CINE
La cancelación de Karla Sofía Gascón en tres actos: un papel notable, transfobia y unos 'tuits' lamentables

Karla Sofía Gascón hizo historia hace apenas una semana, el pasado 23 de enero, al convertirse en la primera actriz trans en ser nominada al Oscar. Culminaba así una carrera de éxito planetario como protagonista de Emilia Pérez, la película de la temporada, obra maestra para algunos, incomprensible para otros, definitivamente inclasificable en cualquier caso para todos.
La concatenación de reconocimientos para el doble papel de la actriz madrileña en la cinta del francés Jacques Audiard empezó en Cannes y ha pasado por los Globos de Oro o los Premios del Cine Europeo. El runrún del Oscar venía sonando durante todo 2024 y ahora, justo ahora que se confirma, es cuando el giro de guion inesperado hace acto de presencia en forma de polémica internacional por una serie de antiguas publicaciones en su cuenta de X de contenido racista y políticamente muy incorrectos.
“Realmente creo que a muy pocos les importó nunca George Floyd, un drogata estafador, pero su muerte ha servido para volver a poner de manifiesto que hay quienes todavía consideran a los negros monos sin derechos y quiénes consideran que la policía es asesina. Todos errados”, publicaba la actriz en una de sus controvertidas reflexiones compartidas en redes sociales.
Otras publicaciones iban dirigidas a la comunidad musulmana, donde se refería a ellos como "moros". “Cuántas veces más la historia tendrá que expulsar a los moros de España... todavía no nos hemos dado cuenta de lo que significa esta amenaza de civilizaciones que constantemente ataca a la libertad y coherencia del individuo. No se trata de racismo, se trata del islam”, decía o “el mayor atraso de derechos está en el islamismo”, escribía en otro mensaje que ahora la ha colocado en el epicentro del huracán apenas a un mes de la entrega de los Oscar.
Incluso lanzó Gascón en 2021 unos mensajes atentando contra la diversidad que había en la gala de los Óscar de ese año. “Cada vez más los Oscar se parecen a una entrega de cine independiente y reivindicativo, no sabía si estaba viendo un festival afrokoreano, una manifestación Black Lives Matter o el 8M. Aparte una gala fea fea. Les faltó darle un premio al corto de mi primo, que es cojo”, decía.
Y es que durante los últimos meses, Karla Sofía Gascón se había convertido en un personaje muy importante dentro de la comunidad LGTBIQ+ por su presencia en los escenarios cinematográficos más importantes, algo que evidencia la "falta de referentes de personas trans en el mundo mainstream", tal y como plantea Carlos Barea, escritor, activista y Máster en Estudios LGTBIQ+ de la Universidad Complutense.
"Incluso hay dentro de todo esto un pequeño gran componente tránsfobo, porque es verdad que de pronto estábamos pensando que simplemente por ser una persona trans tenía que ser un personaje sin mácula y perfecto. Existe eso un poco inconsciente de decir 'claro, como es un personaje trans tiene que ser perfecto', señala a infoLibre, para luego recordar que "si buscáramos en el pasado de todos los personajes públicos, habría muy poquitos que se salvarían". "Si analizáramos la obra o el trabajo de muchísimos artistas, no hay muchos que pasaran los filtros. Sin ir más lejos, yo acabo de coordinar un libro sobre Eloy de la Iglesia, un personaje con muchas sobras e hijo de aquel contexto de los años de la Transición".
El mundo del cine tiene muchos ejemplos de artistas en absoluto perfectos. Quizás el paradigmático sea el de Roman Polanski, involucrado en 1977, a los 43, en un escándalo por abusos sexuales a una menor de 13 años, por lo que terminó huyendo de la justicia estadounidense para fijar su residencia en Francia. No fue la única Samantha Geimer, pues otras mujeres han ido denunciando al cineasta, laureado y premiado por muchos de sus trabajos, a lo largo de los años.
El eterno debate sobre si hay que separar al artista de la obra va y viene tanto que, de facto, está siempre presente. Otro gran director de cine, Woody Allen, pasará sin duda a la historia por multitud de estupendas obras, pero también por haberse casado con Soon-Yi Previn, hija adoptiva de su entonces pareja, Mia Farrow. A esto hay que añadir las acusaciones de abusos sexuales a la hija adoptiva de ambos, Allen y Farrow, cuando tenía tan solo siete años.
Pablo Picasso, Bill Cosby, Virginia Woolf, Phil Spector, Sid Vicious, Johnny Depp, J.K. Rowling, Willa Cather, Michael Jackson, William Burroughs, Gabriel Matzneff, Kevin Spacey y tantos otros. Innumerables son los casos, cada cual con sus circunstancias particulares, al que ahora se suma Karla Sofía Gascón. "Se me ha juzgado, condenado, sacrificado y apedreado sin un juicio y sin derecho a defenderme", ha dicho la intérprete en unas declaraciones a la cadena CNN en español recogida por EFE en las que añade que no piensa renunciar a su nominación a los Oscar como mejor actriz por una película en la que se ha dejado tres o cuatro años de su vida "trabajando como loca".
Con este caso queda claro puedes pertenecer a una minoría oprimida y al mismo tiempo machacar tú a otras minorías
"Con lo que quizás nos tendríamos que quedar de todo esto, que es muy hijo de nuestro tiempo en eso de alzar a los altares y de pronto defenestrarlo porque, oh, nos damos cuenta de que hay gente que tiene pasado y no es tan brillante porque nadie es perfecto, es que en muchos casos ser una persona oprimida no evita que podamos llegar a oprimir a otros. Con Karla queda absolutamente patente que formando parte de un colectivo oprimido también puedes generar opresiones hacia muchas otras direcciones", reflexiona Barea.
En la misma dirección señala la periodista y escritora Lucía Mbomío, para quien lo que ha sucedido con la actriz española es un ejemplo "buenísimo" para hablar de "interseccionalidad y cómo puedes pertenecer a una minoría oprimida, que además recibe muchísimos insultos, que se niega tu existencia y se te veja, y al mismo tiempo machacar tú a otras minorías". "Y hablo en plural porque ha sido hacia personas negras por el Black Lives Matter, pero también hacia la comunidad musulmana", apostilla a infoLibre.
Sus tuits criticables, que ella misma debe explicar, no tienen relación alguna con su extraordinaria interpretación en 'Emilia Pérez'
Además, a su juicio, esto habla también de "cómo pertenecer a una minoría no te libra de ser racista, islamófoba, tránsfoba, machista, etcétera". "De cómo al final, precisamente porque se trata de una construcción estructural y porque existen diferentes tipos de ismos, que pueden se individuales, culturales, estructurales o institucionales, crecemos en ese tipo de sistemas que nos esculpen", añade, para todavía agregar: "Que no solo lo pienses sino que además lo manifiestes en redes sociales es lo que me parece aún más fuerte, y además en pleno Black Lives Matter con la muerte de George Floyd. Esto habla de que no es algo que solo piensas, sino que decides exteriorizarlo porque estás orgullosa de eso que piensas y no sientes que lo tienes que ocultar".
En este caso, para Barea, habría que tener en cuenta la "gran exposición" que ha tenido Karla y la presión a la que ha sido sometida, porque "ya venía sufriendo vejaciones, insultos, siendo acosada por redes sociales". Por eso, independientemente de lo que se ha revelado ahora, remarca la importancia de poner el foco en "hasta qué punto las personas trans, todavía incluso teniendo una carrera conocida como impecable, siguen siendo sometidas y vejadas". "Lo importante de Karla es que se ha disculpado. A medio gas, sin dar un mea culpa absoluta, pero se ha disculpado y todo el mundo tiene derecho a evolucionar y cambiar su opinión", indica Barea.
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No podemos saber tampoco si de veras ha cambiado de opinión pero, al menos, destaca Barea, ella ha tenido esa "voluntad de encontrar un lugar de entendimiento y de emitir unas disculpas abiertas". Porque "no todos los personajes que tienen este tipo de escándalos se disculpan, sino que se aferran todo el rato a la excusa", tal y como estamos viendo, precisamente, esta misma semana con el juicio del caso de Luis Rubiales con la futbolista Jenni Hermoso: "Ahí vimos a Rubiales diciendo que no iba a dimitir, y aquí hay una diferencia de actitud. Aunque lo hace con la boca medio abierta sí que emite esas disculpas, ha dado una entrevista y se ha enfrentado al tema, no se ha enrocado diciendo que es una tontería".
Por su parte, la senadora de Más Madrid Carla Antonelli califica de "desafortunados sin paliativos" los tuits de hace años que ahora han sido desvelados, por lo que es "legítimo que quienes se han visto reflejados de forma peyorativa o hiriente en esos mensajes expresen su malestar". Sin embargo, "en medio del aluvión de reacciones", pone el foco en el hecho de que el hashtag #EsUnPutoHombre haya sido trending topic, algo que a su juicio "evidencia que también cabalgan otras motivaciones ajenas al debate original de los tuits". "Estas han alimentado la virulenta campaña de acoso, derribo y transfobia contra Karla Sofía Gascón desde que obtuvo la estatuilla en Cannes y se perfiló como candidata al Oscar. Son cuestiones distintas que no deben mezclarse ni perderse de vista, para no servir de instrumento a intereses espurios", añade.
Y todavía continúa en declaraciones a infoLibre para terminar: "Dicho esto, aunque resulte una obviedad, sus tuits criticables, que ella misma debe explicar, no tienen relación alguna con su extraordinaria interpretación en Emilia Pérez. Las palabras que escribió hace años transitan por un camino distinto al de su talento actoral. Todas las personas desde la verdad tienen derecho a rectificar, a cambiar y a mejorar. Iluminar las zonas ciegas y oscuras del otro lado del espejo donde no nos gusta mirarnos es parte del aprendizaje".