JORNADAS TORTURA
Jornadas contra la tortura o cómo combatir el silencio cómplice del Estado: “Nadie lo iba a contar por nosotros”
La sala del madrileño Teatro del Barrio se queda a oscuras y comienza la proyección del documental Arg(h)itzen, del director Mikelatxo Urbi, en el que diferentes voces denuncian haber sido torturadas por el Estado español. Mediante los testimonios de 30 personas, la cinta hace un recorrido por la violencia institucional que se vivió en la comarca de Sakana (Navarra) durante más de 50 años, desde 1966 hasta 2011. Una región de unos 20.000 habitantes, de los que, al menos 169, fueron objeto de torturas.
Así, el documental relata cómo el Estado español ha tratado de ocultar estas prácticas y proteger a sus verdugos durante años, ignorando así a las víctimas. A través de los testimonios, se revela la violencia y la impunidad con la que el Estado ejercía su poder. Las vidas de personas rotas, hundidas por aquellos que supuestamente estaban para ‘proteger y servir’. Pero también, cómo estas pueden ser reconstruidas.
Esta forma de violencia, cuenta el documental, se exportó de los regímenes totalitarios fascistas y nazis que colaboraron con el franquismo tras la Guerra Civil. La tortura, empleada de diferentes formas y métodos, se conformó como una forma habitual de represión ante los movimientos de activistas, sobre todo en el País Vasco.
Tanto la Policía como la Guardia Civil “actuaban de manera paralela a la ley” de forma irregular, cuentan distintos expertos en el documental. Los testimonios que se relatan son duros y crueles. Bolsas en la cabeza, testículos destrozados a patadas, ahogamientos, maltratos a familias y parejas, personas a las que dejaban horas de pie y a oscuras con un trapo en la cabeza… Esto es lo que vivieron miles de personas durante años y por lo que hoy se busca justicia. El documental finaliza con la declaración de un joven que relata que su mayor miedo es “que todo esto vuelva a suceder”.
Tras la proyección se abrió la mesa redonda moderada por el activista y Premio Nacional de Derechos Humanos, Jorge del Cura. La ponencia comenzó con el testimonio de Juan Cruz, también víctima de esta violencia, que recordó que “la tortura no es solo memoria, sino presente”. Ainara Gorostiaga, integrante de la Red de Personas Torturadas de Nafarroa, agradeció que el documental se pudiera proyectar en la capital, pese a que, subraya, “Madrid nos recuerda a la tortura”. Habló de esta red de personas torturadas y remarcó su importancia porque, dijo, “si no éramos nosotros los que lo contaban, nadie lo iba a hacer por nosotros. Había que romper con el silencio que se había creado”.
Laura Pego, doctora en Derecho e investigadora de la práctica de la tortura en la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra, repasó distintos documentos de fuentes oficiales y organismos tanto nacionales como internacionales en los que se exponen datos y testimonios que prueban la abrumadora realidad de esta violencia institucional. Por ejemplo, que el total de los casos de tortura hoy día se sitúa en 4.113. Estos corresponden a 3.415 denunciantes, muchos de ellos torturados en varias ocasiones. De ellos, el 73,4% se realizaron de 1979 hasta 2014, es decir, durante la democracia. Y lo más grave, aún a día de hoy siguen saliendo nuevos casos a la luz tras años de silencio.
Por último, el periodista Martxelo Otamendi, exdirector de los diarios Egunkaria y Berria, comenzó bromeando con las palabras de Isabel Díaz Ayuso y agradecido por invitar “a un autobús de Kale borroka aquí a Madrid”. Aludió a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado diciendo que todavía es necesario “educar a la Policía en la protección de los Derechos Humanos”, recalcando que mecanismos de violencia institucional como la tortura aún perviven. Acabó dirigiéndose a magistrados que habían asistido al acto y preguntándose por qué los jueces que miraron a otro lado no han sufrido ningún tipo de consecuencia: “¿Por qué se libra el juez de las responsabilidades judiciales de la tortura?”
En los últimos minutos, el público interactuó con los ponentes ofreciendo sus testimonios. Uno de los asistentes relató que estuvo más de dos semanas secuestrado en prisión, que le torturaron, que "jueces como Baltasar Garzón o Grande Marlaska miraron a otro lado" y que, para él, “ya no existe el perdón”.
El Comité de Verdad, objetivo último de las jornadas
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El pasado 4 de junio de 2024, se puso en manos del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, la documentación acreditativa de la tortura que en la jornada de este martes se ha expuesto con el fin de que éste lo trasladase al Parlamento. Tras varios acercamientos, Gabilondo recomendó enviar esta petición a la Fiscalía de la Memoria.
El objetivo de estas jornadas —la próxima será el martes 7 de octubre en la misma ubicación— es abrir un debate público previo a la creación de un Comité de la Verdad sobre la tortura en el Estado español. A la salida del acto, infoLibre habla con Martxelo Otamendi sobre la creación de este comité. “Es muy importante que se ponga en marcha esta comisión y es necesario también un reconocimiento por parte del Estado y del Gobierno vasco de que se ha torturado”, comenzaba afirmando Otamendi.
Sobre las trabas que se han encontrado en el camino para crear la comisión, Otamendi argumenta: “es muy grave reconocer que se ha torturado durante un período constitucional y que se ha torturado mucho y de manera estructural y directa por parte del Estado español”. Además, resalta que existía “todo un enjambre de colaboración” entre “policías, fiscales, forenses y magistrados”. Pero es optimista y comenta que “algún día el Gobierno reconocerá lo que pasó, pero se necesita voluntad política y reconocer que se hizo mal desde abajo hasta arriba”.