¿Han condenado a García Ortiz pensando en un Felipe VI ofendido?

Domingo Sanz

Somos parte de la sociedad y, por lo tanto, interpretamos las decisiones de otras personas y ellas interpretan las nuestras.

Debemos reconocerlo: algunas veces decidimos por un único motivo, pero otras veces son varias nuestras intenciones, y no todas confesables.

Reconozcamos más: cuanto menos entendemos las decisiones que toman otras personas, más pensamos en intenciones ocultas.

Y a las personas que nos observan les pasa igual respecto de las nuestras.

Ahora volvamos al título: entre la noticia de la condena y la publicación de la sentencia, además de las justas protestas, las páginas de los medios se están llenando de especulaciones y sospechas.

No siendo jurista sería atrevido que opinara aquí sobre defectos de forma o de fondo. Pero sí me queda un poco de memoria y eso ayuda a pensar en las intenciones que puede haber detrás de una decisión que muchos juristas, tan juristas como los siete menos dos del Supremo, han anunciado que no podrán entender con la ley en las manos. Por lo tanto, recordemos.

El pasado 8 de septiembre el digital “The Objective”, donde colaboran Felipe González y otros ex de los que no descansan contra Sánchez, fue uno más de los muchos medios que publicaron una noticia que quien debería desmentirla aún no la ha desmentido.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, desveló este lunes que habló con la Casa Real para comunicarle su ausencia en la Apertura del Año Judicial y que el rey Felipe VI, «en su papel de moderación», le trasladó que «entendía» su decisión y «tomaba nota».”

El motivo de la ausencia de Feijóo a ese acto anual no era otro que la presencia del hoy condenado Álvaro García Ortiz, toda vez que ninguna ley ordena que el FGE, por estar imputado, no pueda acudir.

Pero quienes sí tuvieron que soportar la humillación de ver a Felipe VI sentado junto a quien ellos mismos juzgarían pocas semanas después fueron el juez Marchena y el resto de los que han condenado al FGE.

Me he puesto a escribir esto porque he leído y escuchado miles de palabras sobre la condena de García Ortiz, pero nadie ha mencionado a Felipe VI, alguien de quien conocemos sus deseos a través de “voceros”.

En septiembre de 2025 fue Feijóo y en septiembre de 2020 Carlos Lesmes, entonces presidente del CGPJ, a quien Felipe VI le dejó decir de él que “le habría gustado mucho estar en Barcelona”. Hubiera sido un viaje de vencedor total para quien había salido por la tele el 3 de octubre de solo tres años antes.

Hablando de Felipe VI, al menos este rey solo autoriza, y ya es grave, a políticos o jueces para que hablen en su nombre, pues no debemos olvidar que en el Reino de España las frustraciones de un monarca siempre se tornan amenazas. Por ejemplo, sobre el emérito tan escritor ahora, aunque no se haya derogado la franquista Ley de Secretos Oficiales, todo el mundo sabe que no paró de intrigar con el general Armada, y quizás con otros parecidos, hasta que consiguió que Adolfo Suárez dimitiera, que lo del 23F pasó porque tanto complot se les terminó yendo de las manos.

Hablando de Felipe VI, al menos este rey solo autoriza, y ya es grave, a políticos o jueces para que hablen en su nombre, pues no debemos olvidar que en el Reino del España las frustraciones de un monarca siempre se tornan amenazas

Escucho a muchos expertos, y no tanto, buscando intenciones a la condena. Por ejemplo, y quizás con razón, la de la coincidencia de su noticia con la fecha del 20 de noviembre del primer medio siglo. O lo de si beneficia, o no, a Ayuso y su novio. Pero nadie recuerda que había pendiente un desagravio al mayor nivel desde hacía dos meses y medio.

Señor Felipe VI y también peligroso Mando Supremo de las Fuerzas Armadas, o MASUFA para abreviar y como si no tuviéramos un Ministerio de Defensa con el aval de la voluntad popular que elige al Congreso del que saldrá cada presidente del Gobierno, déjeme decirle que desde que el 9 de mayo de 2022 Carmen Calvo nos contó que usted no quiso renunciar al mismo privilegio de impunidad que tanto disfrutó su padre mientras reinaba, me importan un bledo las palabras de sus discursos porque cada día que pasa en el Palacio de la Zarzuela corrompe un poco más la democracia.

Esa “vocera” que hoy preside el Consejo de Estado disfrutaba de libertad de expresión en aquel momento mágico y le salió contraria y más que usted, pues ni pudo impedir sus declaraciones a El País ni las hizo corregir, por mucho que le dolieran. Aunque, visto de otro modo, quizás le gustó parecer autoritario.

No fue poca cosa aquella verdad en medio de tanta mentira, pero, ¿renunciará usted algún día a un privilegio tan indefendible?

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Domingo Sanz es socio de infoLibre.

Domingo Sanz

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