Eurocorbetas, superdrones, sistemas de defensa área... Europa entra en una era de rearme frente a Trump y Putin

Activistas despliegan una pancarta de 500 metros cuadrados en Bruselas.

El plan de defensa RearmEurope presentado por Úrsula von der Leyen es el protagonista de la Cumbre de este jueves. Los líderes de los 27 echarán un primer vistazo a las propuestas para impulsar con hasta 800.000 millones de euros el gasto y las inversiones militares en el continente durante el próximo lustro, según los cálculos de la presidenta de la Comisión, aunque no todo el dinero es fresco ni real y Bruselas vuelve a jugar con la ingeniería financiera como viene siendo habitual desde hace tiempo.

Las propuestas se han quedado cortas para lo que esperan una mayoría de Estados Miembros, sobre los que deberá recaer en el futuro el peso del aumento en inversión en Defensa que demanda el actual contexto internacional, con la guerra de Ucrania abierta y las amenazas de aislacionismo de la Administración Trump. En el plan, su presidenta evitó mencionar un proyecto ambicioso como el posible escudo antimisiles del contiente, pedido por varias capitales y que no estará sobre la mesa de la Cumbre.

Pero el debate acaba de arrancar, y la pelota de las importantes inversiones militares, posiblemente como nunca se habían visto en el viejo continente desde el fin de la Guerra Fría, sólo ha echado a correr. Son, según el análisis de una fuente diplomática, “propuestas esbozadas, sin desarrollar, sobre las que seguir trabajando” y es lo que harán los líderes de la UE este jueves, de cara también a la siguiente Cumbre en dos semanas y la cita de junio.

En la reunión entre los 27 países comunitarios se abordará la arquitectura financiera del RearmEurope, donde sólo 150.000 millones aparecen como verdaderos fondos de la Unión, ya que la Comisión proponer crear un instrumento con préstamos siguiendo el modelo de los NextGeneration, los fondos de recuperación extraordinarios creados durante la pandemia.

Bruselas saldría al mercado a emitir nueva deuda para financiar estos créditos y el dinero, según explica en privado el equipo de Von der Leyen, se entregaría a grupos de tres Estados Miembros o de dos más Ucrania, con la condición de que se invirtiese en armamento. Luego los países devolverían esos préstamos en condiciones ventajosas. En la Cumbre, la Comisión testeará si para finales de marzo debe incluir en el reglamento de este instrumento la obligatoriedad de que las compras sean a armamentísticas europeas o no.

La Comisión también propone volver a activar la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, de nuevo igual que durante los años de la Covid-19, para que el gasto en defensa de los presupuestos nacionales no contabilice a la hora de cumplir los objetivos de déficit, lo que no significa que no sumasen deuda. Sí lo haría, pero Bruselas no lo tendría en cuenta a la hora de activar procesos de infracción, aunque ese agujero presupuestario se crease igualmente. Bruselas espera que así los Estados Miembros impulsen de media un 1,5% adicional en inversiones militares lo que, según sus cálculos, supondrían unos 650.000 millones de euros.

Para Alexandr Burilkov y Guntram B. Wolff, el plan de la Comisión se quedaría corta ya que “Europa podría necesitar 300.000 soldados más y un aumento del gasto anual en defensa de al menos 250.000 a corto plazo para frenar una agresión rusa”. Los académicos del think tank Bruegel calculan que esos miles de millones adicionales supondrían el 3,5% del PIB para ejecutar “grandes órdenes de compra que significarían procesos de producción más eficientes, reduciendo los precios” de tanques, obuses y artillería, vehículos blindados, drones o munición a gran escala.

El menú militar que financiará Bruselas

Con el nuevo fondo de defensa propuesto por la Comisión, los Estados Miembros podrían financiar diversos proyectos de envergadura y sistemas de combate, tanto ofensivos como defensivos. En la Cumbre se perfilará una lista de prioridades en línea con las recomendaciones de la Agencia Europea de Defensa y de la OTAN, necesidades militares ya subrayadas anteriormente en las que la UE deberá poner su punto de mira.

En palabras de una fuente diplomática con acceso a las negociaciones de los líderes europeos, con este plan de Von der Leyen “la idea es que la Unión Europea reforzará su base industrial, lo que contribuye a la competitividad tecnológica europea”. Los sistemas armamentísticos mencionados por la presidenta de la Comisión susceptibles de ser financiados por Bruselas apuntan en esa dirección.

Von der Leyen habló de sistemas de defensa aéreos, drones, movilidad militar o ciberdefensa. A corto plazo, las compras conjuntas entre varios países que se podrían hacer serían misiles como los Storm Shadow británicos, los Taurus germanos o los navales noruegos NSM ya existentes, sistemas de artillería que fabrican países como Francia con sus Caesar, Suecia con sus Archer o Alemania y sus RCH, tres sistemas desplegados en Ucrania. La presidenta de la Comisión también mencionó la munición. En este caso sería tanto de artillería como para fusiles y ametralladoras y en Europa existen decenas de proveedores que esperan, como reconocía recientemente Jukka Holkeri, vicepresidente de la finlandesa Patria, pedidos por parte de los gobiernos.

Según la fuente diplomática, “la carta de Von der Leyen no concretiza elementos y eso debe hacerse en las próximas semanas, a ver cómo evolucionan los debates”. No lo hace, por ejemplo, sobre drones, un sector en el que en Europa además de fabricantes pequeños ya hay grandes iniciativas militares. El conglomerado aeronáutico Airbus, del que Alemania, Francia y España son accionistas, desarrolla precisamente para España en alianza con Colombia un proyecto pionero, el SIRTAP. Se trata de un vehículo aéreo no tripulado de reconocimiento y vigilancia que en un futuro desarrollará también capacidades de combate y que las fuerzas áreas española y las colombiana empezarán a recibir este mismo año. El rival de los famosos Reaper con los que Estados Unidos realiza ataques teledirigidos.

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Al mismo tiempo y en el mismo ámbito, Airbus trabaja en un proyecto aún mayor pero que va más retrasado: el Eurodrone. Están involucradas también las francesas Dassault y la italiana Leonardo para subministrar a las fuerzas áreas de las cuatro grandes potencias europeas un avión no tripulado de 16 metros de largo y 30 metros de ancho, que llevará misiles de precisión guiados por láser. Tanto este proyecto como el anterior pueden atraer órdenes de compra de otros socios europeos financiadas por dinero de Bruselas.

El pasado mayo, la Comisión seleccionó el proyecto de corbeta europea que le presentaron tres astilleros del continente, entre ellos el español Navantia. Diseñan un navío de guerra financiado por fondos europeos para armadas de varios Estados miembros, comprometidos en adquirir un número de estos buques 'subvencionados' con estructura y tonelaje, sistemas de combate o comunicaciones compartidos. Es otro de los proyectos susceptibles de recibir ahora nueva financiación, porque, en palabras de un alto funcionario europeo, “el paquete de Von der Leyen no es el final de la historia”.

Del pasado retiro informal organizado por el presidente del Consejo, Antonio Costa, en un céntrico palacio de Bruselas, salió para la Comisión Europea el mandato claro de un Libro Blanco sobre Defensa. Debe presentarlo en junio, pero en la capital comunitaria ya se cuenta que verá la luz antes. En él, debe concretar cómo redistribuir parte de los presupuestos de la UE a partir de 2027 y buscar “soluciones innovadoras” para el financiamiento comunitario de estos proyectos conjuntos. Von der Leyen evitó hablar de deuda común o eurobonos de defensa en su presentación, pero la idea sobrevuela la Cumbre de este jueves.

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