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La zancadilla del PP a los pequeños transportistas

Carlos López Jato

Soy el representante de Upatrans Bierzo-León, una asociación de pequeños transportistas.

El Gobierno ha modificado la ley del IRPF y del I.V.A, que afecta a miles de ciudadanos y trabajadores autónomos. Hemos intentado que rectifiquen, a través de enmiendas en el Senado a la reciente Reforma Fiscal aprobada por el Partido Popular, solicitando al Ministerio de Hacienda que permita mantener en el régimen de tributación de “módulos” a los transportistas autónomos con uno o dos camiones dedicados al transporte pesado.

Se trata de un sector de más de 34.000 empresas que tributan por dicho sistema, lo que significa aproximadamente el 50% de las empresas que operan en el sector.

Tanto UPATRANS como los representantes de FETRANSA, FENARPOT, UNIATRAMC y A.T.A. hemos pedido una entrevista con el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que no se ha dignado recibirnos.  Los transportistas, nos hemos reunido con los senadores de distintos partidos, de Castilla y León, País Vasco, Valencia y Cataluña. Les hemos informado de algunos de los efectos negativos de esta reforma. En general la acogida que tuvieron nuestras propuestas fue buena en todos los partidos, incluido el Partido Popular, no obstante ésta acogida se ha traducido de manera diferente a la hora de la presentación de enmiendas, de tal manera que casi toda la oposición, PSOE, IU, Entesa y CIU sí presentan alguna enmienda relacionada con el tema planteado sin embargo el P.P. al final no se ha hecho eco de nuestras inquietudes.

La reforma dificulta y encarece la gestión de tributación para el pequeño autónomo, elimina el conocimiento previo del coste fiscal anual para el transportista independientemente de cual sea la situación del sector y fulmina la equiparación que existe en la actualidad de equilibrio competencial entre las pequeñas empresas. Además, estimula el fraude fiscal al incentivar la no emisión de facturas, ocasionando una disminución en la recaudación, facilita la entrada de transportistas de otros países en el mercado nacional, internacional y el cabotaje al contar estos con menor presión fiscal y reducidos costes laborales y fortalece a los grandes consorcios nacionales que finalmente son los verdaderos beneficiarios de esta reforma, al perder el pequeño transportista las pocas ventajas que hasta ahora les permitía optar en condiciones de “dignidad” al mercado del transporte.

Este ataque a los pequeños transportistas repercutirá negativamente en el empleo por la inviabilidad de muchas de estas pequeñas empresas, hundiendo más si cabe la economía de decenas de miles de familias de transportistas que atraviesan una situación ya de por sí precaria, en un mercado controlado por los poderosos consorcios”.

En síntesis, creemos que la consecuencia inmediata de la reforma fiscal va a ser una elevación de los precios del transporte o un desvío de los tráficos hacia empresas foráneas. De ser cierto lo segundo, alrededor de 1.3000 o 14.000 empresas de transporte van a tener que cerrar y otras muchas lo van a pasar muy mal. Esto en la práctica supondrá menos recaudación por IRPF, IVA e impuesto de hidrocarburos y por supuesto aumento del desempleo. Las pérdidas para la hacienda pública serán entre 40.000 a 50.000 euros por camión y año.

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El ministro de Hacienda da la espalda a miles de pequeñas empresas del sector del transporte pesado en beneficio de los lobbies del sector al mismo tiempo que habla de la importancia de los autónomos y las pymes en este país. La importancia de este tipo de empresas en el sector del transporte es muy alta, por su volumen de negocio y por el elevado empleo que mantiene. Si la finalidad de una reforma fiscal es mantener el empleo, aumentar la recaudación fiscal y no penalizar en exceso la competitividad, para el sector de los autónomos (ahora emprendedores) no se va a cumplir. Al final la recaudación y el empleo aumentarán, pero no en España. Los flotistas, pueden haber pensado que el mercado que nosotros dejemos lo pueden ocupar éstos últimos. A día de hoy, soportan unos costes superiores a los de los autónomos y a pesar de haber degradado las condiciones económicas de sus conductores no dan competido con otras empresas de la UE, optando, en muchos casos, por su deslocalización, por lo tanto nada hay que pueda hacer pensar que ésto va a cambiar.

Cada vez que el Gobierno cita a los "emprendedores" desde el sector nos ponemos a temblar, no deja de ser una ironía que al grito de propiciar éste tipo de empresas en la práctica se adopten las medidas contrarias.

Carlos López Jato es socio de infoLibre

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