Del veto de Trump al contrato con Interior: así es Huawei, la empresa con la que el PP ataca al Gobierno
El nuevo encontronazo entre el Gobierno y la oposición se ha producido por un contrato de 2,3 millones de euros que el Ejecutivo español ha renovado con la compañía tecnológica China Huawei. La transacción tiene que ver con la compra de un sistema de almacenamiento digital que España utilizará para guardar las escuchas que realizan las fuerzas policiales que dependen del Ministerio del Interior. El PP ha aprovechado las polémicas en las que está envuelta Huawei para acusar al Gobierno de “poner el riesgo la seguridad nacional”.
Si bien desde el Ejecutivo señalan que este contrato no supone riesgo de espionaje, ya que se trata de un espacio estanco, sin conexión a una red exterior, el Partido Popular ha querido vincular esta compra con una posición del Gobierno cercana a China y peligrosa para Europa. “Hay dos opciones: o el Gobierno no sabe quién es Huawei y quién está detrás de ella o lo sabe demasiado bien”, afirmaba el vicesecretario de Hacienda del Partido Popular, Juan Bravo. Pero, ¿qué es lo que preocupa en realidad de la actividad de la compañía china?
Y aunque la multinacional tecnológica se ha visto envuelta en polémicas sobre la gestión de datos y ha recibido sanciones, en Europa no existe ningún veto sobre sus equipos. Lo que sí que hay es una comunicación de la Comisión Europea en la que se advierte de que la compañía podría comprometer la seguridad de las redes de internet. “La Comisión considera que Huawei y ZTE presentan, de hecho, riesgos sustancialmente más altos que otros proveedores de 5G”, recoge el documento. Esos riesgos, detalla el texto, están relacionados con la red 5G y tienen que ver con posibles “interferencias de un país tercero” por lo que la compañía se quedó fuera del despliegue de esta red en Europa.
La exclusión en España se hizo efectiva. De hecho, la compañía Huawei Technologies llegó a interponer un recurso contencioso administrativo ante la Audiencia Nacional, al considerar que las bases del concurso público para la adjudicación del despliegue del 5G en zonas rurales penalizaba a los operadores que trabajaban con ellos y, por tanto, les perjudicaba. Aunque lo hacía, cumpliendo con las recomendaciones europeas.
Sin embargo, la multinacional opera sin polémica en otros ámbitos. Por ejemplo, posee un centro tecnológico en Madrid inaugurado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y ha firmado acuerdos con el Ayuntamiento de Barcelona, durante el Mobile World Congress 2025, para crear zonas tecnológicas en la ciudad como Smart Buildings o plataformas TIC. Además, también da soporte a empresas públicas como Adif, tal como se muestra en un expediente de contratación del sector público, y a la Secretaria de Estado de la Seguridad Social y Pensiones.
Aunque la multinacional está lejos de ser una empresa transparente y mantiene otros frentes abiertos en Europa. Otro de los escándalos recientes se produjo en marzo de este año, cuando la Fiscalía belga abrió una investigación por una presunta trama de sobornos a eurodiputados para beneficiar a Huawei. La multinacional habría sobornado con dinero, viajes, regalos o palcos VIP de fútbol a más de doce eurodiputados para favorecerles en regulaciones de 5G o Inteligencia Artificial. Como respuesta, el Parlamento Europeo decidió suspender el acceso a representantes ligados a la compañía.
200.000 empleados y negocios en 170 países
El gigante tecnológico Huawei se fundó en 1987 en la ciudad de Shenzhen, en China. Actualmente, cuenta con más de 200.000 empleados y tiene negocio en alrededor de 170 países, según figura en sus resultados.
Por regiones, el grueso de su actividad se concentra en China (con un resultado de más de 73.000 millones de euros) seguido de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) y Asia Pacífico (más de 17.000 millones). Sus números en España, en cambio, no son tan brillantes. Su filial registró unas pérdidas netas de 4,04 millones de euros en 2024, en comparación con las ganancias de 21,49 millones de euros registradas en el ejercicio previo, según anunció EFE este mes de julio, tras su presentación de resultados. En impuestos, la compañía pagó 33,33 millones de euros, casi cinco veces más que los 7,06 millones de euros de 2023.
Estados Unidos, sospechas de espionaje y la polémica de TikTok
Las polémicas de Huawei van más allá de Europa. Hace siete años, en 2018, las autoridades de Canadá detienen en Vancouver a la directora financiera e hija del fundador de Huawei. Lo hacen por una orden de Estados Unidos en la que se acusaba a la compañía de infringir las sanciones estadounidenses sobre Irán. Un año después, en 2019, llegan los primeros cargos de espionaje y un decreto presidencial firmado por el entonces presidente, Donald Trump, para que las empresas norteamericanas no ofreciesen productos con ciertas tecnologías chinas. Así, en ese año, Google y Android dejan de actualizar sus sistemas en dispositivos de Huawei. Sin embargo, a finales de ese año, en junio, y tras una reunión entre los mandatarios de ambos países, el veto se levantará, aunque la polémica continúa hasta hoy.
En 2022 Washington vuelve a vetar la venta de productos de los fabricantes chinos Huawei y ZTE en Estados Unidos, alegando razones de seguridad nacional. La razón es siempre la misma, la sospecha de que la compañía pueda acceder a datos de los usuarios o del Gobierno norteamericano. Desde entonces, mantiene operaciones globales en el país, aunque opera sujeta a restricciones.
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Tal es la batalla de los datos, que el diario El País adelantaba que a través de conversaciones diplomáticas, Washington mostró su malestar a España por el contrato de Interior con Huawei. Y de nuevo la razón del descontento es la misma: el riesgo de filtraciones. Por ello, los presidentes de los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes solicitaban al servicio estadounidense de inteligencia que revisara los acuerdos de intercambio de información secreta con España. Una reacción que el representante de la diplomacia española, José Manuel Albares, trataba de calmar en la tarde de ayer. "La seguridad de todas las comunicaciones y la ciberseguridad están totalmente garantizadas a los más altos estándares europeos", señaló.
Los datos son información y la información es un tesoro que ahora se debe proteger, sobre todo, en la red. Y Huawei no es la única compañía china en el foco de EE UU. TikTok, la popular red social de videos cortos, es propiedad de ByteDance, una empresa de tecnología china a la que Washington acusa de estar bajo la influencia directa del gobierno de Pekín y de la que tampoco se fía sobre el tratamiento de datos de los usuarios. En enero y tras un apagón momentáneo, Trump le dio varias prórrogas para introducir cambios que expiran este mes de septiembre.
Así, la polémica veraniega de Huawei, hace referencia a la prórroga de un contrato de Interior suscrito hace un mes. Aunque el debate de fondo que se comienza a agitar abarca cuestiones más amplias que no se agotan en polémicas particulares: desde las posiciones de Estados Unidos en un contexto internacional tensionado por los aranceles —que tienen en un extremo a China y en otro al país norteamericano—, hasta el debate de la soberanía tecnológica, la ciberseguridad y el control de la información.