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Los trabajadores de Blanco se movilizan contra el ERE y el traslado a Dubái: “Esta empresa no se vende”

En torno a 150 personas, según los organizadores, se movilizaron este domingo en pleno centro de Madrid frente a una tienda de la cadena textil Blanco para clamar contra "el ERE, el cierre de tiendas, la externalización, la pérdida de empleo y la modificación de las condiciones de trabajo". Vestidos de luto, y ataviados con mantillas negras, los participantes, muchos de ellos trabajadores y otros tantos familiares, silbaron, lanzaron consignas y agitaron carteles reivindicativos durante cerca de una hora y media mientras la entrada a la tienda permanecía custodiada por cuatro agentes de la Policía Municipal de Madrid.

El acto estaba convocado a mediodía, pero la calle se llenó de gente un cuarto de hora antes. Tras la atadura de una sábana blanca a dos árboles situados frente al establecimiento, en la que se podía leer "Blanco nos viste de negro. No al ERE", los asistentes comenzaron, al ritmo de los silbatos, a gritar consignas. "¡Blanco, unido, jamás será vencido!", "¡Este ERE lo vamos a tumbar!", "¡Los sueldos no se tocan!", "¡Esta empresa no se vende!", entre otras, fueron las más coreadas.

También se escucharon durante todo el acto cánticos contra Bernardo Blanco Moreno, hijo del fundador de la cadena textil, y su actual cúpula directiva: "¡Bernardo mentiroso!", "¡Bernardo, ladrón, Blanco es español!", "¡Bernardo, atiende, la gente no se vende!" o "¡Directiva, dimisión!", se oían a lo largo de la céntrica calle de Fuencarral.

"Los trabajadores, que no estamos de acuerdo con el ERE y las modificaciones de las condiciones de trabajo que nos comunicó hace unos días la compañía, pensamos que ha habido una mala organización de la directiva en la empresa", aseguró a infoLibre Nasira Mohamed, miembro del comité de empresa. La joven, que portaba una pegatina del sindicato CCOO, aseguró que el expediente de regulación de empleo (ERE) se había comunicado "a los trabajadores y a los representantes de estos" con "frialdad", vía "correo electrónico", y definió el movimiento de la directiva como "un acto de mala fe"

En la misma línea se posicionó Gabriela Rivero, trabajadora de la cadena textil en el almacén de Parla y miembro del comité de empresa, mientras repartía octavillas a los transeúntes que se detenían para enterarse de los motivos de la movilización. "La empresa no ha sido clara con nosotros. Primero nos presentó una predicción en la que aseguraba que no habría despidos y dos días después nos mandó un email alegando 'situación de inviabilidad' e informándonos del ERE", aseguró la empleada de Blanco.

Conversaciones "duras"

Por el momento no se sabe el número exacto de personas –la cadena textil cuenta con cerca de 1.300 trabajadores en España– a las que afectará el ERE. A partir del próximo día 23 de marzo, fecha en la que está previsto el comienzo de las negociaciones con el comité de empresa, se empezarán a barajar las primeras cifras. En este sentido, Mohamed afirmó que las conversaciones "serán duras". "Viendo cómo han actuado, dudo de que la empresa se muestre muy dispuesta a negociar", apuntó a este diario.

A las 13.30 horas, los asistentes al acto hicieron una sentada frente a la tienda de ropa. Comenzaron a alzar carteles caseros, elaborados con una percha y un folio, en los que se podían leer frases como "Suite Blanco 100% España", "Basta ya de arruinar familias", "Blanco, basta ya de mentir. No somos números, somos personas" o "Inviabilidad directiva. No al ERE", entre otras. En el suelo, y al grito de "¡Dubái no es guay!", los participantes clamaron contra el posible traslado de las operaciones de la cadena textil al emirato árabe.

"Han venido trabajadores desde otros puntos de España, como Sevilla, Galicia o Valladolid. Muchos de los que están aquí han acudido con sus parejas, sus familiares... Es una situación que, directa o indirectamente, afecta a un gran número de personas que viven de Blanco", explicó Rivero, mientras una niña, subida a los hombros de su padre, sostenía un cartel verde con una frase: "Yo también como de Blanco". Finalizada la sentada, y entre aplausos, los organizadores recordaron que la próxima semana todos debían ir a trabajar con un brazalete negro en señal de luto. Tras esto, la calle de Fuencarral volvió al estado propio de una mañana de domingo en la capital. Pero con una diferencia: los carteles reivindicativos que permanecían pegados en la fachada de la tienda pidiendo que se "deje de jugar" con sus "puestos de trabajo".

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