De 'El maestro que prometió el mar' a 'La cena': cuando la cultura frena el revisionismo con memoria democrática

Recibí un mensaje de una amiga hace unos días. "Me ha encantado la peli, qué hartura de llorar", decía. Acababa de ver, por recomendación de este periodista, El maestro que prometió el mar (2023). La historia, ya saben, de Antoni Benaiges, un maestro republicano de Mont-Roig del Camp (Tarragona) que en 1934 fue destinado a la escuela de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos. Allí se hizo con el cariño de los niños y destacó por su enseñanza innovadora basada en la metodología de Freinet y prometió a sus alumnos que les llevaría a ver el mar, pero no pudo ser al ser trágicamente asesinado por la sinrazón de milicianos falangistas en los primeros días de la Guerra Civil.

Una historia real que el revisionismo de la ultraderecha ni puede, ni podrá jamás cambiar. Soldados matando a sangre fría a un maestro, porque así es como actúa la barbarie contra la cultura y la educación. Una película que es un saludable ejercicio de memoria democrática en estos tiempos de pendulazo conservador, cada vez más y más ultra, con tantos chavales inexplicablemente lanzando vivas a Franco e incluso, menudo medievo, cantando el Cara al sol en pleno 2025. En este contexto, la cultura, siempre necesaria, resiste como herramienta contra la ignorancia y en defensa de los derechos humanos más elementales.

La efeméride de los cincuenta años de la muerte del dictador el 20 de noviembre de esta semana entrante resulta un momento propicio, tan bueno como otro cualquiera aunque un poquito más por el mandato del calendario, para recordar algunos de esas creaciones culturales —principalmente audiovisuales, aunque no solo, dejando para otro capítulo los libros, eso sí— que cuentan nuestra historia, que están ahí a nuestro alcance y que no se pueden tergiversar retorciendo el lenguaje o, directamente, mintiendo. Obras que han ayudado, en mayor o menor medida, de forma más o menos explícita, a recuperar nuestra memoria democrática y, a su vez, a desmontar el relato franquista que la ultraderecha, revisionista por definición, se afana en blanquear

La cena (2025), por continuar este repaso con la película española más taquillera del momento, en la que Alberto San Juan (simpatizante republicano) y Mario Casas (soldado franquista) tienen que entenderse para montar una cena en el Hotel Palace de Madrid en honor al dictador poco después del final oficioso de la guerra. A través de esa cosa tan española del humor y un reparto coral de personajes variopintos, el cineasta Manuel Gómez Pereira lanza un mensaje de hermandad sin, por supuesto, obviar la violencia del bando sublevado vencedor. "Hay que tener más miedo a las dictaduras", recalcaba San Juan días antes del estreno a través de infoLibre a todos esos que opinan, según ciertas encuestas, que vivirían mejor en un régimen distinto a la democracia. ¡Serán ellos!

A la misma velocidad que para cualquier artista pop de esos que llenan estadios se agotan las entradas para ver en teatros de toda España 1936, una experiencia de terror, hambre y redención sobre la Guerra Civil española. Un año después de su estreno, se ha convertido sin duda ninguna en el montaje escénico de la temporada y ya veremos cuanto más, pues el público manifiesta unas ganas voraces de ver esta obra de más de tres horas dirigida por Andrés Lima, quien meses atrás avisaba en conversación con infoLibre de la importancia de conocer nuestra propia historia: "El discurso ultra sigue siendo muy parecido".

No podemos olvidar tampoco Cuéntame como pasó (2001-2023), serie que a lo largo de 413 episodios repartidos en 23 temporadas nos contó a nosotros mismos como ninguna otra a lo largo de dos décadas con una transversalidad inédita. Una ficción que sin ser decididamente política, supo encontrar el tono amable a la par que veraz para recordar a millones de espectadores las múltiples penurias y molestas peculiaridades que tenía vivir en el franquismo. Porque no, con Franco no se vivía mejor, y eso queda en evidencia en las dificultades económicas, la limitación de derechos, la represión policial y las ansias compartidas de democracia que prácticamente traspasan la pantalla gracias a la familia Alcántara

No pueden quedar fuera de este repaso títulos cinematográficos indispensables de los últimos años como Mientras dure la guerra (2019), en la que a través de la figura de Miguel de Unamuno, el director Alejandro Amenábar relata cómo llegó Franco al poder y estableció su larga dictadura. O como La trinchera infinita (2019), film encabezado por Antonio de la Torre y Belén Cuesta inspirada en la vida de Manuel Cortés, el último alcalde republicano de Mijas (Málaga) en 1936, quien vivió oculto durante treinta años por miedo a ser fusilado por los franquistas. O como La buena letra (2025), un lóbrego drama sobre el desengaño en la posguerra española en el que Celia Rico convierte en celuloide la novela del mismo título de Rafael Chirbes.

Para que no se nos olvide jamás lo ocurrido en La Desbandá, en el próximo Festival de Cine de Málaga se estrenará la primera ficción audiovisual sobre el asesinato de miles inocentes de inocentes por los franquistas con ayuda de tropas italianas en febrero de 1937. "Un suceso atroz y desconocido", nos contaba el pasado verano el cineasta Coke Arijo justo al terminar el rodaje de este cortometraje titulado La hora escrita. Sobre esta misma terrible tragedia perpetrada por los fascistas existe también una ficción sonora realizada en 2022 por la radio comunitaria malagueña Onda Color.

Igualmente actual es el mensaje de Pasionaria, film estrenado en salas hace apenas un mes que repasa la comprometida vida de la emblemática dirigente comunista, desde su oposición al alzamiento de 1936 hasta su regreso a España tras la muerte del dictador para ayudar a recuperar la libertad democrática. Una mujer indispensable para entender no ya nuestro pasado más reciente, sino nuestro más inmediato presente, que a su manera inspiró a otras muchas, de generaciones posteriores pero igualmente comprometidas, como Paca Sauquillo, Cristina Almeida, Lidia Falcón, Isabel Oliver, Mari Chordá, Eulalia Grau o Consuelo Abril, protagonistas todas ellas con sus valiosos testimonios del documental Clandestinas: la lucha de las mujeres en la dictadura (2025).

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Dejamos de nuevo el audiovisual para fijarnos en Amiga date cuenta, el ambicioso proyecto web de documentación, geolocalización y creación de un mapa interactivo que visibiliza espacios vinculados a la memoria democrática de las mujeres en España. Creado por la asociación Herstóricas con el objetivo de visibilizar y dignificar los lugares de resistencia y represión femenina durante la dictadura franquista, es una herramienta educativa interactiva que resignifica nuestro propio entorno silenciado por tantos años de dictadura. En portada, ahora mismo, la Dirección General de Seguridad del kilómetro cero de la violencia franquista con esta pregunta: ¿Sabías que en el edificio de la Puerta del Sol en el que cada año se celebra el Año Nuevo se realizaron interrogatorios y torturas durante el franquismo? Ayuso sabe la respuesta, pero como el edificio es ahora la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, no quiere que tú la sepas.

Una última serie para terminar: Los pacientes del doctor García (2023), adaptación a la pequeña pantalla de la novela homónima de Almudena Grandes. Otros dos documentales más: Estos muros (2021), en el que el cineasta Alberto Pascual cuenta la historia de los trabajos forzosos durante el franquismo a partir del poema escrito en roca que encontraron unos niños de principios de los años setenta en unas ruinas en Soto del Real (Madrid), y Caleta Palace (2023), que relata lo que pasó cuando al no conseguir tomar Madrid tras el golpe militar de julio de 1936, los sublevados pusieron sus ojos en Málaga, un puerto estratégico a orillas del Mediterráneo que debía convertirse en la primera victoria para Franco.

Y más cine de las últimas décadas, para rematar con multitud de historias para, por qué no, pegarse un buen maratón cinéfilo y constatar, una vez más, la importancia de contarnos a nosotros mismos para que lo que pasó no caiga pérfidamente en el olvido: Las 13 rosas (Emilio Martínez-Lázaro, 2007), ¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990), El corazón del bosque (Manuel Gutiérrez Aragón, 1979), La noche más larga (José Luis García Sánchez, 1991), Soldados de Salamina (David Trueba, 2003), Para que no me olvides (Patricia Ferreira, 2005), Los girasoles ciegos (José Luis Cuerda, 2008) o Dragon Rapide (Jaime Camino, 1986). 

Recibí un mensaje de una amiga hace unos días. "Me ha encantado la peli, qué hartura de llorar", decía. Acababa de ver, por recomendación de este periodista, El maestro que prometió el mar (2023). La historia, ya saben, de Antoni Benaiges, un maestro republicano de Mont-Roig del Camp (Tarragona) que en 1934 fue destinado a la escuela de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos. Allí se hizo con el cariño de los niños y destacó por su enseñanza innovadora basada en la metodología de Freinet y prometió a sus alumnos que les llevaría a ver el mar, pero no pudo ser al ser trágicamente asesinado por la sinrazón de milicianos falangistas en los primeros días de la Guerra Civil.