconstruir su partido.

No fue casualidad que la tarea de apadrinar al PSOE en trance de renacer fuese el politólogo Dieter Konecki, delegado de la Fundación Ebert en Madrid, adonde llegó después de años de trabajo en América Latina. Konecki era un socialdemócrata en la línea de Brandt, posibilista, moderado, flexible y anticomunista. Él mismo había sido detenido en la Alemania Oriental de 1961 cuando era un simple activista estudiantil, y encarcelado en Checoslovaquia durante años. Ya libre, empezó a trabajar para la gran fundación de los socialistas alemanes. Políglota, con un gran don de gentes y una extraordinaria habilidad política, el hombre del SPD en España dibujó al detalle el organigrama del PSOE, consiguió el dinero para relanzar el partido, se mantuvo justo al lado de González y el resto de dirigentes, aconsejó, organizó seminarios de formación de cuadros… Todo ello con enorme discreción, casi clandestinamente. Sin él, quizás los resultados electorales del 77, 79 y 82 no hubieran sido los mismos.

El amigo alemán cuenta todo ello, describe la transición desde el exterior y el interior. Detalla encuentros y reuniones de gran importancia. Relata los encajes de bolillos de la socialdemocracia alemana hasta decidirse por el PSOE renovado frente al PSOE histórico o el PSP de Tierno Galván. Fotografía con curiosa nitidez los pulsos entre Arias Navarro o Fraga con los altos cargos de la República Federal Alemana, cuya influencia en la economía española no podían aquellos ignorar. Su lectura es imprescindible.

La nueva versión de El amigo alemán fue presentada este martes por la tarde en el Ateneo de Madrid. A la cita solo faltó Koniecki, fallecido en 2021 en Zaragoza, donde vivía con su esposa aragonesa.

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José Luis Trasobares, periodista y escritor de larga trayectoria en ‘Heraldo de Aragón’ y ‘El Periódico de Aragón’, entre otros medios, y autor del blog ‘Estado de alarma’.

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