El sendero de memoria de 'La Desbandá' para recordar la masacre franquista contra miles de inocentes

Marcha de La Desbandá en 2024

Rafael Morales

Febrero de 1937. El ejército franquista sublevado contra la República se hace con la ciudad de Málaga y una columna de más de 150.000 civiles y milicianos huye a pie por la carretera de la costa hacia Motril y Almería, un territorio aún bajo control republicano. Se estima que en el trayecto, conocido como La Desbandá, fueron asesinadas entre 5.000 y 10.000 personas totalmente indefensas ante los bombardeos inmisericordes desde el aire y también con buques desde el mar Mediterráneo.

Un episodio trágico, especialmente tremebundo pero, al mismo tiempo, relegado al olvido a pesar de su magnitud histórica como dramático ejemplo de la violencia salvaje de los sublevados fascistas no ya contra las tropas republicanas, sino contra civiles inocentes, especialmente mujeres y niños. Un capítulo muy poco conocido incluso en la misma ciudad andaluza por ser un tema tabú para las propias familias y porque, si la memoria de lo que aconteció no se cuida, se cultiva y se fomenta adecuadamente, termina perdiéndose en apenas un par de generaciones. Como si semejante atrocidad no hubiera pasado.

Sin embargo, para desdicha de los franquistas, el suceso no ha caído del todo todavía en la amnesia colectiva. A lo largo de ya casi noventa años, historiadores, periodistas, investigadores y activistas se han encargado de hablar de La Desbandá. Y a partir del año 2005 se empezaron a organizar marchas parciales en la ruta entre Málaga y Almería para recordar la masacre que se produjo en esta carretera en los primeros días de febrero del 1937, durante el avance de las tropas franquistas de Queipo de Llano

Más tarde, a partir de 2017, nos propusimos recorrer íntegramente esa carretera para lo que, primero, nos constituimos como club senderista, y al año siguiente pusimos en marcha la asociación memorialista, ya que desde el primer momento queríamos andar la carretera de la muerte, como la denominó en su día el brigadista internacional Norma Bethune. Para honrar a las miles de víctimas que forzosamente la recorrieron y, al mismo tiempo, rescatar del olvido y el silencio uno de los mayores genocidios cometidos en este país. No podía ser de otra forma, así que caminamos con el objetivo común a todas las organizaciones memorialistas: exigir verdad, justicia y reparación.

Hemos realizado ya 9 marchas, en 10 etapas, de 18 kilómetros de media cada tramo, hasta completar los alrededor de 200 que separan a Málaga y Almería. Los caminantes han crecido año tras año, llegando en la última marcha a 3.400 personas. Espoleados por este crecimiento en la participación, nuestra organización ofrece todos los servicios necesarios: comidas, avituallamiento, lugares de pernocta en pabellones deportivos, traslados a los puntos de inicio de etapa, etc. Las tardes se dedican a actos culturales: teatros, conciertos, presentaciones de libros y otras actividades.

El camino de La Desbandá, considerado como sendero de memoria por el Parlamento Andaluz y por las Cortes Españolas, está en proceso de señalización sobre el terreno. No obstante, aquellas personas que deseen recorrerlo lo pueden hacer con el track que tenemos colgado en nuestra web, donde podrán encontrar toda la información sobre el mismo y sobre las nueve marchas realizadas hasta el momento.

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Es importante destacar los lugares de memoria del sendero, que podrán ver a lo largo de la carretera y en el fuerte de Carchuna, donde se han colocado marquesinas informativas de todos los lugares de memoria.

Animo a todas las personas a recorrer esta senda, sobre todo por las zonas donde aún permanece carretera original. Este recorrido podrá trasladarles emocionalmente a aquella huida desesperada que tuvieron que hacer más de 150.000 personas para intentar salvar sus vidas y hacer resistencia al fascismo que los perseguía por mar, tierra y aire. Caminar por el asfalto sobre sus pasos hoy, contemplando el azul del mar Mediterráneo en calma, hace casi imposible imaginar lo que allí pasó hace 88 años, pero hay que conservar la memoria de lo ocurrido precisamente por eso.

Rafael Morales es investigador, pedagogo y escritor de memoria histórica, así como presidente de la Asociación Socio Cultural y Club Senderista La Desbandá.

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