A la monarquía sólo le queda el bipartidismo

Los reyes, durante la segunda jornada de su viaje de Estado a China.

La monarquía cumple cincuenta años de restauración en España tras la muerte del dictador Francisco Franco. La fecha se conmemora de manera muy deslucida. Y, sobre todo, deja la imagen de que Felipe VI sólo tiene como principales columnas para sustentarse a los partidos del bipartidismo que surgió tras la Transición, pero hace aguas en el resto de formaciones.

El rey, según la Constitución, es el símbolo de la “unidad y de la permanencia” del Estado. Pero no es la fotografía que dejan este viernes el Congreso y el Palacio Real, donde se celebran dos actos con motivo de esta efeméride con la presencia de la familia real. Dan plantón a Felipe VI tanto Sumar como los partidos nacionalistas e independentistas. Y, sobre todo, hay una ausencia muy sonada para la Zarzuela: la de los parlamentarios de Vox.

El partido de ultraderecha repite boicot a Felipe VI: no participó en la recepción de la Fiesta Nacional el pasado 12 de octubre en el Palacio Real y trasladó críticas respecto al discurso que ofreció en septiembre el monarca en la Asamblea General de la ONU. Ahora ahonda en el vacío con su ausencia de un acto organizado por la Casa Real y por las Cortes para reivindicar el papel de la monarquía durante estas cinco décadas de libertad.

Vox se aleja de la institucionalidad real

La formación de ultraderecha, en plena ola de ascenso en las encuestas, ha justificado así su decisión: "Nosotros no vamos a participar de ninguna manera en el sainete que tiene preparado el Gobierno". Según señaló su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, el PSOE no puede erigirse en el creador del país: "España y los derechos sociales no nacen con el PSOE; más bien España muere cada día un poco más en manos de este Gobierno".

El partido ultra avisó en octubre de que no iría a ningún acto en el que esté el Gobierno y "en el que no puedan coger un micrófono y denunciar la acción criminal y corrupta del Ejecutivo". Para los de Abascal, Moncloa también trata de utilizar a la Corona para “blanquearse y fingir una normalidad institucional que no existe”.

La izquierda: "Un acto lamentable"

Sumar, socio minoritario del Gobierno, tampoco envía a sus diputados al acto. Como explicó Gerardo Pisarello, secretario de la Mesa del Congreso: "Seguimos sin conocer toda la verdad sobre el 23F y seguimos sin que se haya responsabilizado a Juan Carlos I de Borbón por todas las tropelías de las que se le acusa. Por lo tanto, nosotros no podemos avalar ese resultado parcial. Nos parece absolutamente lamentable que se haya hecho coincidir el 50 aniversario del fin de la muerte de Franco con este acto que no compartimos de ninguna manera".

De manera conjunta, ERC, EH Bildu y el BNG emitieron un comunicado posicionándose en contra de la ceremonia: “La monarquía española no nació de la voluntad popular ni del ejercicio libre y democrático de la ciudadanía, sino de una decisión impuesta por el dictador Francisco Franco, que designó a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a título de rey. Esta designación a dedo, sin consulta ni legitimidad democrática, marcó la recuperación de una institución anacrónica, hereditaria y vitalicia, incompatible con principios democráticos esenciales, que ha funcionado desde entonces como pilar fundamental para la continuidad de las estructuras de poder del régimen franquista y como mecanismo de preservación de la unidad del Estado frente a los derechos nacionales y sociales de nuestros pueblos”.

“Cinco décadas después, sigue siendo un estamento que no responde a los valores republicanos de libertad, igualdad y democracia que tanto los ciudadanos y ciudadanas de nuestras naciones como las mayorías sociales del Estado anhelan. Cinco décadas después, el mantenimiento de la estructura heredada del franquismo constata que no habrá verdadera democracia mientras la jefatura del Estado no sea elegida por el pueblo y se niegue el derecho a decidir de las naciones catalana, vasca y galega”, consideran estas tres formaciones.

La no ‘reconciliación’ de Juan Carlos I y Felipe VI: de las memorias explosivas al acto en el Congreso sin el emérito

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Con esta idea: “Cincuenta años después de la proclamación de Juan Carlos de Borbón como rey por las Cortes franquistas, reiteramos nuestro compromiso con la libertad de nuestras naciones, con los pueblos que conforman el Estado y con la democracia plena”.

Juan Carlos I agua la conmemoración

Esta conmemoración llega marcada por la propia ausencia de Juan Carlos I en los dos actos oficiales, aunque sí acudirá al almuerzo privado organizado por Felipe VI para la familia en el Palacio de El Pardo. Todo ello tras sus polémicas memorias, donde carga contra la reina Letizia y también arremete contra los Gobiernos de Pedro Sánchez y de José Luis Rodríguez Zapatero.

Preguntado por esta obra, el presidente del Gobierno declaró en una entrevista con el diario El País: “Todavía no he leído el libro. Pero también le diré que no va a ser uno de los que recomiende para estas Navidades, visto lo visto. La actual jefatura del Estado hace una labor encomiable. Responderé algunas de las cosas que, en fin, me han dejado sorprendido, sobre quién trajo o no trajo la democracia. La democracia no cayó del cielo; fue fruto de la lucha de los españoles y españolas, de la gente de a pie, de los peatones de la historia, que decía Vázquez Montalbán”.

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