Operación 'salvar a la soldado Ayuso' (y a un "ciudadano particular") o el día que MÁR logró la cuadratura del círculo
Un caso que comenzó con la comisión de dos presuntos delitos, uno de fraude fiscal y otro de falsedad documental, por Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, ha derivado en una condena de la mayoría conservadora del Tribunal Supremo contra Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, por "revelación de datos reservados". Un fallo que se anunció este jueves, solo una semana después de que el juicio terminara, pero cuya sentencia todavía no está escrita. A falta de conocer los argumentos de los cinco magistrados conservadores que han considerado culpable a García Ortiz de esa "revelación" —sin investigar ninguna otra posible fuente—, y pese a que el magistrado de la Sala de Apelación, también conservador, advirtió de que no existía un solo indicio que apuntara al fiscal general, al igual que las dos magistradas progresistas, se ha acabando imponiendo el relato de González Amador.
Ayuso ha ganado la partida, aunque ella lo niegue. "Se ha pretendido vender que lo que aquí sucede es un choque de trenes, de iguales, donde debe haber ganadores y perdedores de relatos (...). Aquí no gana nadie, todos perdemos. Porque todo se rompe", dijo este viernes en una declaración institucional desde la Puerta del Sol. A tenor del fallo, los testimonios de periodistas que negaron que el fiscal general hubiera sido su fuente y desmontaron el informe de la Guardia Civil han dado igual. También el hecho de que el correo electrónico pasara por múltiples manos. Sin embargo, la que ha quedado sin castigo es la mentira de Miguel Ángel Rodríguez (MÁR), el jefe de gabinete de Ayuso, que difundió que la Fiscalía había ofrecido un acuerdo de conformidad a González Amador —cuando era al revés— y que este fue retirado por "órdenes de arriba", lo que dio lugar al desmentido oficial de la Fiscalía que ha acabado con su máximo responsable condenado.
Convertido en el gran estratega de Ayuso, MÁR es el responsable de la hoja de ruta trazada para intentar tapar las mentiras de la presidenta madrileña sobre los negocios y los delitos de su novio. En su declaración como testigo ante el Supremo volvió a difundir la teoría de la conspiración que, según él, se activó desde que se conoció que la pareja de la presidenta madrileña había sido denunciado por dos delitos fiscales el 12 de marzo de 2024. Rodríguez aseguró que instituciones como el Gobierno, Hacienda y Fiscalía formaron una suerte de conspiración contra su jefa con el objetivo de acabar políticamente con ella.
La operación política montada por el principal asesor de Ayuso ha culminado con un éxito incluso mayor del que pensaban sus promotores. Aunque Rodríguez parecía tener claro desde el principio que el fiscal general iba a ir "pa'lante", tal y como avanzó hace meses. Es el lema popularizado por la mano derecha de la presidenta madrileña y que ha utilizado de manera reiterada cada vez que las decisiones judiciales, informes y resoluciones estrechaban el cerco sobre García Ortiz. Después de que la UCO apreciara una "participación preeminente del fiscal general del Estado" en la filtración, MÁR escribió tres publicaciones en X con apenas minutos de diferencia congratulándose de ello e incluso llegó a afirmar que el fiscal general acabaría en la cárcel.
Ayuso se presenta como una víctima de Sánchez y vuelve a recurrir a las mismas mentiras
La de presentarse como una víctima ha sido la estrategia de Ayuso desde que se conoció el fraude de 350.000 euros reconocido por el propio abogado de su pareja. Después de que se publicara la noticia, la presidenta madrileña afirmó que su pareja sufría “una inspección salvaje y sacada de quicio” y negó los delitos, afirmando que era Hacienda la que le debía dinero a él. Un mensaje que volvió a repetir este viernes al presentarse como la damnificada de una "campaña orquestada por Moncloa" con el objetivo de acabar con ella "por vías ilegítimas" a través de su pareja. Ayuso volvió a repetir que su pareja es un "ciudadano particular" que "nada tiene que ver con la Comunidad de Madrid salvo el ánimo de acabar por vías ilegítimas con quien la preside". Pero lo cierto es que la presidenta madrileña y González Amador viven en un piso que él compró en 2022 tras el fraude fiscal. Y que González Amador figura en la agenda de MÁR como "Alberto Quirón" por sus negocios con la principal contratista sanitaria de la Comunidad que gobierna su pareja.
En la visión alternativa de la realidad que describió, no era su pareja quien había defraudado más de 300.000 euros a la Agencia Tributaria, sino que a González Amador –que había confesado ante la Inspección el fraude, había intentado subsanarlo ingresando el dinero y había reconocido que las facturas que presentó durante ese proceso eran falsas–, sus declaraciones tributarias le salían "a devolver". Mentiras difundidas y amplificadas también a través del ecosistema mediático de la derecha, al que la Comunidad de Madrid riega desde hace años con subvenciones y ayudas discrecionales.
La presidenta de la Comunidad de Madrid también dijo que el 20-N de 2025 "pasará a ser un día histórico para la democracia" porque "un ciudadano particular" obtuvo la "protección y la tutela" del Tribunal Supremo y anticipó movimientos por parte del presidente del Gobierno. "No sabemos qué escenario está preparando ahora Pedro Sánchez pero nos tememos algo desquiciado, es su modus operandi", señaló. Y añadió: "Es experto en apagar incendios con más gasolina. Para tenernos despistados, entretenidos", dijo. Una estrategia en la que ella, precisamente, es experta, como demuestra este caso.
Las otras 'víctimas' de Ayuso: de Casado a Iglesias pasando por Ignacio Aguado
La condena al fiscal general demuestra, a ojos de la izquierda, que la presidenta madrileña es "intocable". Y lo cierto es que la hemeroteca confirma que los pulsos que ha librado Ayuso en su carrera política se han saldado con derrotas de sus rivales, incluso dentro de su propio partido. Es lo que sucedió en febrero de 2022, cuando otro bulo puesto en circulación por MÁR acabó con la carrera política del entonces líder del PP, Pablo Casado, que fue quien había elegido a Ayuso para el cargo solo tres años antes. El asesor de Ayuso sabía que Génova disponía de informaciones comprometedoras sobre el hermano de la presidenta madrileña, por lo que Rodríguez filtró a algunos medios que Casado estaba liderando un supuesto espionaje a la baronesa del PP en Madrid.
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Casado intentó resistir los primeros días y afirmó en los micrófonos de la Cope: “La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas". Esa declaración provocó su defenestración por parte de los barones del PP, que comandados por Alberto Núñez Feijóo, retiraron su apoyo al entonces presidente. El líder del PP tuvo que dar un paso al lado mientras que Ayuso permaneció en su puesto y consiguió también hacerse con las riendas del PP madrileño, que entonces Casado le negaba.
La baronesa del PP es también responsable de la caída no solo de su exvicepresidente, Ignacio Aguado, sino del inicio del fin de Ciudadanos después de decidir disolver el Gobierno en 2021 con el argumento de que Cs y el PSOE preparaban una moción de censura para desalojarla del poder. La presidenta madrileña nunca le perdonó a Aguado que apoyara una comisión de investigación que afectaba a la familia de Ayuso en el caso Avalmadrid, destapado por infoLibre, y tampoco que se quejara públicamente del nombramiento de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete de Ayuso, que volvió a la primera línea política en enero de 2020.
Ayuso también venció en las urnas a Pablo Iglesias, que dimitió como vicepresidente de España para intentar derrotar a la presidenta."Hemos fracasado. La participación masiva, lejos de conseguir lo que buscábamos, ha consolidado a la derecha trumpista y a la ultraderecha. Hemos constatado un incremento de la agresividad sin precedentes, una normalización de discursos fascistas en los medios de comunicación, amenazas de muerte, deshumanización... Tengo la conciencia absoluta de haberme convertido en un chivo expiatorio que moviliza los afectos más oscuros y más contrarios a la democracia", dijo en su discurso de despedida la noche electoral. La dirigente del PP también ha salido indemne de la investigación abierta por las muertes en las residencias durante la pandemia.