‘Dos tumbas’, una abuela indomable en busca de venganza

Imagen de la serie 'Dos Tumbas' en Netflix.

Entre los numerosos estrenos de septiembre se encuentra una breve miniserie de tres episodios, Dos tumbas, en Netflix. Un metraje de la duración de una película para conocer el último trabajo del colectivo de escritores conocido como Carmen Mola. Este título ahora es el tercero de habla no inglesa más visto en la plataforma en todo el mundo. 

El plato fuerte de la serie reside en su protagonista, Isabel, interpretada por Kiti Mánver. La actriz está impecable en su papel de investigadora de un crimen sin resolver que afecta a su familia.

Una abuela vengadora

Su nieta y una amiga desaparecieron hace dos años. El cadáver de la segunda apareció en el mar y el de su nieta no ha sido encontrado. Esta abuela tozuda no da el asunto por zanjado y sus averiguaciones la llevan a una espiral de acontecimientos inesperados.

Mánver demuestra el punto principal que la serie trataba de probar. Una protagonista de cierta edad, en el caso de la actriz, 72 años, puede tener y tiene el carisma y atractivo para liderar una historia. 

Jugar con los prejuicios de la audiencia

Según ha contado el guionista Agustín Martínez a Fórmula TV, la idea de Dos tumbas parte de los productores Toni Carrizosa y Verónica Vila San Juan de contar la historia de una abuela que va en busca de venganza. El autor explica que la serie “se sirve del prejuicio”, de lo que se espera de una mujer de su edad.

El encargo se hizo al equipo que publica con el seudónimo Carmen Mola. Jorge Díaz, Antonio Mercero y el mencionado Agustín Martínez. Desarrollaron juntos el guion y Martínez quedó a cargo de hacer los cambios y puntualizaciones necesarias durante el rodaje. 

El grupo ha tenido un gran éxito con sus novelas negras desde su debut con La novia gitana. Ganar el premio Planeta con La bestia les obligó a salir del anonimato, aunque han continuado utilizando el nombre de Carmen Mola desde entonces. 

Un guion al estilo de Carmen Mola

Los tres escritores se conocieron en sus empleos previos, como guionistas de televisión. Y en este proyecto combinan ese oficio con el género negro al que ahora se dedican. El libreto de Dos tumbas recuerda a sus novelas, en las que se suceden vertiginosos giros y sorpresas y en los que hay hueco para la creatividad truculenta. 

Ambos rasgos se mantienen aquí. Respecto al ritmo, la serie no decae un segundo. Su armazón está bien estructurado, repleto de novedades y se ve del tirón. El carisma del reparto también trabaja a favor, con unos estupendos Álvaro Morte y Carlos Scholz o un potente Hovik Keuchkerian.

Polémica por la velocidad de la historia

Esta velocidad está buscada por el guion, sobre el que Agustín Martínez dice que no le sobra ni un minuto. Sin embargo, en entrevista también a Fórmula TV, dos de los intérpretes discrepan. 

Álvaro Morte y Hovik Keuchkerian coinciden en criticar a su propia serie su escasa duración. “Se echa en falta un poquito más para entender el recorrido de los personajes” empieza Morte. “Según he conocido a los guionistas” añade Keuchkerian “les he dicho: “yo para llorar por alguien, me vas a perdonar, tengo ese fallo, para llorar por alguien le tengo que conocer un poco””.

Actores contra guionistas

“Creo que se va a entender perfectamente pero que se podía haber disfrutado un poquito más el habernos metido en algunos recorridos”, remata Morte ante el asentimiento de Keuchkerian. Entre ellos, Kiti Mánver trata de defender el guion sin desautorizar a sus compañeros. 

‘The studio’, la comedia que ha arrasado en los Emmy

‘The studio’, la comedia que ha arrasado en los Emmy

Parece que Keuchkerian no ha tenido suficiente con su polémica del año pasado, cuando afirmó prescindir de las acotaciones que hacen los guionistas para los intérpretes. Entonces, autores como Álex de la Iglesia o Javier Olivares se mostraron en contra de sus declaraciones. 

Lo mejor está al final

El actor estaba propuesto para el personaje de Morte. Iba a ser un mafioso, en su caso, sueco, pero ni le atrajo el papel ni le coincidía por fechas, según cuenta a El País. Propuso en su lugar interpretar al padre de la víctima y afirma haber reescrito todas las secuencias en las que aparece.

Como espectadora, la velocidad de la serie cumple su cometido funcional. No se puede dejar de ver gracias a esos giros constantes. Se sacrifica para ello algo de profundidad en las motivaciones o en los ambientes. Pero el guion tiene la gran virtud de un último instante que mejora el conjunto, le da una coherencia y lo eleva a la categoría de cuento moral.

Más sobre este tema
stats