Cultura

"Cada día que abrimos perdemos dinero": los cierres y los estrenos sin fecha colocan a los cines en una situación límite

Un cine sevillano cerrado el pasado noviembre por las restricciones frente al covid.

El mundo del cine suma desde hace días noticias poco halagüeñas. La empresa Yelmo, principal cadena cinematográfica en España junto a Cinesa, anunciaba el martes que, ante el aumento de casos confirmados de coronavirus y el endurecimiento de las restricciones, cerraba temporalmente la mayoría de sus salas en España. De sus 500 pantallas en 52 complejos, quedarán encendidas las de sus siete cines en Madrid y los dos de Canarias, donde se conserva una incidencia acumulada más baja que en el resto del país. La cadena ha asegurado en un comunicado que "el incremento de restricciones, toques de queda impuestos y la retirada de películas previstas para las próximas semanas" hacen difícil la exhibición. Tras un prometedor primer fin de semana de enero, donde se recaudaron 2,3 millones de euros, las cifras han caído de nuevo a menos de 600.000 euros en el fin de semana del 22 al 24 de enero.  

Su competidora Cinesa ya había anunciado el 11 de enero que cerraba también temporalmente la mayoría de sus 39 cines: solo quedaban abiertas (aunque con horario reducido) las salas de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. La empresa presentaba entonces las mismas razones que Yelmo: las restricciones, tanto de aforo como de horarios, que "se han extendido mucho más de lo que de inicio se esperaba", y la incertidumbre con respecto a la cartelera. "No tenemos garantías de nuestra programación hasta prácticamente la misma semana en la que se estrenan las películas, y todo esto supone un sobreesfuerzo que no estamos viendo retornado a nivel de ingresos generales", decía la compañía en un comunicado. En un principio, esta decisión alcanzaba solo hasta el 28 de enero para "llegar a febrero de una forma óptima", pero fuentes cercanas a la empresa apuntan a que "seguramente" el plazo podría extenderse. 

Los exhibidores consultados señalan el endurecimiento de los toques de queda y demás restricciones uno de los principales motivos para el cierre. En el caso de Madrid, se ha adelantado a las 21.00 la hora a la que deben cerrar los comercios; aunque a cines, teatros y auditorios se les permite permanecer abiertos más allá de ese límite siempre que la actividad se haya iniciado antes, el fin de la misma tiene que permitir cumplir con el toque de queda, marcado para las 22.00. En Cataluña, el toque de queda se ha establecido también a las 22.00, y las actividades culturales tienen que finalizar antes de esa hora. Las diez de la noche es la hora límite para regresar a casa en la mayoría del territorio: a la supresión de la sesión de las 22.00, generalizada desde la desescalada, se le suman modificaciones en la de las 2o.00, una de las más concurridas entre semana. Los cines gallegos lo tienen más difícil: hasta el 17 de febrero, la Xunta ha cancelado todas las actividades culturales dentro de un nuevo paquete de medidas

"Estamos desconcertados"

A finales de año, las salas pudieron celebrar el empujón de Wonder Woman 1984, uno de los pocos taquillazos que han aguantado en cartel. Pero el paisaje no es esperanzador, porque al toque de queda se suma el aplazamiento de algunos estrenos en los últimos días. El penúltimo ha sido Inmune, película sobre un hipotético covid23 rodada durante la pandemia, que debía estrenarse en España el 12 de febrero pero que ha pospuesto su llegada a las salas hasta nuevo aviso. Mientras,  algunas distribuidoras siguen apostando por las salas. Avalon estrenó el pasado 22 de enero El profesor de persa, fábula sobre el Holocausto ganadora del Premio del Público en el Festival de Sevilla. Poco antes, Caramel llevaba a las salas 23 paseos, una historia de amor en la madurez dirigida por Paul Morrison. En su primera semana, esta última hizo algo más de 21.000 euros de taquilla, una cifra que habría sido considerada baja antes de la pandemia pero que la situaba en el top 11. 

Los cines señalan que las diferencias entre comunidades están afectando negativamente a la cadena de exhibición. Octavio Alzola, de los Cines Renoir, con salas en Madrid, Barcelona y Guadalajara, cuenta que la Federación de Cines de España envía cada día a sus asociados un documento con el detalle de las restricciones en cada comunidad, provincia o municipio. "Nosotros mismos apuntamos a veces si vemos que algo falta. Es muy difícil seguir el ritmo", dice. "Y hay que recordar que el sector del cine es un sector nacional, el distribuidor estrena la película al mismo tiempo en todo el país, y se tiene que asegurar de que hay pantallas suficientes para poder colocar su película". Algunas salas consultadas temen que el paso atrás de Cinesa y Yelmo, sumado a las restricciones, disuada a las distribuidoras de continuar con su calendario de estrenos. Hace unos días, la distribuidora DeAPlaneta publicaba los resultados de una encuesta: el 44% de los preguntados no sabía que los cines estaban abiertos.

El espíritu general es de desconcierto y pesimismo, en contraste con el ánimo de finales de 2020, cuando los profesionales se permitían pensar en una recuperación. "Vamos día a día", dice, por ejemplo, Alzola. Muchos permanecen a la espera, sin saber bien cómo digerir las noticias de los últimos días y el empeoramiento de las cifras sanitarias. A preguntas de este periódico, la Federación de Cines de España ha declinado hacer declaraciones, y asimila la situación de los cines a la de otros sectores. "Estamos desconcertados", dice por su parte Ramiro Ledo, de Duplex Cinema, en Ferrol, afectado por tanto por el cierre total. "Llega un momento en que esto no le compensa a nadie. Terminas agotándote, no podemos luchar contra los elementos". Pese a todo, no se han planteado cerrar temporalmente: "Es muy doloroso pensar en cerrar. Al final vas a seguir trabajando, porque los lazos y los contactos los tienes que mantener. Y dices que si estás abierto por lo menos ofreces algo a la gente".

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Cadenas versus independientesversus

"Muchos hemos aguantado hasta aquí por las ayudas del Gobierno, a las que por cierto han tenido acceso las grandes cadenas", dice el responsable de una pequeña sala independiente que prefiere no dar su nombre. El pasado agosto, el Instituto de la Cinematografía y  de las Artes Visuales (el ICAA, dependiente del Ministerio de Cultura) convocó unas subvenciones extraordinarias para sufragar los gastos derivados de la crisis del coronavirus en el año 2020. La cadena Yelmo declaró gastos por valor de 50,2 millones de euros en 47 cines, y obtuvo 1,4 millones del Estado. Cinesa declaró gastos de 2,1 millones en 40 cines y obtuvo los mismos 1,2 millones. Son las aportaciones más altas de la lista de beneficiados, que incluye a 236 empresas de exhibición. El Gobierno no ha hecho pública por ahora una nueva convocatoria, aunque sí incluye en sus presupuestos una partida de ayudas dedicadas a la exhibición. 

Puede llamar la atención que sean precisamente los negocios más potentes, y a priori con más capacidad de aguante, los que hayan acabado anunciando el cierre temporal. Lo explica Ledo: "Si las cadenas grandes cierran es por falta de contenidos, por falta de grandes estrenos o de taquillazos. Nosotros estamos inventándonos cosas, también con el apoyo de distribuidoras independientes, como Avalon, BTeam o Caramel". Entre los éxitos de la programación de los Renoir, Octavio Alzola destaca El padre, con Anthony Hopkins y Olivia Colman, distribuida por A Contracorriente, y el ciclo del director Wong Kar Wai, con la reposición de películas como Deseando amar, distribuida por Avalon. Pese a estos pequeños triunfos, y pese a que las salas se llenan —con aforo reducido— los fines de semana, el responsable de los Renoir no duda: "Cada día que abrimos perdemos dinero". 

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