LIBREPENSADORES
Sánchez, en el Imaginarium de Mohammed VI
Somos muchos los que les hemos comprado a nuestros hijos juguetes y juegos, originales o diferentes, nunca pedidos por ellos, al no aparecer en la propaganda televisiva, en la cadena citada en el título. A esta, lo único que le reprochaba era la sodomización del griego que hizo, y que se encarnó en el engendro, porque “palabro” es demasiado indulgente, de “juególoga”. Es verdad que tal aberración no preocupó nada más que a los lingüistas, quedando al margen los obstetras. Muy singular de las tiendas era la doble puerta, una grande, común en cualquier local, y otra pequeña, que hacía sonreír a los pequeños al cruzarla y distinguirse así de los mayores. Si volviese ahora con mi hijo, debería ser yo el que entrase por la pequeña conforme a lo buen mozo que es.
Viene este cuento a cuento de la carta de Pedro Sánchez al monarca alauita, que nadie ha leído pero de la que todos hemos oído. Por sorpresa, sin anestesia, sin habernos fumado nada de lo que del Magreb cruza el Estrecho con demasiada anchura, solo esnifado el polvo del Sáhara durante unos días, nos hemos enterado de que el presidente ha aceptado la propuesta marroquí sobre el Sáhara Occidental o, mejor, sobre el territorio de la República Árabe Saharaui Democrática, saltándose lo establecido por la resolución de la ONU que pide un referéndum de autodeterminación en dicha región. Todo parece un amaño que cree arreglar problemas antiguos a cambio de concesiones inaceptables por lo que se sabe, e inimaginables por lo que falta por conocer.
En su Imaginarium, Mohamed VI abrió, de par en par, la puerta pequeña para que se colasen en España unos 1500 menores, y solo faltó que sonasen los tambores de Ketama. Esa acción, aunque lo niega, vino como consecuencia de que, por humanidad, se hospitalizó en mayo, al estar gravemente enfermo por covid, al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali. Dicho sea de paso, el cerebro reptiliano de Abascal dio muestras de lo que ocultan sus otros dos cuando se refirió a esa entrada irregular. El golpe, no solamente para España sino para toda Europa, fue impactante y le ha servido como chantaje permanente por la amenaza que supone. No olvidemos que fueron varios miles de personas, la mayoría adultos, los que con poca dificultad accedieron a la que sueñan tierra de promisión; incluso se ha publicado que algunos desconocían que no había vuelta atrás. Se especula que está entre las promesas eternas por el apoyo a la propuesta de autonomía que hace Marruecos la del propósito de enmienda, asegurando no volver a empujar a tamaña harca.
Además, por si fuesen pocos los magrebíes en la miseria con aspiraciones justas de una vida mejor, son también muchos más los miles de los llamados subsaharianos que tienen a toda esa región como barrera o como tierra de nadie para alcanzar Europa. También, volviendo a la amenaza, como campamento base para catapultar, por la puerta pequeña, a media África. Las inhumanas concertinas desaparecieron, pero el desconcierto se crea a voluntad y ante un: “¡vaya!, una valla”, puede aparecer arrimada por uno de Arimatea o de otra latitud, una escalera.
De manera que Pedro Sánchez, paradójicamente actuando con su sanedrín, se salta, de menor a mayor, al Gobierno de España, a su partido, al Parlamento, a nuestro Estado y a la ONU, apoyando esa autonomía que favorece a Marruecos, que nada hace pensar que pase de “autonosuya”, que se carga a un Estado reconocido por 54, según la UE, y si bien España no, hay varios partidos que lo piden. Y se “baja al moro a pillar” lo antedicho, y participa en el acto de apertura de la puerta grande del Imaginarium de Marruecos, por la que pretende fagocitar a todo un pueblo, por la que pasa toda esta afrenta que tendrá que explicar, lo cual es por donde debería haber empezado. Con cierta maldad pienso que la nomenklatura de UP en algo debe de convenir con Sánchez porque si no tendrá que explicar con razones sólidas por qué no ha abandonado ipso facto la coalición gubernamental.
Es bien sabido que desde que España se vio obligada a abandonar ese territorio, una provincia como reminiscencia colonial, Marruecos lo invadió y lo reclama, pero no es el único, y los saharauis aspiran a la independencia. Marruecos lleva siendo un país 66 años, y en noviembre de 1975, pocos días antes de la marcha definitiva de Franco, comenzó la Marcha Verde hacia la entonces provincia española por miles de marroquíes, con monos y abejas. Según se publicó, los simios servirían para sufrir las consecuencias de las posibles minas que pudiera haber para defender la de Fos BuCraa y el resto, pero de las abejas sigo pensando que fuese un gazapo por los ovinos.
Ya en 1960 la ONU incluyó al Sahara entre los territorios no autónomos, encontrándose en el Comité Especial de Descolonización. Desde 1991 se está renovando la Misión de la ONU para el referéndum de autodeterminación, dado que, por su pasado, la región sí tiene ese derecho que otras se atribuyen fantásticamente.
La izquierda, pero no solo, apoya sin fisuras el referéndum de autodeterminación. Es cierto que cada día que pasa la dificultad para hacerlo es mayor por muchas razones, pero una de las más perversas es la manipulación del censo electoral que se lleva a cabo, lo que hace que la ONU hable del de 1975, bastante irrealizable a estas alturas. De ahí la necesidad de exponer bien todas las alternativas para que sus pros y contras se destaquen, y puedan decidir quienes tienen ese derecho, con la asistencia y ayuda del resto.
Estaremos a la espera de las explicaciones demandadas al presidente en las que queremos oír, principalmente, las ventajas que ve que para el pueblo saharaui representa esa autonomía y la garantía de esta. Argelia no debe ser excluida, como dice que lo ha sido. Son muchos los saharauis que viven acogidos en los campamentos del Tinduf y ha demostrado en toda la historia una enorme preocupación. Además de la opinión de Francia y EE UU, favorables a la propuesta marroquí y quizá detrás presionando a Sánchez, sobre todo la europea, es muy urgente escuchar si la ONU sigue apoyando lo mismo, aunque sea simbólico.
Jesús Frades es socio de infoLibre