Precios de los carburantes

¿Por qué el precio de la gasolina y el gasoil no caen a la misma velocidad que el del petróleo?

Archivo - Refinería

El precio del petróleo sigue descendiendo, y ha tocado los 100,01 dólares el pasado viernes, después de alcanzar los 117 a principios de junio. El precio ya ha recuperado, por tanto previos al inicio de la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo los precios de la gasolina y del gasóleo siguen muy por encima, ¿por qué no ha tenido, de momento, impacto? El analista financiero Javier Santacruz responde en tres claves: la mayoría de los contratos actuales son a plazo, es decir, se firmaron cuando los precios eran superiores a los de ahora. La segunda razón, el poder de las grandes (y pocas) refinerías para mantener más tiempo unos márgenes altos en el refino. El tercer motivo es la debilidad del euro: compramos el petróleo fuera y cuánto más débil es el euro frente al dólar, más nos cuesta importar la energía. 

Contratos a futuro

“Hay que tener en cuenta que la mayor parte del petróleo en general se negocia a futuro, con precios futuros fijados de hace tres meses, seis, un año…”, señala Javier Santacruz. Esta es una práctica habitual en el mercado de materias primas: los agentes negocian la compraventa de productos pactando un precio, cantidad y una fecha de vencimiento. “Los precios del petróleo que están cayendo fuerte son los que están al contado, tal que hoy. Sin embargo la mayor parte de la energía se compra a plazo”, indica el analista.

La filosofía del mercado de futuros es la del agricultor que quiere proteger sus ventas ante inclemencias climáticas: si vende hoy a un precio determinado y pacta la entrega del producto en el futuro se asegura de que cobrará, aunque una tormenta se lleve por delante su cosecha. Esta es la manera que utilizan los productores, no solo de materias primas vegetales, también animales, minerales y, como es este caso, fósiles. “Este procedimiento lo que hace es retrasar las bajadas de los precios, los precios dentro de tres meses depende de lo que estemos fijando hoy, y ahí ya se empezará a notar al precio final al que se vende a los consumidores. Si la mayor parte son compras que se hicieron hace tres meses, va a tardar un tiempo en notarse la bajada en los carburantes”, explica Santacruz. 

El poder de las grandes refinerías

Otro motivo que aduce el analista es el poder de negociación que tienen las grandes refinerías en Europa. “El precio que se paga por el producto incluye el margen industrial (lo que te cobran por hacer el producto refinado), los costes del transporte y los de distribución. Estos últimos han estado caros en los últimos meses, porque ha habido muchos problemas logísticos derivados de la pandemia. Pero esos problemas ya están disolviéndose, los cuellos de botella están resolviéndose. Lo que queda es que la industria del refino está sometida al dictamen de dos o tres competidores”, explica el analista. 

Con esto el analista indica que la industria tiene una libertad mayor de fijar precios. “Cuando la energía sube, los márgenes suben de manera rápida, pero cuando los márgenes bajan, lo hacen de una manera más lenta. Estamos hablando de grandes empresas como BP o Shell… son las que tienen las grandes infraestructuras de refino, las que abastecen a la mayoría de países”, señala Santacruz.

El euro débil 

La última clave está en la situación del euro. El 9 de agosto de 2021, hace un año, podíamos comprar 1,17 dólares con un euro. El día que empezó la invasión de Ucrania, el 24 de febrero, podíamos comprar 1,13 dólares. Con ese mismo euro podemos comprar 1,02. Es una caída interanual del 13% y de casi el 10% desde que empezó la guerra. El hecho de que las empresas europeas exportan el petróleo en dólares supone que con el mismo dinero tenemos una capacidad de compra en el exterior mucho menor.  

“Si Estados Unidos va muy por delante en las subidas de tipos de interés, como ha pasado en los últimos meses, lo que provoca es que el dólar se revalorice. Nosotros, al tener que comprar el petróleo en dólares, el coste de las importaciones aumenta. En nuestro caso, además, se ha disparado, es mucho mayor que en otras ocasiones. Hacía casi 20 años que el euro no estaba en paridad con el dólar. La bajada de los carburantes va a ser todavía más lenta porque al tener que comprar en una moneda más barata lo que se está haciendo es diluir más en el tiempo el coste de esas importaciones”, explica Javier Santacruz. “Si el euro hubiera estado a un nivel normal, en torno a 1,10 o 1,15 dólares, la bajada del precio del petróleo se trasladaría de una manera menos lenta. Tenemos un palo en la rueda”, concluye. 

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