La otra cita secreta de Delcy Rodríguez: en Caracas con un amigo de Trump dueño del ejército privado más grande del mundo

La reunión con el ministro José Luis Ábalos en Barajas no es la única cita secreta de la vicepresidenta de Venezuela que ha saltado a los titulares en los últimos meses. Mucho más impacto mediático global tuvo el encuentro que Delcy Rodríguez mantuvo el pasado mes de noviembre con Erik Prince, fundador del ejército privado más grande del mundo, Academi –antes conocido como Blackwater–. Prince es además uno de los principales donantes de Donald Trump y un hombre muy cercano a su Administración.

Según apunta Bloomberg, la reunión entre la dirigente venezolana y el empresario fue orquestada por el británico Ian Hannam, banquero de JP Morgan, para estudiar posibles inversiones en minas de oro en la zona.

Prince, aparte de interesarse por las condiciones de seguridad de las minas, habló con la vicepresidenta acerca de la liberación de seis ejecutivos –cinco de ellos con doble nacionalidad estadounidense– de la corporación petrolera CITGO arrestados en 2017 por corrupción. Finalmente, el pasado mes de diciembre los directivos pasaron a arresto domiciliario.

Mientras que es desconocido si la reunión fue aprobada por Washington –Prince informó con antelación sobre la reunión a un oficial de la Casa Blanca–, algunas fuentes jurídicas sostienen que el encuentro podría haber violado las leyes estadounidenses. Las sanciones que pesan sobre Rodríguez y el gobierno venezolano prohíben a la mayoría de ciudadanos hacer negocios con el país.

La defensa de Prince sostiene que visitó Caracas como un ciudadano "privado" y no discutió negocios en la zona. Los hipotéticos esfuerzos del empresario por la liberación de los ejecutivos supondría un motivo para su viaje que no violaría las leyes estadounidenses.

5.000 mercenarios para derrocar a Maduro

La cita tuvo lugar apenas ocho meses después de que Prince mencionase un plan para desplegar 5.000 mercenarios y derrocar al líder venezolano, Nicolás Maduro, según informa la agencia Reuters.

En un movimiento para buscar inversores, el fundador de Blackwater elaboró un discurso de ventas en el que planteaba el inicio de acciones de inteligencia y posteriormente situar entre 4.000 y 5.000 paramilitares para el combate y "estabilización" de la zona.

Uno de los argumentos principales esgrimidos por Prince fue que Venezuela necesitaba de un “evento dinámico” que rompiera la actual crisis política que atraviesa el país, después de que Juan Guaidó se autoproclamara presidente. Sin embargo, no hay signos de que este plan avanzará más allá de su planteamiento.

Hombre clave para la Administración Trump

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Fuerte patrocinador de la campaña de Trump y hermano de la actual secretaria de Educación de los Estados Unidos, Betsy DeVos, Prince ha sido acusado en varias ocasiones de actuar como un emisario extraoficial del presidente Donald Trump.

Mientras Trump preparaba su salto a la Casa Blanca, Prince mantuvo contactos con Kirill Dmitriev, CEO del Fondo de Inversión Directa de Rusia, en las islas Seychelles. Posteriormente, el informe elaborado por el fiscal Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 determinó que la reunión fue concertada con el conocimiento del jefe de campaña de Trump, Stephen Bannon, y podría haber servido para establecer relaciones entre Rusia y la administración entrante.

La relación entre Prince y la Casa Blanca se remonta tiempo atrás, antes de la llegada de Trump, y específicamente a Irak, donde BlackWater fue contratado para ofrecer protección a las operaciones del Departamento de Estado en la zona. Blackwater fue responsable de la masacre de Nisour Square, en la que la compañía acabó con la vida de 17 civiles, y por la que fueron condenados cuatro mercenarios.