El margen entre lo que el banco gana con cada hipoteca y lo que paga a los ahorradores alcanza máximos de 20 años

Decenas de personas hacen cola ante el Banco de España para contratar Letras del Tesoro, que ofrece una mayor remuneración que los depósitos de los bancos.

El precio del dinero ha escalado a un ritmo vertiginoso, pero no para todos. Entre enero de 2022 y el mismo mes de este año, el euríbor ha pasado de -0,5% a 3,3%, lo que supone la escalada más vertical de la historia del índice. La banca ha trasladado esto inmediatamente a las hipotecas: el interés medio de los préstamos que las entidades conceden a los consumidores para comprar viviendas ha pasado de 0,02% a 2,61% en el mismo período. Sin embargo, en el mismo proceso, la remuneración de los bancos a los clientes ha pasado de un 0,01% a un exiguo 0,37% de media. Cuando el banco presta, cobra mucho más alto en comparación de lo que paga al cliente que le presta.

Esta enorme brecha entre lo que el banco cobra y paga, lo que en esencia supone su margen de beneficios, se abrió en septiembre y se ha ido abriendo mes a mes, hasta alcanzar su máximo punto en enero, el segundo mayor dato de los últimos 20 años. La brecha es de 2,24 puntos de diferencia. 

La única vez que la brecha ha sido mayor fue en enero de 2009, una distancia inédita de 2,85 que explica el comportamiento de la banca. Tras 8 años seguidos con tipos de interés al 4,25%, el Banco Central Europeo se vio obligado a bajar los tipos de manera acelerada en otoño de 2008, ante la evidencia de que había entidades que estaban padeciendo problemas de liquidez. 

La banca española redujo inmediatamente la remuneración a los ahorradores, que empezó a bajar en octubre de ese año. Sin embargo, alargaron unos meses más el encarecimiento de las hipotecas, hasta enero de 2009, creando ese margen histórico. 

Los bancos aumentan los márgenes que reciben por su intermediación bancaria a río revuelto. Cuando el Banco Central Europeo abre o cierra el grifo del dinero líquido, antes de que llegue el efecto a los hogares y las empresas, los bancos manipulan “grifos intermedios” a su beneficio. Si los tipos de interés bajan, como en distintos períodos entre 2008 y 2014, el banco descenderá rápidamente la remuneración a los ahorradores y lentamente el precio de las hipotecas. 

El mismo fenómeno, pero en distinta dirección, ocurre cuando los tipos de interés suben, como desde julio de 2022: el banco encarece la oferta de hipotecas rápidamente, mientras que va aumentando muy lentamente la remuneración de las cuentas de ahorro. La escasa competencia entre los grandes bancos favorece esta diferencia de ritmos a perjuicio de los consumidores. 

El mayor aumento de la cuota de la hipoteca de la historia en un solo año 

La intensa subida de tipos de interés acometida por el Banco Central Europeo está suponiendo un duro golpe para las aproximadamente cuatro millones de familias españolas que están hipotecadas a tipo variable. La renovación de la cuota suele ser cada 6 o 12 meses. La familia que le haya tocado renovar su cuota el viernes de la semana pasada, habrá encontrado un euríbor del 3,9%. Hace 6 meses estaba al 2% y hace un año, a un tipo negativo del -0,26%. La parte variable de la hipoteca habrá crecido en consecuencia.

Este martes el euríbor ha sufrido un desplome hasta el 3,5%. Luego subió el miércoles a 3,6% y bajó el jueves a 3,3%. Esta enorme volatilidad es inusual y va pareja a la enorme inquietud generada esta semana tras el colapso de varias entidades financieras estadounidenses, encabezadas por Silicon Valley Bank, y las enormes dudas del mercado sobre la viabilidad de Credit Suisse. El mercado estima que, tras estos colapsos, los bancos centrales aflojarán el ritmo al que encarecen el dinero, lo que ha provocado que el euríbor pase de casi 4% a 3,3% en pocos días. No obstante, el dato particular de un día no afecta a la cuota hipotecaria de una familia, sino la media que resulta a final de mes. Será la actuación de los bancos centrales la que apuntale una tendencia creciente o decreciente del euríbor que definitivamente se traslade a los presupuestos de los hogares.

La asociación de consumidores financieros Asufin estima que la cuota de una hipoteca media que se encontraba en febrero de 2022 a 362 euros subió a 486 en septiembre y subirá a 558 en febrero. Esta asociación estima que la cuota media se situará en unos 585 euros en junio, lo que supone 223 euros más al mes que hace un año, y 2.672 euros que se esfuman del presupuesto del hogar al año.

“Es un golpe fuerte”, explica Antoni Garrido, catedrático de Economía Aplicada en la Universitat de Barcelona y experto en sector bancario. “Según pasa el tiempo, a más familias va afectando. Cuando firmas la hipoteca, pactas si quieres una revisión de la cuota semestral o anual. Si habías firmado anual y habías escapado hasta ahora de la subida de tipos de interés, ahora te va a tocar a ti. Va a ser un palo importante”, añade el académico. 

Pese a esta situación, el Gobierno estimó la semana pasada que las entidades solo han recibido 9.000 solicitudes para acogerse al Código de Buenas Prácticas. Este protocolo, acordado con gran dificultad entre el Gobierno y la banca, supone medidas para aliviar el histórico ritmo de subidas de tipos de interés a las familias hipotecadas, e incluye medidas como reestructurar la cuota hipotecaria o facilitar el cambio a un tipo fijo. Las 9.000 solicitudes quedan lejos del millón que espera el Gobierno.

Consultadas las entidades, Caixabank ha informado a infoLibre que alrededor de 1.500 clientes han solicitado acogerse para aliviar la carga hipotecaria. Banco Santander y BBVA han rechazado ofrecer datos. Banco Sabadell y Bankinter no han respondido a la solicitud de información: “Son muy pocos. A no ser que los bancos estén llegando a acuerdos de refinanciación al margen del Código de Buenas Prácticas y que no se estén contabilizando, solo se me ocurre que aún hay muchas personas que no han tenido que renovar la cuota de la hipoteca aún”, señala Antoni Garrido. 

Respecto a las entidades que han rechazado ofrecer información de cuántas personas se acogen al Código de Buenas Prácticas, el catedrático se muestra crítico: “Por definición, es un Código de Buenas Prácticas, se supone que se adopta para facilitar la vida a las personas. Que encima no difundan el dato va contra la imagen del banco. Se están jugando la reputación”, critica.

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