Constructoras en España, un pacto de cemento armado con más política que una secretaría de Organización
El discurso periodístico mayoritario ha atribuido los más recientes escándalos de corrupción a una red de políticos sin escrúpulos. De los corruptores ya se va diciendo algo más que hace unos años. Pero se dedica escaso tiempo a estudiar el entramado entre ciertas corporaciones y el Estado, ese espacio relacional que da lugar a matrimonios de conveniencia con deslices pautados. Dicho espacio es profundamente político: tanto o más que un secretario de Organización.
Las constructoras se sitúan ahí. Oficialmente adalides del libre mercado, se organizan en torno a una patronal, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (SEOPAN), por la que han pasado presidentes, como David Taguas, que habían sido asesores gubernamentales cualificados. El enorme flujo financiero desde la entrada en la actual Unión Europea y la importancia que se ha dado a la obra pública en España condujo, en 1992, a la formación de un cártel que agrupa a Acciona, ACS, FCC, OHLA, Ferrovial y Sacyr. Un repaso al origen y a algunos dirigentes de estas compañías revela que para tener éxito en el capitalismo español hay que creer en la política.
Acciona, apellidos ilustres y un coronel exUCO
Acciona fue fundada en 1997 a partir de la absorción de la empresa Cubiertas y MZOV por Entrecanales y Távora, originada en el desarrollismo primorriverista y concesionaria de obras públicas franquistas. El presidente de Cubiertas hasta 1995, Eduardo Serra, fue nombrado en 1996 ministro de Defensa del gobierno de Aznar; el aristócrata Carlos Espinosa de los Monteros, delegado de la Marca España con Rajoy, pudo haber sido presidente de Acciona pero tuvo que conformarse como consejero.
Acciona cuenta en su consejo de administración y en su alta dirección con todo tipo de apellidos ilustres: Fernández Cuesta, Fernández Villaverde, Vega-Penichet, Sanjurjo… En su estructura figura también un coronel, Manuel Sánchez-Corbí, antiguo número uno de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), precisamente la que investiga la supuesta trama dentro del Partido Socialista. Otros nombres son el exministro socialista y antiguo jefe de la OTAN, Javier Solana, y Pío Cabanillas, ministro portavoz con José María Aznar e hijo de un titular de Información del franquismo.
El nexo de la Familia Real
El carácter político de ACS tampoco puede pasarse por alto. Un exconcejal del Ayuntamiento de Madrid, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid Club de Fútbol, es el alma máter de este grupo, fundado a partir de la absorción de Dragados, que durante la dictadura había utilizado mano de obra forzosa.
Compañeros de aventuras políticas de Florentino Pérez como Miquel Roca, padre de la Constitución Española, han formado parte del consejo de ACS, donde han recalado asimismo numerosos abogados del Estado e ingenieros, como la expresidenta de ADIF Isabel Pardo de Vera, aunque por un periodo breve. También ha recogido a Javier Monzón, aquel presidente de Indra imbricado en las entrañas estatales y cercano a la Familia Real.
Los reales habitantes de La Zarzuela han estado también cerca de Acciona y de la hoy llamada OHLA. José Manuel Entrecanales, presidente ejecutivo de la primera, es patrono de la Fundación Princesa de Asturias, cuya directora, Teresa Sanjurjo González, es consejera independiente de Acciona.
Por su parte, OHLA nació impulsada por Juan Miguel Villar Mir (fallecido en 2024), franquista adscrito a los tecnócratas y ministro de Hacienda con Carlos Arias Navarro. A su salida de Hacienda, se hizo gratuitamente con la constructora Obrascón gracias a Altos Hornos de Vizcaya, entidad de la que había sido presidente. Años después fundiría Obrascón con Huarte, autora de la cruz del Valle de los Caídos, y con Laín, para conformar OHL.
El ya fallecido exministro de Industria Josep Piqué fue un gran colaborador de Villar Mir en esta larga marcha. Le vendió Fertiberia desde la presidencia de ERCROS, la subvencionó como titular industrial del Gobierno de Aznar y terminó como vicepresidente de OHL. Otro de sus puntales ha sido Javier López Madrid, yerno de Villar Mir y amigo íntimo del rey Felipe VI.
Boyer, Redondo Terreros y Calvo Sotelo
Otra élite histórica anida en Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Originada en una concesión municipal, la otorgada al inmigrante judío Ernst Koplowitz, Construcciones y Contratas, y en coalición sostenida con El Corte Inglés, contó con el asesoramiento de uno de los cerebros de la modernización española, el exministro socialista Miguel Boyer. Boyer acabó siendo vicepresidente de la filial FCC Construcción y miembro del consejo de administración de la cementera Portland Valderribas, también perteneciente al grupo FCC.
Por la presidencia de la constructora ha pasado el exministro centrista Marcelino Oreja, antiguo comisario de Transportes de la Unión Europea, y por su consejo, el exdirigente socialista Nicolás Redondo Terreros.
Los contratos administrativos permitieron también el nacimiento de Ferrovial. Su fundador, Rafael del Pino, había hecho de la importación de innovaciones y de su participación en el ejército nacional sus principales credenciales para hacerse con contratos de RENFE. La compañía surgió con el apoyo de su cuñado, Leopoldo Calvo-Sotelo (segundo presidente del Gobierno en el posfranquismo); de su primo, José María López de Letona –futuro ministro de Industria con Franco y gobernador del Banco de España durante la Transición–, y de Claudio Boada, que sería presidente del Instituto Nacional de Industria hasta 1974, nombrado precisamente por López de Letona.
Ferrovial movió su sede fuera de España tras convertirse en la multinacional que hoy es al calor de la obra pública. Aunque basó su decisión en razones estratégicas y no fiscales, lo cierto es que su traslado a Países Bajos le puede haber supuesto un ahorro fiscal de hasta 40 millones anuales de euros por las distintas exenciones de dividendos de filiales extranjeras en un país y en otro.
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Su presidente ejecutivo es Rafael del Pino Calvo-Sotelo, la tercera persona más rica del país en 2024, con un patrimonio estimado de 7.100 millones de euros (1.200 millones más que el año precedente), según Forbes. El cargo de vicepresidente lo ostenta el profesor Óscar Fanjul. Fanjul había sido alto cargo del ministerio de Industria con el socialista Carlos Solchaga, fundó Repsol y consta como uno de los cerebros de las privatizaciones. Su papel como gestor de la riqueza de la familia Koplowitz sugiere que los beneficios de las constructoras están en manos de una red de contactos reducidos.
Este recorrido queda cerrado con una mención a la antigua Sociedad Anónima de Caminos y Regadíos, Sacyr, que entró en el olimpo constructor tras adquirir otra histórica como Vallehermoso. Su gran impulsor, Luis del Rivero, había sido dirigente regional de Alianza Popular. En su consejo se ha sentado Demetrio Carceller, nieto del dirigente falangista y ministro del primer franquismo que fue fundador de Cervezas Damm. También altos cargos del sector público, como Marta Silva de Lapuerta, abogada del Estado, sobrina del extesorero del PP Álvaro Lapuerta e hija de Federico Silva, que aprobó el Plan de Autopistas Nacionales de España. Silva de Lapuerta fue miembro de la Junta Directiva del Real Madrid, donde Del Rivero fue vicepresidente. Al frente de todos ellos, en ese palco que sugiere ser una tercera cámara parlamentaria, ha estado casi siempre Florentino.
El cártel de estas grandes multinacionales, armado con cemento, ha construido mucho más que carreteras y conexiones clave con las instituciones que se deben al voto de los electores.