Mantener la esperanza y la compostura

Cuando veo, cada vez mas frecuentemente, la forma de actuar de los contertulios en televisión, de La 1 a La Sexta, contagiados del ambiente que vivimos en estos momentos, me viene a la mente Cicerón, en especial sus propuestas sobre la oratoria.

Él consideraba la necesidad de hablar con claridad, de manera sencilla, en especial cuando otros también quieren hablar, no interrumpir lo que el otro está diciendo, sin gestos de desprecio, ni muecas irónicas de autosuficiencia. Hablar seriamente sobre cosas serias y con mucho tacto al hablar de cosas ligeras, no criticando a nadie a su espalda ni gesticular con desprecio. Hablar de cosas del interés general sin perder nunca la compostura.

También me viene a la memoria lo que contaba una periodista sobre un viejo judío que durante un muy largo tiempo iba a orar dos veces al dia ante el Muro de las lamentaciones. La periodista se desplazó hasta allí para confirmar la información que había recibido y encontró al viejo andando despacio hacia el lugar santo. Lo vio orar durante 45 minutos, cuando el viejo hombre, apoyándose en su muleta, se dio la vuelta para irse, la periodista se le acercó.

-"¿Perdóneme señor, desde cuando viene usted al Muro de las lamentaciones para orar?", preguntó. Él le respondió que desde hacía más o menos 60 años.

-"Es fantástico", dijo ella, "¿y sobre qué oráis?".

- "Solicito paz entre los cristianos, judíos y musulmanes; solicito que todas las guerras y todo el odio desaparezca; solicito que muchos niños puedan crecer con seguridad y que lleguen a ser adultos responsables y amen a su prójimo; suplico a nuestros políticos que digan la verdad y pongan los intereses del pueblo por encima de sus propios intereses".

- "Y cómo se siente", preguntó la periodista, "después de 60 años de pedir todo esto".

Entonces, el viejo respondió: "Pues me siento como si hablara a un muro, a una pared". Y lo hizo sin perder la compostura ni tampoco la esperanza. ____________

Arturo Lizón Giner es socio de infoLibre