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Deportes

El documental 'Hijas de Cynisca' denuncia las dificultades de las mujeres deportistas en un mundo aún copado por hombres

Lydia ValentÍn en uno de los fotogramas de 'Hijas de Cynisca'.

En el año 396 a.c la princesa espartana Cynisca se convirtió en la primera mujer en ganar los Juegos Olímpicos de la antigüedad, ámbito hasta entonces reservado a los hombres. Con esta premisa la productora, directora y guionista Beatriz Carretero aúna los testimonios de 13 mujeres que, de una forma u otra, han consagrado su vida al deporte, para dar vida a su segunda película documental, Hijas de Cynisca. El largometraje se estrena este viernes, 29 de noviembre, en los cines Artistic Metropol de Madrid y ya ha sido proyectado en festivales de ámbito internacional en Colombia, China y Gran Canaria. La cinta, elaborada a lo largo de cuatro años, recoge, según su directora, las historias de la exjugadora de baloncesto Amaya Valdemoro, la exgimnasta rítmica Almudena Cid, la deportista de halterofilia Lydia Valentín o la periodista Paloma del Río, entre otras, para dar vida a un relato coral, reflejo del obstáculo que supone ser mujer en el mundo del deporte.

“Habré tocado casi mil puertas entre instituciones y entidades”, señala Carretero en referencia a la búsqueda de patrocinio justo antes de proyectar el documental en la noche del preestreno. Y en esa búsqueda la cineasta afirma haberse encontrado con declaraciones como: “En el deporte no hay machismo, ¿por qué haces un documental sobre eso?”; “No podemos apoyar tu película porque es discriminatoria hacia los hombres”; o “¿Te has planteado que aparezca algún deportista masculino para que la gente vaya a ver la película?”.

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Sin embargo, la cineasta continúo su labor, focalizada en contar una historia del deporte que, por una vez, iría en femenino: “No tuve ninguna duda de que esta historia era de ellas y eran nuestras voces las que se tenían que escuchar”.

El documental denuncia, así, diferentes situaciones comunes en el día a día de las deportistas o profesionales, como las diferencias abismales de sueldo entre hombres y mujeres, el trato vejatorio de la prensa, las desigualdades en los premios de los campeonatos (en un campeonato de surf los hombres obtenían un premio de miles de euros, mientras que ellas un bikini) o la falta de patrocinio de los equipos femeninos. “Es fácil recordar cuál ha sido mi primer patrocinio porque jamás he tenido uno”, señala en el documental la ex jugadora de balonmano Bea Fernández, que obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, entre otros logros.

“Una de las cosas que le falta al deporte femenino es que la gente no sabe las historias que hay detrás, cuando no se saben la gente no empatiza”, denunció la exbaloncestista Amaya Valdemoro, con un largo palmarés a su espalda, en la noche del preestreno.

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