Religión, censura y muerte en el Rocío

El documental Rocío tenía todos los ingredientes: religión, superstición, privilegios aristocráticos, folclore, historia, tradición, política, venganza, muerte... Esos que lo engrandecieron y, para su desgracia, lo acabaron por matar. Estrenado en 1980 y realizado entre 1976 y 1978 por Fernando Ruiz de Vergara, fallecido ahora hace dos años, el filme consiguió pasar a la historia, aunque no por razones de interés, fondo o forma.

En su haber, la película cuenta con el dudoso honor de ser la primera de la historia de la democracia española en sufrir la censura, tras ser condenada por delitos de injurias a José María Reales, a quien se apuntaba en ella como el cabecilla de la brutal represión que acabó con la vida de un centenar de personas en el pueblo de Almonte, cuna de la romería del Rocío, durante el golpe militar de 1936. Por la sentencia del Tribunal Supremo de 1984, el filme sigue sin poder visionarse al completo a día de hoy.

El cineasta José Luis Tirado, que sí la pudo ver en un pase en el Teatro Bellas Artes de Madrid en 1981, meses antes de que fuera secuestrada judicialmente en 1982, quedó desde entonces atrapado por esta historia. O historias: las que se cuentan en el documental, y las que surgieron tras su censura. “Es una película de culto”, señala, “una referencia del cine documental que pasó por la persecución, la prohibición y una querella, que ha generado muchísimo debate en estos 33 años”.

El director de 'Rocío', Fernando Ruiz Vergara. 

Tras dos años de trabajo, el director presenta este miércoles en el Festival de cine europeo de Sevilla El caso Rocío, una cinta que recuerda y revisa los hechos que se quisieron contar en Rocío y su relato indirecto de la Transición, y que se edita en forma de libro-disco que incluye el documental de Ruiz Vergara y el suyo propio, con testimonios corales de los artífices del filme de 1980 y sus allegados, además de historiadores, cineastas, antropólogos, artistas y activistas. “Como el trabajo no cabe en una producción audiovisual de 75 minutos en el libro se da un desarrollo de lo que no se pudo tocar en el documental”.

Ante las presiones de la iglesia y el boicot de las salas, Rocío no pudo ver la luz en Andalucía hasta varios años después de su rodaje, y censurada. En los noventa, La 2 de TVE y Canal Sur emitieron una versión con cortes que ahora se encuentra disponible en Youtube. Para subrayar que había sido censurada, el autor quiso poner carteles negros que duraran lo mismo que los fragmentos recortados, algo que finalmente no ocurrió.

Más allá de los truculentos hechos ocurridos en Almonte al comienzo de la Guerra Civil, Rocío -la única película que llegó a firmar Ruiz Vergara, quien tras la polémica se exilió a Portugal, donde murió-, escarba en nociones como los orígenes aristocráticos de la romería del Rocío, el trato que recibe la imagen de la Virgen, una triste muñeca magullada cuando se la despoja de sus barroquísimas vestimentas, la tradición, la cultura andaluza o el fervor religioso popular.

“Con el pretexto del Rocío, se habla de la Transición, de la calidad de la democracia y del papel de la mujer en los ritos”, subraya Tirado (Sevilla, 1954). “La historia de la Transición es que fue una estrategia del poder que permitió que los poderes fácticos permanecieran, tanto que a día de hoy seguimos estando en la Transición, o en la Postransición. Todos nuestros problemas vienen de entonces, de aquella época en la que no se juzgó a nadie”.

Con las voces del propio Fernando Ruiz Vergara, Ana Vila Texidó, Vitor Estevâo, Isidoro Moreno, Salvador Távora, Francisco Baena Bocanegra, Francisco Madeira Luis y Juan José Vázquez Avellaneda, entre otros, El caso Rocío quiere volver a retomar el debate abierto hace tres décadas y nunca clausurado, además de recordar la figura de su autor, que murió en el exilio y vivió “muy dolido, porque en el momento del conflicto nadie le apoyó. Cuando la película se estrenó en Madrid se presentó toda la plana progresista, pero a la hora de la verdad nadie hizo nada”.